Protección Civil de Mazatlán ofreció trabajo a integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ para supervisar los partidos de Mazatlán FC y la Serie del Caribe. En Sinaloa la integración ya dio su primer paso
“En Mazatlán no hay descriminación”, suelta Romina, una transexual que ha pasado 36 años “enzapatillada, enpelucada y maquillada”, que solía dar espectáculos en las noches y ahora forma parte del operativo de seguridad de El Kraken, el lugar que cambió el grito homófobico, perseguido en FIFA, por felicitaciones a los integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+.
“Tenía 36 años enzapatillada, maquillada, empelucada, años de vivir de noche, es algo difícil el cambio, pero todo se puede superar en esta vida. Es algo bonito para mí, porque conoces gente nueva, te das cuenta que eres útil para otras cosas y no nada más para el show”, cuenta a ESPN Digital, Romina, una integrante de la comunidad de la diversidad y que ahora cuida El Kraken en los partidos del Mazatlán FC, verificando que todos entren con cubrebocas, sin bebidas, cigarrillos o armas...
La pandemia detuvo la fiesta, los antros, los espectáculos nocturnos, en los que Romina, Denis y María se ganaban la vida, dando espectáculos, cortando el pelo o cantando, entonando las rolas de la Gloria Trevi. Ellas son tres de las cuatro integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ que trabajaron en Protección Civil del Municipio de Mazatlán, Sinaloa, y participaron en los operativos de seguridad en al menos cinco juegos del Mazatlán FC, “también en la Serie del Caribe”.
“Dentro de los partidos hay personas que pertenecen a la comunidad LGBT, a lo mejor por la imagen no son tan abiertos, pero las preferencias sexuales de una persona no deberían interferir con el deporte. Podemos ser mejores futbolistas que ellos, lo saben (risas). En vez de discriminarnos pasa lo contrario, nos han felicitado y agradecido que cumplimos con nuestra labor”, dice Denis Mares, cantante que ha participado en varios concursos.
El grito de “Puto”, que es perseguido por la FIFA, no las escandaliza, aunque reconocen que olvidarlo es un paso que se debe de dar en el futbol mexicano y en la cultura en general, más allá de las consecuencias deportivas que pueden surgir contra México.
“Yo soy una persona abierta, he pasado por muchas cosas. En mis tiempos, cuando había discrminación por parte del gobierno, pasaban cosas increíbles, no podías pasearte en la calle, te cortaban el cabello, no podías ir a pedir un trabajo y este espacio que nos dieron como comunidad LGBT fue una bomba, porque en Mazatlán no hay discrminación, hay oportunidades para cualquier tipo de personas y es lo importante, que estamos teniendo cambios, en nuestro gobierno y en México”, recuerda Romina.
El futbol mexicano es señalado a nivel mundial por el grito homofóbico, perseguido por FIFA, pero en Mazatlán, al menos en los partidos en El Kraken, hay un grupo de aficionados que “al contrario de todo eso, nos felicitan, nos agradecen y respetan nuestro trabajo”, asegura María, otra de las tres integrantes de la comunidad LGBT que resguarda los partidos del Mazatlán FC.