MÉXICO -- Las lágrimas lo invadieron al entrar y al salir de la cancha del Estadio Azteca. Óscar Pérez vivió su última noche con los guantes puestos y lo hizo con Cruz Azul, el equipo de sus amores y donde estuvo por 15 años, de los 24 de carrera que tuvo.
A sus 46 años, el resorte se le acabó a uno de los últimos emblemas de la Máquina. Pese a la nostalgia por despedirse de la institución que lo vio crecer, el ‘Conejo’ se llevó la ovación de sus compañeros y de toda la afición celeste. Al momento de partir, los jugadores cementeros le hicieron un pasillo para que Jesús Corona tomara su lugar en el terreno de juego.
Con el número uno en la espalda, se fue uno de los artífices del último título de liga de Cruz Azul, aquel que consiguieron en 1997 ante León. Recién comenzó el juego, Emmanuel Gigliotti, delantero de Toluca, le cedió el esférico y, al unísono, el coloso de Santa Úrsula lo vitoreó.
Incluso, fuentes cercanas a ESPN confesaron que previo a su último duelo, lo notaron nervioso en el autobús, sentimiento propio por las ganas de entrar a la cancha y al mismo tiempo, por decirle adiós al futbol. Además, mencionaron que vio videos motivaciones con sus compañeros en el trayecto del hotel de concentración al Estadio Azteca.
Al medio tiempo, la directiva encabezada por Guillermo Álvarez, presidente del club, y Ricardo Peláez, presidente deportivo de la institución, le entregaron un reconocimiento al ‘Conejo’ por su carrera y sus más de 700 juegos en Primera División. El guardameta estuvo acompañado por su familia y le dio una vuelta a la cancha del Estadio Azteca ante la ovación del público, misma que vitoreó su nombre.