La dura infracción de José Palomino a Paulo Dybala en el partido de la Serie A que Atalanta le ganó 3-1 a Roma trajo un recordado antecedente entre los dos futbolistas argentinos, con una icónica frase de Ricardo Caruso Lombardi como disparadora.
"Yo tapé a Dybala con Palomino. Y gracias a ese partido, San Lorenzo ganó la Libertadores", manifestó el excéntrico y polémico director técnico argentino en relación a la Promoción que su San Lorenzo le ganó a Instituto a mediados de 2012.
Inmerso en una profunda crisis deportiva, el Ciclón acudió a Caruso, reconocido como un entrenador experto en salvar a sus equipos del descenso, en abril de 2012. El conjunto azulgrana alcanzó los puestos de Promoción y, en el mano a mano, enfrentó a Instituto de Córdoba, tercero de la reñida y emotiva B Nacional 2011/12, por detrás de River y Quilmes.
La ida se disputó el 28 de junio en el Monumental de Alta Córdoba y tuvo al visitante como vencedor, merced al doblete del delantero uruguayo Carlos Bueno, mientras que la vuelta, que tuvo lugar tres días después, finalizó con empate 1-1 en el Nuevo Gasómetro (Diego Lagos adelantó a la Gloria, en tanto Néstor Ortigoza, de penal, consiguió la igualdad para el anfitrión) y confirmó la permanencia de San Lorenzo en Primera División.
A lo largo de la temporada, la Joya se había erigido en la gran figura de un Instituto que lideró el certamen hasta la trigésimo segunda fecha y se desinfló en las últimas jornadas. En total, Dybala marcó 17 goles -solo fue superado por los 26 de Gonzalo Castillejos, los 20 de Víctor Píriz Alves y los 19 de Fernando Cavenaghi-, pero también mermó su rendimiento en el tramo final del torneo.
Un punto en común de los dos partidos de la Promoción fue el ingreso de Palomino, defensor surgido de las inferiores del Ciclón que a la sazón tenía 22 años, en el segundo tiempo. En la ida, con el 2-0 en el marcador, reemplazó a Emiliano Tellechea a los 77 minutos, mientras que en la vuelta entró por Juan Manuel Salgueiro a los 74'.
El objetivo de Caruso, como reconoció años después, era tapar o anular a Dybala, quien podía preocupar a los azulgranas con alguna jugada individual.
Con el correr de los años, Dybala y Palomino se cruzaron en reiteradas ocasiones en el fútbol italiano, donde la Joya juega desde mediados de 2012 (Instituto lo vendió a Palermo después de la Promoción, luego brilló en Juventus y ahora destaca en Roma) y el defensor tucumano se desempeña desde 2017, siempre en Atalanta.
Este lunes, un 'duelo' que comenzó con una frase, un poco irónica, un poco no, de Caruso Lombardi, se hizo tangible con la fuerte infracción del jugador del equipo de Bérgamo, que dejó al crack de la Loba, campeón del mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022, muy dolorido.