Jorge Vergara jamás recurriría a apelar al reglamento para tratar de conseguir una victoria indigna, tras una deshonrosa, denigrante e ignominiosa derrota en la cancha, como la que sufrió Chivas ante Mazatlán.
LOS ÁNGELES -- Cinismo puro. Humeante aún, ensangrentada todavía, la ajada zalea de Chivas, y su directiva y cuerpo técnico pretenden embobar y embaucar a su tristona afición con una falaz esperanza: “alineación indebida”.
Descaro. Descaro absoluto. Chivas no es pisoteado por Mazatlán por una supuesta violación al reglamento. Joaquín Esquivel, el tipo que lleva cinco amarillas acumuladas en el torneo (dos con Necaxa y tres con Mazatlán), no pisó la cancha. Su trasero se quedó en la banca.
Créeme, Amaury Vergara, tu padre, Jorge Vergara, jamás habría recurrido a una trampa moral y ética, para sacar una ventaja de una posible trampa administrativa. Pero, eso, dudo lo entenderías...
La crisis de Chivas no se debe a la espectral presencia de Esquivel. El colapso del Guadalajara, su ruina futbolística, ocurrió, ha ocurrido y ocurrirá en la cancha. Que el entonces antepenúltimo lugar de la tabla llegue a su casa, le saquee, le humille y le estercole, es un reflejo de su caos, no de una violación al reglamento.
Levantar cortinas de espeso, cínico, y pestilente humo, para negarse a revisar urgentemente lo que pasa en un equipo que suma cuatro derrotas y un empate en cinco juegos, con 11 goles en contra y tres a favor, es un acto de cobardía y de burla hacia una afición que exige respeto y respuestas.
Cierto, lo de Esquivel es una aversión administrativa. Pero, cuando la Liga Mx está en manos tan torpes como las de Mikel Arriola, ocurren situaciones de liga de barrio, como esta. Como la del auxiliar del Puebla y el número de Tecatito Corona.
Arriola es un tipo acostumbrado a maquillar con mentiras, el rostro leproso de sus verdaderas responsabilidades. Típico político mexicano frustrado y fracasado. Afortunadamente, terminando el torneo, Emilio Azcárraga Jean lo enviará inmiscuirse en procesos electorales en 2024. Eso es bueno para el futbol mexicano, pero es malo para el país.
Pero, regresemos a Chivas. Con un poquito, un poquitito de dignidad, el Guadalajara debería sumergirse en el cáncer interno que lo tiene en la plancha de la morgue, y el golpe de gracia se lo dará Toluca el fin de semana.
El problema no es Esquivel, sino permitir que un equipo lastre, lacra del futbol mexicano, como Mazatlán, exhiba la ineptitud, la torpeza, la negligencia, la incapacidad de jugadores y de un técnico que habla de su equipo como un enfermo de gripa, cuando ya apesta a fiambre, al haber ganado sólo un juego de los últimos nueve.
Aún siendo técnico al escribir este texto, queda claro que Veljko Paunovic se ayuda poco. Habla de la enjundia, la gran calidad y el gran nivel de sus futbolistas, cuando Víctor Guzmán lleva ya 25 partidos sin pesar en la cancha, porque simplemente se contonea dentro de ella, o no es convocado.
En un afán, ya entre el descaro, la hipocresía o el miedo, Pauno protege a esos futbolistas que han decidido ya, puntualmente, que no lo quieren como entrenador. Pero, ya se sabe, los técnicos renuncian a la dignidad antes que renunciar al finiquito contractual.
En un acto de escapismo y desfachatez, Paunovic se muestra más preocupado por vender la lesión de Érick Gutiérrez que por confrontar el desastre competitivo de su equipo, tras las alucinaciones de que fue líder momentáneo del torneo, tras vencer al voluble León, a San Luis, tras una expulsión al minuto 18, y al paupérrimo Necaxa.
Lamentable que a la verborrea elusiva de Pauno se hubiera agregado antes el desparpajo de Fernando Hierro, pretendiendo que todo era bonanza a pesar del patatús futbolístico del equipo.
Y los tres al mando, Pauno, Hierro y Amaury Vergara, ven, impávidos, impotentes, el exhibicionismo de Alexis Vega, Roberto Alvarado y Fernando Beltrán desvelándose, haciéndole la corte, las reverencias a un cantante, Myke Towers, cuando llevan ocho de nueve partidos haciéndole reverencias a sus rivales, y no a su afición.
Es decir, hay una indisciplina absoluta en el equipo. Hay un vacío de autoridad en Chivas. Los futbolistas se burlan de todos sus jefes, excepto del contador que puntualmente, eso sí, les deposita sus opulentos salarios quincena a quincena.
¿Amaury Vergara? Está desaparecido. Entiéndase esto como un acto suyo de abandono al equipo. Disfruta del tenis, del cine, pero Chivas se ha convertido en una herencia indeseable en su vida. Ya hasta los vendedores de OmniLife y los menjurjes milagrosos que vende con una pizca de ilusionismo a gente desesperada se niegan a vincular al Guadalajara en sus tertulias.
¿Tiene solución? Por supuesto. Pero se necesita rigor, audacia, valor, autoridad, medidas drásticas y extremas, con los jugadores. Hay recursos, legales laboralmente, para a los descarriados y pendencieros, meterlos al orden.
¿Pero se atreverán los timoratos de Pauno, Hierro y Vergara a salir de su pusilanimidad como dirigentes? Muy difícil.
¿Tienen mucha energía los jugadores para desvelarse, ir a conciertos, a fiestas, o desafiar la Barranca de Huentitán, como lo hizo Guzmán burlándose de su entrenador? Sencillo, dos turnos de entrenamiento diarios, sesiones de psicología grupal, revisión de videos, labor social, multas estratégicamente implacables, entre muchas otras. Total, se les paga, muy generosamente, por una jornada de ocho horas diarias.
Incluso, el mantener aislados a los jugadores de los medios es un acto de debilidad y paternalismo vicioso y viciado de la directiva. Este mismo miércoles deberían comparecer a conferencia de prensa sin límite de tiempo, el Pocho Guzmán, Alexis Vega, Chicote Calderón y varios más. Uno, por uno, y sin control de la artillería en los cuestionamientos.
El especialista arbitral de ESN hace una revisión de la reglamentación y el escenario que ampararía a Chivas ante Mazatlán.
Pero, difícilmente habrá una reacción así por parte del trío de personajes que lideran, al menos teóricamente, a Chivas.
Una última precisión para Amaury Vergara, porque, queda claro, Fernando Hierro no tiene ni maldito interés en el Guadalajara, a pesar de que se le paga un salario que nadie, nadie, en Europa le pagaría. De hecho, allá, seguiría desempleado.
Amaury, insisto, estoy convencido que tu padre, Jorge Vergara, jamás recurriría a apelar al reglamento para tratar de conseguir una victoria indigna, tras una deshonrosa, denigrante e ignominiosa derrota en la cancha, como la que sufrió Chivas ante Mazatlán.
Créeme, Amaury, tu padre jamás habría recurrido a una trampa moral y ética, para sacar una ventaja de una posible trampa administrativa. Pero, eso, dudo lo entenderías...