<
>

Tarde que temprano, Messi se irá

Ayer por la noche, la Cadena Ser en España, a través del programa El Larguero con Manu Carreño, adelantó lo que hoy estuvo ya en boca de todos: la posibilidad de que Lionel Messi no continúe en el Barcelona.

Aunque al argentino aún le queda un año de contrato y su adiós del Barça llegaría hasta el próximo verano, el solo hecho de plantear el escenario pone en jaque a uno de los equipos más dominantes de los últimos años.

El mejor momento en la historia del Barça, más allá de nombres como el de Puyol, Xavi, Iniesta, Busquets, Piqué o el mismo Guardiola, irá siempre de la mano de Messi.

Además de goles, regates, asistencias o cualquier otro lujo que La Pulga se ha cansado de hacer sobre el campo; uno de sus mayores logros seguramente pasará por al menos permitir la pregunta ¿es más el Barcelona o es más Messi?

Grandísimos jugadores han pasado por los mejores equipos del mundo y, tras su inevitable adiós -unos de mejor modo que otros- los clubes siguieron adelante, ganaron más títulos y sumaron nuevos seguidores. Por eso, como en la vida, pareciera que en el futbol nadie es imprescindible.

Sin embargo, el caso de Cristiano y lo que a dos años de su salida del Real Madrid sigue generando, nos permite al menos cuestionarlo.

El brutal dominio que ambos jugadores han tenido en el futbol por más de una década los han puesto a la par de los que probablemente sean los dos equipos más conocidos a nivel mundial.

El Madrid aún sigue buscando respuesta a la vida sin Cristiano; y el Barça no parece haber puesto mucha atención en el ejemplo blanco. Porque aunque Messi sólo estuviera amagando ahora, su salida llegará tarde que temprano.

El error de los blancos puede ser haber creído que otro jugador supliría lo que les daba el portugués. Barcelona debe saber que no habrá otro Messi. Que pase lo que pase con el futuro del jugador, sus registros serán con toda seguridad inalcanzables. Lo que tiene que hacer el Barça no es buscar quién

individualmente tome la estafeta que deje Lio; sino empezar a armar un proyecto deportivo que hoy no parece estar muy claro y confiar en que casi siempre -salvo cuando se trata de Messi o Cristiano- mejor más que menos