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'Tuca' y su cambio a ser gruñón para "sobrevivir como entrenador"

Jaime Pajarito, compañero de Ferretti en Atlas, recuerda que el brasileño era muy alegre y bromista cuando llegó a México

Ricardo Ferretti cambió las carcajadas y las bromas por los regaños para sobrevivir en su faceta como director técnico. Jaime Pajarito, uno de los primeros compañeros del ‘Tuca’ cuando llegó al futbol mexicano con Atlas en 1977, recuerda al brasileño como un jugador que siempre mostraba una sonrisa y hacía reír a las personas, lejos de ser ese "gruñón" en el que se tuvo que transformar para iniciar su carrera de entrenador.

“El ‘Tuca’ siempre fue un chico muy alegre, muy bromista, era pura risa. Estar con él era pura risa todo el tiempo. Muy simpático”, así recuerda Jaime Pajarito a ‘Tuca’ Ferretti, quien siempre mostró gran interés por quedarse en el futbol mexicano, al que había llegado proveniente del Botafogo de su país.

“Él siempre trató de ganarse a todo mundo y no era gruñón. Ya se hizo gruñón porque pues si no te haces así en el futbol, en cualquier posición te pasan por encima todo el mundo. Él cambió para sobrevivir como entrenador, porque si eres muy dulce con la gente, te pasa por encima”.

Jaime Pajarito, quien fue la pareja ofensiva del ‘Tuca’ Ferretti en aquel Atlas que perdió la categoría en la temporada 1977-78, recuerda que el brasileño era uno de los encargados de poner el ambiente en el vestidor a través de su carisma, además de la curiosa forma de empezar a hablar español.

“Sus carcajadas eran tremendas y contagiosas. Siempre estábamos bromeando de todo. Ese cuate de todo se ríe. El ‘Tuca’ era un cuate que, con su simpatía, siempre alegraba el vestidor y luego como habla español, es simpático con sus frases, cómo las dice. Siempre hablando el portugués revuelto con el mexicano”, recuerda entre risas.

Uno de los recuerdos que tiene Jaime Pajarito sobre el paso de ‘Tuca’ Ferretti en Atlas, eran los viajes que hacían en camión. A pesar de que fue un año difícil para los rojinegros, cuando ganaban las carcajadas del brasileño se apoderaban del autobús.

“En los viajes, cuando sacabas un buen resultado, pues todos venían platicando y pues él con sus carcajadas en el camión eran muy sonoras. Era una persona muy agradable en el equipo, a todo mundo les caía bien. Es la persona más humilde que yo he conocido, la persona más amable, más carismática”.

Jaime Pajarito considera que el actual técnico del Cruz Azul cambió para bien. De haber seguido con la personalidad bromista y de carcajadas, no hubiera podido imponer el respeto para desempeñarse como director técnico ante los jugadores que buscan verle la cara a su entrenador.

“Cuando saca el genio que fue en cuanto se hizo técnico. Se convirtió así en esa persona porque él entendió que pues sólo así le iban a respetar. Es regañón porque el futbolista es muy cómodo, muy cómodo y hace como que hace, pero no, para no hacer nada y pues el técnico siempre tiene que estar alerta de que no le quieran ver la cara. Él gracias a su liderazgo en los equipos siempre los jugadores dan el máximo”, concluyó.