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Chivas representa al futbol mexicano: tan miserable como la FMF

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'Piojo' Alvarado asumió la responsabilidad del incidente en Verde Valle (4:23)

El jugador del Guadalajara pidió disculpas a los medios de comunicación por el explosivo en la rueda de prensa en Verde Valle. (4:23)

La explicación del Piojo Alvarado, de que así bromean en Chivas, termina por hundirlo. Un cohetón de esos puede causar severas lastimaduras


GUADALAJARA -- Payasos. Bufones. Patiños. En 24 horas, el futbol mexicano exhibió la magnitud de sus miserias, esta vez, también, fuera de la cancha.

1.- Un tipo piojoso llamado Roberto Alvarado, arroja un barreno a los reporteros que cubren Chivas, causando daños materiales en el recinto. Un artefacto de ese tipo, más allá del eventual daño físico, puede alcanzar los 150 decibeles y generar eventual daño auditivo.

2.- Y siguiendo con Chivas, por cierto, por segunda vez en menos de un año, le tiran la chamba y lo estercolan de ninguneo y desprecio, un director deportivo y otro director técnico.

3.- En tanto, en San Luis Potosí, Juan Carlos Rodríguez, mandamás de la FMF, se convierte en un remedo simplón y caricaturesco de Justino Compeán: “Yo de futbol no sé nada”.

Ante el siniestro hecho del Piojo Alvarado, su patrón, Amaury Vergara, guarda silencio. Y lo hace también el corporativo Omnilife, cuyo lema es “gente que cuida gente”. Dicho está: el silencio de los inocentes es también el silencio de los cómplices y de los culpables. “Una broma”, dijo el Piojo, quien el martes de la semana pasada abandonó en estado de extrema felicidad la Arena Coliseo, tras la función nocturna de lucha libre en Guadalajara.

Esa explicación de Alvarado, de que así bromean en el plantel de Chivas, termina por hundirlo. Un cohetón de esos puede causar severas lastimaduras dentro de un equipo en el que, precisamente, las lesiones son parte de la agenda médica en el día a día.

Mientras tanto, el mismo Amaury Vergara permite que su director técnico le tire la chamba, como lo habían hecho antes ya Veljko Paunovic y después su director deportivo, Fernando Hierro. Ahora, Fernando Gago, con su ahijado de bodas, el promotor Christian Bragarnik, está por enrolarse con Boca Juniors.

Ojo: ha surgido un paralelismo en el caso de Gago con Fernando Hierro, Así como el español fue quien se ofreció directamente al club Al-Nassr, fue precisamente el técnico de Chivas quien le pidió a su promotor y ahijado que suplicara en Argentina y lo colocara en la órbita de Boca y de Juan Román Riquelme.

Todos estos pasajes bochornosos, patéticos de Chivas, sólo obligan a rememorar la enorme personalidad de Jorge Vergara, quien llamó “niños caguengues” varias veces a sus jugadores, pero dejando claro que semejante prédica y rezongo comenzaban, para su decepción, desde su hogar.

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1:01
¿Qué opinar de Fernando Gago ante su posible salida de Chivas?

Fernando Quirarte, ex DT y Camilo Romero, ex jugador de Chivas opinan sobre la posible salida de Fernando Gago a medio torneo.

¿La Liga MX y la FMF se han manifestado ante el desquiciamiento de Alvarado y el paternalismo cómplice de Amaury? No, hasta el momento, absolutamente, no.

En tanto, en San Luis Potosí, La Bomba Rodríguez se cobija bajo la sabia manifestación pública de su supina ignorancia en temas de futbol. Interrogado sobre qué haría para que la afición regresara a los estadios. La frase es una reacuñación de aquella de Compeán: “De futbol yo no sé nada”.

Claro, le endilga el problema públicamente a Mikel Arriola, presidente de la Liga MX, pero a quien ya le desarmaron todo su aparato de auxiliares y del departamento de comunicación, que estaba compuesto por un escuadrón de bots, y achichincles que le habían acompañado ya desde su fallida gestión en el IMSS, y como candidato a la gubernatura de la Ciudad de México. Mikel ya ni firma documentos, en las oficinas de la FMF se usa la copia archivada de su signatura.

Además, en la ceremonia del Club San Luis, La Bomba eludió hablar del dichoso Fondo de Inversión de mil 300 millones de dólares, el que prometió que desde junio pasado estaría rescatando al futbol mexicano, pero ya en octubre se reduce –puntualmente–, a un montón de papeles triturados y arrojados al mismo basurero al que Emilio Azcárraga Jean arroja los libretos poco cursis y poco lacrimógenos y poco chantajistas –emocionalmente– de la Rosa de Guadalupe.

“No quiero que molestes a mis dueños de equipos (con tu Fondo de Inversión)”, le dijo Azcárraga Jean a La Bomba en la #YuntaDeDueños del 3 de julio pasado.

Juan Carlos Rodríguez, bajo ese lema, o esa doctrina sincerísima de “yo no sé nada de futbol”, ya ha corrido a dos técnicos nacionales, vetado a futbolistas, encaramado a su amigo y compadre Javier Aguirre, y mantenido como guiñapos y pararrayos a Duilio Davino e Ivar Sisniega, quien, en su época relativamente exitosa como pentatleta, siempre que podía manifestaba su repudio al futbol.

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4:06
Poco se habla del Clásico Tapatío en Chivas

Jesús Bernal con el reporte de Chivas y todo lo ocurrido previo al Clásico ante Atlas

Pero, entiéndase, La Bomba es inamovible en el puesto, al menos de aquí al 2026. Desde su juventud ha hecho favores personales y familiares a Bernardo Gómez, quien hoy maneja de cabo a rabo a TUDN, y también los detalles finos de la organización de la Copa del Mundo 2026.

La Bomba es valioso por lo que hace, pero más aún por todo lo que sabe de los llamados cuatro mosqueteros (Gómez, Emilio, Alfonso de Angoitia y José Bastón) que rescataron a Televisa, tras la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, especialmente gracias al apoyo 24/7 del entonces presidente Ernesto Zedillo y su secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella, ante el acoso puntual y voraz de Emilio Díez Barroso y Alejandro Burillo Azcárraga.

La Bomba estaba proyectado –sigilosamente– para ocupar el lugar de Yon de Luisa al frente de la FMF desde antes del fracaso en Qatar 2022. Llegó en 2018 a hacerse cargo de Televisa Deportes y Univisión Deportes, pero en octubre de 2022, un mes antes del Mundial, fue separado de la empresa. Emilio Azcárraga Jean le asignó, desde entonces, que creara un plan maestro para el Mundial 2026, previendo el bochorno absoluto de Yon y el Tata en el mundial qatarí.

El fracaso de Yon de Luisa y Gerardo Martino sólo sirvió para allanarle el camino, luego de que, durante un par de meses, Azcárraga Jean le hiciera creer al Club de Tobyrarragorri que ellos tendrían el control de la FMF y del Tri. El fracaso de Diego Cocca le permitió a La Bomba irrumpir a ritmo de Caballería Rusticana a hacerse cargo del futbol mexicano, del que, lo ha dicho, no sabe ni entiende nada.

Y si bien ese 20 de octubre de 2022, La Bomba fue separado de Televisa Deportes y Univisión Deportes, para el proyecto maestro del Mundial 2026, hoy, sin embargo, a punto de cumplir los dos años con esa encomienda, no ha conseguido absolutamente nada de lo juramentado:

1.- Reducir extranjeros.

2.- Reinstalar ascenso y descenso.

3.- Acabar con la Multipropiedad.

4.- Conseguir un Fondo de Inversión de mil 300 millones de dólares, para capitalizar al futbol mexicano.

5.- Mejorar el espectáculo y la seguridad en los estadios.

Recuérdese que Juan Carlos La Bomba Rodríguez es el Máster del Gatopardismo, esa corriente política de “hacer cambios para que nada cambie”.

Como puede verse, pues, en menos de 24 horas, el futbol mexicano confirmó que también fuera de la cancha es capaz de protagonizar ridículos mayúsculos. Desde el acto piojosamente peligroso de arrojar un barreno cerca de donde los medios aguardaban la conferencia de prensa de Chivas, hasta llegar al ridículo protagonizado por su propietario, guardando silencio, como ya lo ha hecho con notable eficiencia y pusilanimidad cuando le han tirado la chamba Pauno, Hierro y ahora Gago, patrocinado éste por el promotor Christian Bragarnik, su ahijado de bodas.

Y claro, el caso de La Bomba, quien en un alarde de sinceridad, sobre su bisoña habilidad para dirigir el futbol mexicano, pero tan claridosa como aquella aseveración anunciando el despido inminente de Jimmy Lozano al frente del Tri: “Déjalo que se corra él solo”.

Sí. De bufones. De payasos. Y de patiños. Así el Teatro Guiñol del futbol mexicano.

Véase pues, que la habilidad para ridiculizarse y convertirse en el hazmerreír, no es un privilegio obsceno que ocurre estrictamente dentro de la cancha cuando del futbol mexicano se trata.