Marcelo Gallardo, flamante entrenador de Al-Ittihad, equipo saudí que este martes debutará en el Mundial de Clubes 2023, analizó su llegada al fútbol árabe, tras un año sabático, y su salida de River Plate, donde marcó una época.
En una larga entrevista con FIFA Plus, el Muñeco se refirió a su llegada al Al-Ittihad, equipo protagonista de la Saudi Pro League y pronto a enfrentar a Auckland City en Buraydah: "Estoy en este momento de mi vida donde elijo salir un poco de la zona de confort en la que uno a veces se siente que está y descubrir cosas nuevas con la pasión que uno pueda transmitir y con el deseo de que eso se pueda plasmar en un lugar totalmente distinto. Entonces, cuando hablo de pasión, cuando hablo de emoción, que es lo que nosotros, sobre todo los latinoamericanos, tenemos en relación con el fútbol, esperar que eso se pueda transmitir y que acá en este lugar, en pleno desarrollo y crecimiento, podamos inyectar y podamos ir encontrando un ida y vuelta permanente en esa posibilidad de crecimiento porque esto es así. Mi intención, mis sentimientos, mi pasión, mis emociones hacia este deporte estarán a la vista todos los días porque no encuentro otra manera de vivir, de vibrar con eso y esperando que también del otro lado podamos contagiarnos para seguir creciendo juntos. Esa es la idea, por lo menos desde mi punto de vista".
Consultado por los doce meses sin dirigir, luego de finalizar su etapa de ocho años y medio en el Millonario, indicó: "Bueno, principalmente me dio salud. Muchas veces como estamos en la rutina permanente, no nos detenemos a pensar qué nos pasa internamente. Qué pasó en este cuerpo, qué pasó en esta cara, je. Ahora me veo mejor, sí, porque me siento bien, me siento contento, me sentí con ganas de volver a trabajar. Entonces, claramente me hizo muy bien, disfruté de cosas normales de la vida, salí de mi rutina de exigencia permanente que es estar al mando de una gestión deportiva como era la de River durante más de ocho años y pico. Entonces descubrí que también hay momentos en que hay que saber parar, hay que saber salirse para poder mirar, para poder pensar".
"No te digo que no extrañé (River), pero porque estaba muy convencido de lo que quería hacer. Porque tampoco podés soltar todo eso de lo que hiciste durante tantos años, no lo podés soltar de la noche a la mañana, pero yo ya estaba viviendo un proceso en el cual yo sabía que en algún momento eso lo tenía que hacer, o sea, interno. Y cuando tomé la decisión de salirme dije, bueno, nada. Y tal vez uno a veces se pone a pensar y dice, bueno, te das un plazo. Bueno, tal vez de acá a seis meses tal vez... Y ese fue un error que cometí porque no... Tampoco tenía que darme plazos, tenía que ir sintiendo cosas, de cómo se iban presentando, de qué momento yo estaba. Me parece que tampoco darte plazos así, por lo menos en mi caso, estoy hablando siempre que se sintiera bien, mi caso personal. Después de ocho años y pico, estando durante mucho tiempo en River, ocupando mucho tiempo de mi vida, mucho tiempo de mis horas, decidí salirme y cuando entendí que no tenía que darle plazo empecé a sentirme más liviano también", completó.
Además, el nacido en Merlo hace 47 años contó que tomó la decisión de continuar con su cuerpo técnico porque en su equipo "tiene gente muy capacitada y buena gente" y porque le gusta trabajar en su equipo. Y añadió: "Mi condición personal y mis ideas y mis ganas y mis deseos de poder desarrollar tiene que ver con mi equipo, somos equipo. Y ahí donde considero yo que la tarea del entrenador, la tarea del responsable de la gestión, se hace mucho más fácil cuando tenés gente que te respalda y que te acompaña y que te va aportando".
Uno de los mayores desafíos de su etapa en un fútbol exótico como el árabe, pero de gran crecimiento por la llegada de varias estrellas, es gestionar un vestuario con jugadores de la talla de Karim Benzema, N'Golo Kanté y Fabinho.
"Yo considero que los jugadores que han tenido experiencias supremas y que han vivido un montón de cosas y que han sido ganadores o que han sido muy competitivos, en este caso porque ganadores, a veces ganadores o no ganadores se mide de acuerdo a cómo competís. Creo que los jugadores que han tenido una competencia muy importante, eso está con ellos, eso no se pierde. Y si hay algo que tal vez puedas abordar en el sentido de que, bueno, por ahí se está en un lugar donde la exigencia tal vez no es la misma, bueno, ahí recordar que si sos competitivo, tenés que ser competitivo siempre. Si sos ganador, tenés que intentar ganar siempre. Entonces, hay cosas que, bueno, tal vez se puedan flaquear por cuestiones normales y razonables cuando hablamos de exigencia y expectativa, pero cuando está dentro tuyo a veces hay que despertarlas nada más.Sí tengo una clara visión de que no todos los jugadores son iguales, entonces se aborda de manera distinta. Cada situación es un mundo", expresó el Muñeco en diálogo con Nicolás Rotnitzky.
En otro orden, el exfutbolista contó que para él es "muy importante" establecer la misma cultura que en River, aunque "eso no se establece de un día para otro". "Creo mucho en la comunicación, en cómo podamos transmitir, en cómo podamos comunicarnos entre todos, pero también lo más importante es que todos estemos convencidos hacia dónde queremos ir. Cuando no hay mensajes claros, cuando no hay estructuras sólidas, terminan mandando los resultados y ahí hay confusión. En el fútbol eso es moneda corriente, pero cuando hay convencimiento de lo que se quiere hacer a corto, mediano y largo plazo, y hay estructuras sólidas y gente capacitada como para entender que esos plazos son importantes, poder desarrollarlos y llevarlos a cabo, ahí es donde se empiezan a gestionar los grandes momentos de los equipos. Cuando todas esas patas están firmes, se pueden generar grandes cosas", profundizó Napoleón.
Y apuntó al "idioma universal del fútbol" respecto a la barrera idiomática que le plantea Arabia Saudita, ya que "se siente, se vibra, se observa", y eso cree que "es una herramienta muy poderosa". "El poder descubrir de qué manera pueden sentir o que ellos puedan descubrir de qué manera puedo sentir yo, creo que está más allá del idioma. Esas cosas se sienten. Y después, bueno, sí, hay algunas cuestiones que tienen que ver con el día a día, de qué manera puedes abordar una comunicación o una estrategia de partido o intentar que se sientan lo más cómodo posible en estos momentos de donde estamos en plena competencia. Después ya habrá con más espacio, habrá momentos para otras cosas, pero bueno, estamos en ese descubrimiento total", agregó quien inició su carrera como DT en Nacional de Uruguay.
Ser un buen líder
"Hay un montón de cuestiones que pueden emparentar a buenos liderazgos. Algunos podemos estar de acuerdo y en algunos no. Pero yo creo que eso se da natural y hay que sentirlo de manera natural. Ponerle palabras a un buen líder es muy difícil, hasta muy complejo. Creo que uno relaciona los grandes liderazgos con el sentir, con el transmitir, de qué manera lo hace, de qué manera afronta determinadas situaciones, de qué manera estás parado en la vida en realidad. Muchas veces se quiere esforzar a que alguien sea líder. O se transmiten o se generan falsas expectativas de los demás con una persona, en este caso. Pero aquel que es líder, generalmente, seguramente va a transmitir y los otros lo van a ver. Yo tuve referentes muy importantes. Después, lo vuelvo a decir, no hay que forjar la palabra liderazgo porque a veces hasta suele ser, o puede crear una falsa expectativa. A veces se le da un mote a algo que mismo para esa persona que lo recibe hasta le pesa convivir con algunas cuestiones. Hay futbolistas que van marcando el camino, que ni hablan, pero que van marcando el camino con expresiones, con comportamiento, con determinados detalles, y por ahí ni hablan. Y vos decís, ¿y este líder? No, porque no habla, pero sí marca cosas. Sí va marcando situaciones que los demás miran. Me gustan esos líderes".
Anticiparse a lo que va a ocurrir
"Yo, cuando era jugador, a veces uno tenía la impronta de que podía, estaba en mi ADN, poder generar situaciones que no estaban dentro de ningún contexto establecido. O sea, esa libertad del futbolista a tener la capacidad de tomar decisiones para resolverlas es la que más me ha identificado en mi carrera como futbolista. Y es en la que creo absolutamente cuando tengo un jugador enfrente. O sea, jugadores que puedan resolver situaciones, creo que yo, que cualquier entrenador quiere tener jugadores que puedan resolver situaciones. Ahora, cuando no podés desconocer que hay cosas que van sucediendo en el fútbol que a veces están establecidas y a veces no. A mí me gustaba que me contaran, o sea, me gustaba saber con qué me podía enfrentar. O sea, quería entender si había situaciones que por ahí yo desconocía".
DT y futbolista
"El futbolista siempre termina siendo el más importante, pero aquellos futbolistas que son inteligentes a la hora de interpretar situaciones que pueden resolverse por sí solas, por una cuestión natural, porque tienen esa impronta, pero también que son inteligentes para leer cosas que pueden pasar, porque tienen esa impronta, pero también que son inteligentes para leer cosas que pueden pasar. Eso es lo que yo considero que es un jugador que está por encima de la media. Nosotros desarrollamos estratégica, nosotros observamos los rivales que vamos a enfrentar, pero después el fútbol es fútbol. Van cambiando situaciones que vos tenías de manera establecida, que pueden variar y en esa variación el jugador tiene que entender las dos cosas. Esto puede pasar y después hay cosas que hay que resolver que están en el ADN personal de cada uno".
El manejo emocional
"La gestión emocional tiene que estar... Si no estoy emocionalmente equilibrado, es muy difícil que pueda transmitir y que el mensaje pueda ser bien recibido. O sea, partiendo de esa base, a veces no todo el tiempo sucede, porque es muy difícil estar emocionalmente equilibrado todo el tiempo, pero bueno, tienes que entender que tenés que bajar un mensaje y que tiene que ser bien recepcionado. Entonces hay que tratar de estar siempre lo mejor equilibrado posible. Pero a veces también surgen emociones que no se pueden controlar. A veces no está mal mostrar también que podés tener emociones que no podés controlar. Porque esto no es actuación. Pero allá te dicen, corten y vamos de nuevo. No es una película Entonces a veces no podés estar en la estructura permanente porque tenés que mostrar equilibrio. A veces sos un desequilibrado y bueno, sí tenés que controlarlo, pero a veces no lo podés controlar. Y es parte del juego, es parte de las emociones, es parte de saber que somos seres humanos que conviven permanentemente con todo eso. Y que los jugadores también lo vean y lo entiendan, también es algo bueno. Porque no tenemos que ocultar esas cosas. Porque existen. No las puedo caretear".
El Mundial de Clubes, que tendrá a Manchester City y Fluminense como grandes candidatos, iniciará este martes con el duelo entre Al-Ittihad y Auckland City. Marcelo Gallardo disputó esta competencia en dos oportunidades con River: 2015, donde perdió la final con Barcelona, y 2018, edición en la que cayó por penales en la semifinal frente a Al Ain.