El entrenador portugués terminó muy molesto con el arbitraje en la final de la Liga Europea y también molesto con la dirigencia de la Roma, que no se ha expresado al respecto
ROMA (AP) — Tan pronto después de recibir la medalla de plata de parte del presidente de la UEFA Aleksander Ceferin, José Mourinho se la quitó sin pensarlo dos veces y caminó hacia las gradas, lanzándola a un joven aficionado que estaba en primera fila.
“Me quedo con las de otro y regalo las de plata”, dijo José Mourinho más tarde cuando todavía estaba furioso luego de que la Roma, su equipo, sucumbió en la tanda de penales ante el Sevilla en la final de la Liga Europa.
Luego de dirigir triunfalmente a sus equipos en cinco finales europeas consecutivas en más de dos décadas, Mourinho sufrió su primera derrota en esta instancia. El entrenador portugués de 60 años culpó al árbitro Anthony Taylor de no pitar un penal a favor de la Roma ante lo que se percibió como una mano en la segunda parte, además de muchas otras decisiones que consideró no habían sido bien manejadas por el colegiado inglés.
“El árbitro parecía que fuera español”, dijo José Mourinho. “El resultado no fue justo, y hay muchas situaciones que debieran analizarse”.
Mourinho también fue visto insultando a Taylor en los estacionamientos del Puskas Arena.
Además de haber recibido una amonestación durante el partido, José Mourinho podría afrontar una suspensión de varios partidos en futuras competiciones de la UEFA, lo que abre la pregunta sobre si le tocará cumplirlas al frente de la Roma, o de otro club.
“El lunes me iré de vacaciones, y las vacaciones son vacaciones. Pero por el momento tenemos tiempo para reunirnos y conversar”, dijo Mourinho. “Ahora mismo objetivamente no puedo decir que me quedaré. Pero me gustaría. Quisiera quedarme en Roma, pero mis jugadores merecen más, y yo también merezco más”.
José Mourinho también dejó entredicho que no se sentía contento con el silencio de los dueños estadounidenses de la Roma, Dan y Ryan Friedkin, quienes nunca han hablado públicamente desde que compraron al club hace tres años a un propietario estadounidense más abierto a la prensa, James Pallotta.
“Estoy un poco cansado de ser entrenador, de ser el hombre encargado de comunicar, de ser la cara que dice ‘nos robaron’. Estoy un poco agotado de todo esto”, dijo Mourinho. “Pero quiero quedarme en condiciones donde puedo dar más”.