El Coloso de Santa Úrsula fue elegido por la FIFA para inaugurar el mundial del 2026.

LOS ÁNGELES -- Cuando México recibió la sede del Mundial 1986, el infausto padre de los cachirules, Rafael del Castillo, entonces presidente de la FMF, se atrevió a decir: “Sólo necesitamos una brocha y un bote de pintura”.

Para la inauguración del Mundial 2026 hará falta mucho más que eso. Especialmente por las falencias y carencias del Estadio Azteca conforme a los estrictos cánones de FIFA. Además, será albergue de otros dos juegos de fase de grupos, uno de Dieciseisavos y otro más de Octavos de Final.

Privilegiado por haber albergado dos finales de Copas del Mundo, con la entronización y deificación de los dos más más grandes futbolistas de la historia, Pelé y Maradona, el Azteca hoy necesita más que una mano de gato, una garra de tigre, la misma que el hijo de El Tigre Azcárraga Milmo, Emilio Azcárraga Jean, no sabe aún ni cuándo, ni cómo, ni quién, podrá dársela.

El fastuoso proyecto inicial para hacer del suburbio del Estadio Azteca una enorme, moderna y casi palaciega ciudadela, se vino abajo ya.

El proyecto original contemplaba una inversión de 250 millones de dólares que incluía desde un hotel, hasta una plaza comercial, y otro tipo de servicios. Emilio decidió que él no iba a endrogarse, ni a desangrar su capital personal o empresarial, sino que buscó financiamientos y apoyo gubernamental. Ninguno llegó.

Llegó a contemplarse el vender el nombre del inmueble y se mencionó incluso a CitiBank, como el principal interesado, pero sin perder el apelativo original de Azteca. Las negociaciones se estancaron.

Entiéndase que, de todos los estadios mundialistas del 2026, el Estadio Azteca será sin duda el mayor museo viviente de las glorias del futbol, pero, es también, el menos funcional y el más arcaico, obsoleto, y que requiere de numerosas modificaciones para una Copa del Mundo con los estándares actuales. Incluso más allá de las actualizaciones hechas para los juegos de la NFL.

Además, enfrenta problemas con los tenedores de palcos y butacas. Los propietarios de esos espacios tienen derechos contractuales hasta 2066, y no están dispuestos a que la FMF y la FIFA desplacen sus espacios para sus necesidades de boletaje y acomodo con fines de mercadotecnia, de logística y de cortesías con patrocinadores, federaciones y otros asociados.

Recuérdese que Yon de Luisa anunció en 2022 que el megaproyecto del Estadio Azteca “arrancará en el primer trimestre de 2023”, pero un año después, es aún una incógnita cuándo podrán comenzar las obras, que serán estrictamente de acondicionamiento interno, y otras más en la explanada del coliseo, además de otras áreas periféricas.

Detalles tan simples como requerimientos que hace FIFA para contar con elevadores, estacionamientos especiales, cordones de seguridad, baños y servicios de internet y electricidad, implicarán un reacondicionamiento en todo el inmueble, sin olvidar la zona a acondicionarse para los medios que den cobertura.

Otro de los obstáculos críticos no sólo para el casi extinto megaproyecto, sino para las obras viales que serán urgentes, además del resto de reparaciones y remozamientos, es que los vecinos del Estadio Azteca se han inconformado por los estragos viales que se provocarían, además de un impacto en el suministro del agua, un problema aún sin solucionar cotidianamente en Santa Úrsula Coapa.

Por ejemplo, la Asamblea Ciudadana Tlalpan-Coyoacán contra las Mega Construcciones ha desmentido a Claudia Sheinbaum, quien había asegurado que ya existía un acuerdo con vecinos sobre un nuevo proyecto de remodelación del Estadio Azteca.

De hecho, todo el aparato detrás de Azcárraga Jean ha tramitado ya ciertos permisos, pero no en su totalidad. Por ejemplo, en Avenida Circuito Aztecas, número 42, que es el predio donde se cultiva el pasto del Estadio Azteca, ya se aprobó la construcción de un centro comercial, detrás del cual habría capital del dueño de Televisa.

Contrasta este escenario, porque mientras una parte de la población aledaña podría verse sacudida financieramente, otro sector, de mayor plusvalía, espera que el valor de las viviendas se incremente hasta en un 50 por ciento como efecto financiero de la sede mundialista, desde el anuncio oficial hasta el primer semestre de 2026..

Según un estudio, simplemente, en Joyas del Pedregal, como efecto de la marea mundialista, las casas aumentaron su valor en tan sólo unos meses, por cerca de 400 mil pesos, alrededor de 23 mil dólares, y se espera que esta zona como muchas otras de las 25 colonias colindantes, también incrementen aún más su plusvalía, conforme se acerque el Mundial.

El futuro real sobre cuánto, cuándo, cómo y hasta dónde, se iniciarán las obras del Estadio Azteca se sabrá después de las elecciones en México, y cuando Emilio Azcárraga Jean, con sus socios y asesores se sienten a negociar con los nuevos gobernantes electos, comenzando con el Presidente de la República, y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El proceso electoral 2023-2024 será el más grande en la historia de México, con más de 19 mil cargos, incluyendo varias gubernaturas estatales, alcaldías, 128 puestos de senadores y 500 de diputados de la Cámara Baja.

Emilio Azcárraga Jean espera negociar con los nuevos gobernantes algunos acuerdos, privilegios y canonjías, para poder desarrollar un ambicioso proyecto para una remodelación histórica que le permita al Estadio Azteca colocarse a la vanguardia, porque incluso en México ha sido rebasado en funcionalidad y servicios, simplemente, por el estadio de Chivas y el de Rayados.

Ciertamente el proyecto final para el Estadio Azteca, a ajustarse a presupuestos, facilidades, logística e infraestructura, ya tiene dueño. Recuérdese que uno de los amigos íntimos de Azcárraga Jean, Bernardo Gómez, es el dueño de ICA, que es la empresa constructora más poderosa en México, y con influencia en 20 países y en prácticamente todos los desarrollos posibles en esta rama.

Es decir, en cuanto se dé el banderazo de salida, la cirugía plástica y reconstructiva del Estadio Azteca estará en las manos del brazo derecho de Emilio, toda vez que, además, Bernardo Gómez se ha agregado a nuevos proyectos en la reestructuración de Televisa, además de contar con un fuerte peso político, al grado que a él se le atribuye que sí se consumara la entrevista entre Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos, y el actual mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Y un dolor de cabeza menor, incluye encontrar la forma de acomodar a las centenas de locatarios que regularmente se apoderan de las vías de acceso y la explanada del Estadio Azteca durante las actividades regulares del Coloso de Santa Úrsula, porque los nuevos patrones de seguridad de la FIFA, impedirán que puedan apostarse en kilómetros a la redonda.

Este es pues el escenario: el Azteca ya tiene la inauguración, sólo le hace falta un estadio.