El delantero de Monarcas Morelia Fernando Aristeguieta, publicó en sus redes sociales un texto al que tituló “La vida sin futbol”. En dicho texto, el futbolista venezolano responde al debate sobre la posibilidad de vivir sin ver futbol en la televisión, a raíz de la suspensión de este en casi todo por la pandemia por el Coronavirus.
Aristeguieta responde en un texto elaborado y estructurado que ciertamente, es posible vivir sin futbol al no ser una actividad esencial en la vida, como de igual forma se podría vivir sin luz artificial u otras cosas incorporadas a la vida cotidiana; según el delantero de Monarcas, vivir sin futbol es posible, pero se vive peor.
En el texto explica que encontró comentarios en redes sociales de un personaje “a quien se le considera intelectual” asegurando que sí se podía vivir sin futbol y ello le sorprendió pero no le dio importancia. Al ver que esa corriente crecía con eco positivo desde otras cuentas se percató de la seriedad en que crecía dicha idea.
“Me di cuenta de qué hay gente que lo dice en serio. Qué hay gente que pareciera preferir que se eliminase el fútbol por completo, que consideran a ese deporte una actividad banal de la que el mundo podría prescindir sin consecuencias graves, y además lo hacen con cierto aire de superioridad moral, como queriendo demostrar que a diferencia de la mayoría de las personas, ellos sí tienen intereses profundos y sustanciales. No pude evitar contestar, sin un destinatario específico, que decir eso es bastante estúpido”, contó el ‘9’ de la oncena michoacana.
Hace unos días hice algunos comentarios por esta vía criticando a aquéllos que se regocijan diciendo que se puede vivir sin fútbol. A raíz de esos tuits, escribí un texto profundizando en el tema para la página web de @sofoot (1/2)
— FernandoAristeguieta (@Feraristeguieta) May 14, 2020
Tras ello, publicó un hilo en Twitter. En el justificó con cifras el impacto económico de la industria del futbol en España, después lo trasladó al escenario nacional. “Piensen tan solo en un juego de fútbol que está por disputarse, cuántos restaurantes abren en las inmediaciones del estadio, cuántos vendedores de bebidas, cuánta gente vendiendo mercancías relacionadas a los equipos que están por jugar, cuántas unidades de fuerzas policiales, cuánta gente involucrada en las distintas retransmisiones que se harán por radio y televisión, y así podríamos seguir dando ejemplos de la cantidad de gente que encuentra en ello una oportunidad de llevar el pan a su casa”.
Remató su texto con su conclusión sobre su percepción de aquellos que creen que es posible vivir sin el futbol: “Entonces sí, podemos vivir sin fútbol, pero sin fútbol se vive peor, y quienes vayan por la vida gritando a los cuatro vientos, contentos, que se puede vivir sin fútbol, son de todo menos inteligentes e interesantes, que es precisamente lo que quieren parecer”, expuso.