CIUDAD DE MÉXICO -- Pablo Larios fue un portero adelantado a su época. Por ello se explica que otro ‘revolucionario’ del futbol se identificara con él.
Jorge Campos ha confesado en innumerables ocasiones que el exguardameta de Zacatepec, Cruz Azul, Puebla, Toros Neza y la Selección Mexicana, fue su inspiración y maestro.
“Mi ídolo fue Pablo Larios Iwasaki, al que le aprendí muchísimo… Tuve la suerte de irlo a molestar, de irle a tocar a su puerta, de buscarlo para que me enseñara algo, para preguntarle, porque cuando tienes un ídolo quieres imitarlo y quieres crecer y tuve la suerte que uno de los mejores porteros de México era Pablo Larios…
“No sé si me fijé bien o no pero me acerqué y tuve la fortuna de que me diera consejos y me entrenara y yo creo que eso me hizo crecer muchísimo… Aparte de todos los entrenadores que tuve, porque no es fácil ser portero, es la posición meas difícil en el futbol”, dijo Jorge en entrevista a ESPN Digital realizada el año pasado.
La grandeza de Larios (q.e.p.d.) se resume en que, pese a militar en la Segunda División con el Zacatepec, tenía un lugar seguro en el Tricolor, pues entre las décadas de los 80 y 90, sus lances espectaculares resultaban incomparables.
Jorge Campos adoptó el estilo temerario de Pablo en las salidas por arriba, jugaba siempre fuera de la línea de meta tratando de advertir los ataques del rival, antes de padecer las consecuencias de los mismos.
Había camaradería y admiración mutua entre ellos, que incluso fueron rivales…
“Muchas felicidades al mejor portero que ha dado nuestro país, ¿qué se puede decir de Jorge?… Lo tuve como rival, marcando y atajando... Un jugador excepcional. Lo tuve en varias ocasiones como entrenador (Larios entrenó a Campos)… Él se podía dar el lujo de no entrenar y estar al 100”, escribió el año pasado Pablo en su cuenta de Twitter, para felicitar a Campos por su cumpleaños.
Tras el deceso de Larios, el cronista deportivo Christian Martinoli, quien es amigo de Campos, publicó en su cuenta de Twitter el pesar del ‘Brody’ por la muerte de su ídolo.
“Se fue el mejor de todos los tiempos, aunque le pese a muchos, sobre todo los que no conocen el arco. Siempre le estaré agradecido por lo que me enseñó. Gracias a él la gente se acuerda mucho de mí, creo que fui su obra maestra por todo lo que me entrenó. Gracias, ídolo”.