El nuevo presidente de Querétaro, Gabriel Solares, aseguró que el equipo no cambiará de sede, ni de nombre. Esto a pesar de no contar con un contrato que avale que el club esté obligado a quedarse en su plaza actual.
“Todo el proyecto es para continuar haciendo crecer a los Gallos y esté al nivel de la ciudad y estado. No tenemos intención de venderlo, ni moverlo. Esto es lo que sabemos que la afición tendrá”, dijo.
Solares mencionó que la sociedad que componen los dueños del equipo queretano tiene una duración por 99 años, pero el deseo es que juntos celebren 50 años juntos con este proyecto.
“Las sociedades anónimas tienen duración de 99 años. No existe otro proyecto o documento para decirles que estaremos 2,15,29 o 99 años. Me gustaría que celebremos 140 años aquí”, declaró.
En conferencia de prensa aseguró que “los verdaderos dueños de los sentimientos y pasión son los aficionados. No concebimos a un Querétaro sin sus Gallos. La tradición e historia no se compra y han respaldado a su equipo en 70 años”.
Del mismo modo, reconoció que el grupo de inversionistas tiene socios que también tienen injerencia en el conjunto del Atlante, pero Solares mencionó que estos proyectos son completamente diferentes.
“Un servidor funge como el representante titular de dicho certificado. Compromiso y responsabilidad tener este certificado. Es importante hacer de su conocimiento que a pesar de los socios del grupo inversionista igual son comunes con Atlante son proyectos diferentes”, comentó.
Al ser cuestionado por la participación de exrepresentantes, Solares aseguró que la participación de Greg Taylor y Manuel Velarde no es motivo para que duden de la honestidad de su trabajo.
“No la daña su participación. Los inversionistas y Greg cumplieron con reglamentación de FIFA. Manuel dejó de serlo hace dos años, Greg colaboraba con agencia de representación y lleva dos años sin celebrar operación con ninguna directiva. No veo daño alguno en la imagen. Son solamente gente que sabe de futbol y vienen a poner todo su conocimiento”, sentenció.