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Renae Cuéllar y el reto de ser mamá en el deporte profesional

Para Renae Cuéllar ser mamá siempre es lo primero, por lo que antes de firmar con un club lo informa y prácticamente queda estipulado en el respectivo contrato. Es ella, su hijo y su mamá o no hay trato. La vida de la delantera de Xolas de Tijuana cambió cuando supo en Alemania que estaba embarazada y por nada del mundo dejaría a su pequeño Romeo, por seguir en el futbol. Primero es mamá y luego futbolista.

“Siempre digo que si un equipo me necesita debo llevar a mi familia sí o sí; no es opción. Si no quieren que lleve a mi hijo y a mi mamá (quien cuida a Romeo) no hago compromiso. Yo firmo un contrato con mi bebé y con mi mamá”, declara a ESPN Renae Cuéllar.

“Romeo y mi mamá siempre están conmigo. Las veces que nos separamos es cuando yo viajo a jugar o cuando me llaman a una concentración con la Selección Mexicana; no es fácil, pero siempre ha de estar conmigo. Obviamente, hay decisiones que uno debe tomar para tener mejores opciones en tu carrera, como cuando firmé contrato en Israel (FC Kiryat Gat) y tuve que dejar a Romeo por dos meses. Yo estaba en pretemporada y no sabía cómo era ese país, pero nunca cuando estoy en un club tengo problemas”, asegura la jugadora.

Sin embargo, confiesa que una vez tuvo que rechazar una propuesta de trabajo por ser mamá “y dije que mi familia es primero”. Considera que en su caso necesita tener calma fuera de la cancha, para luego transmitirla mientras juega.

“Antes no era común ser mamá y deportista, pero desde hace tiempo cambiaron las cosas, sobre todo en Estados Unidos, pero en otros países no es normal. Tengo un poco de miedo que alguna vez me vayan a decir que no se puede, como ya me pasó. Un equipo me comentó que era mejor que mi hijo no estuviera conmigo para que yo me enfocara mejor en el torneo; respondí que ‘muchas gracias, pero este no es parte de mi plan para ser futbolista’ y no acepté. En ese tiempo Romeo tenía un año y tres meses, pues yo venía de un torneo con la Selección en Turquía”, agregó Renae Cuéllar.

UN RITUAL FAMILIAR EN EL ESTADIO

Señala que se sintió triste por el rechazo, pues también ha escuchado en México que algunos dicen que mejor regrese a su casa con su bebé, pero ella hace oídos sordos y sigue adelante; considera que mientras pueda combinar su estado de mamá con el futbol, perfecto y será feliz.

“Mi idea es ser como lo es mi mamá, lo que vi en mis abuelas, que pueden trabajar y cuidar a su familia. Uno no se siente bien cuando escucho cosas de 'vete a tu casa a cuidar hijos'; para mí eso es muy macho y si uno quiere ser mamá, futbolista y esposa, es mi decisión y tengo el apoyo de mis papás, de mi esposo; quizá si no lo tuviera fuera diferente”.

Renae Cuéllar comenta que le duele no estar todo el día con su hijo, no verlo crecer como cualquier mamá que está en casa, pero “yo quiero lo mejor para Romeo; así lo pienso desde que supe que estaba embarazada, cuando jugaba en Alemania”.

Ella es hija única, nunca le faltó nada, aunque cuenta que sus papás necesitaron del apoyo de sus abuelos, pues “eran muy jóvenes cuando nací; ella tenía 17 años y él 20”.

“Siempre necesito enfocar mis emociones para entrar al partido. Y ya cuando termina lo primero que quiero saber es donde está Romeo, lo busco y lo tomo de la mano para caminar en la cancha; quiero que sepa que siempre pienso en él”, añade la futbolista.