Este lunes, la Selección peruana jugará en Doha, una ciudad en la que ya tiene un buen antecedente, ante Australia por el anteúltimo boleto para Qatar 2022. Así como Ricardo Gareca y su comando técnico, ESPN.com también estudió al equipo australiano. Aquí, las claves del juego de los Socceros, el último obstáculo de la Bicolor para llegar al Mundial.
La selección de Australia que conduce Graham Arnold, seleccionador desde 2018, respeta la filosofía de juego de su nación. Un fútbol directo y físico, de firme raíz británica. Algo que Perú ya conoció hace 4 años, durante la fase de grupos del Mundial de Rusia. Esta versión de Australia, sin embargo, se presenta rejuvenecida. Ya sin grandes nombres, como Cahill o Kewell, esta selección se proyecta como un equipo en transición, con más futuro que historia.
Con Arnold como DT, Australia fracasó en la Copa de Asia de 2019, a la que llegó como campeón. Tras una fase de grupos irregular, que comenzó con derrota ante Jordania, llegó hasta los 4tos de final. Allí, quedaron eliminados ante Emiratos Árabes Unidos, casualmente la selección a la que vencieron la semana pasada para jugar el repechaje ante Perú. En ese momento, se hizo evidente la necesidad de apurar el recambio generacional.
Sin embargo, varias piezas de la maquinaria australiana aún son las mismas que hace 4 años. En el arco se mantiene Mathew Ryan (30 años), golero de la Real Sociedad de España. En la defensa, entre sus centrales todavía aparecen Trent Sainbury (30), del Kortrijk de Bélgica, que estuvo lesionado ante Emiratos Árabes pero volvería ante Perú, y Milos Degenek (28), del Columbus de la MLS, que fue suplente ante la Bicolor en Rusia, Además, su lateral izquierdo todavía es Aziz Behich (31 años), del Giresunspor turco. En el medio, el experimentado Aaron Mooy (31 años), del Shanghai Donghai chino, organiza al equipo desde el eje del campo. Lo acompaña en la tarea Jackson Irvine (28), que milita en el St. Pauli alemán. Adelante, Mathew Leckie (31), del Melbourne City, conduce la ofensiva.
Esa base experimentada se complementa con talento joven. En su mayoría, jugadores que participaron de los Juegos Olímpicos de Tokio. Allí, sorprendieron venciendo 2-0 a Argentina y apenas perdieron 0-1 ante España, luego subcampeón. El afianzado lateral derecho es Nathaniel Atkinson (22 años), del Hearts escocés. Entre los zagueros se destaca Kye Rowles (23), de Central Coast australiano, un joven seguido de cerca por ojeadores europeos. Una baja importante ante Perú será la ausencia por lesión de Harry Souttar (23), defensa del Stoke City. En el medio, los jóvenes Riley McGree (23, Middlesbrough), Denis Genreau (23, Toulouse) y Connor Metcalfe (22, Melbourne City), le aportan recambio e intensidad. Pero sobre todo es Adjin Hrustic (25), apuesta del Eintracht Frankfurt alemán, su número 10, el gran talento del equipo en ofensiva. Desde el banco hacen su aporte otros jóvenes como Awer Mabil (25, Cádiz), Marco Tilio (20, Melbourne City) y Nicholas D’Agostino (24, Melbourne Victory).
El entrenador de Australia confía en el material que tiene a mano en su Selección. “Creo en mis jugadores. Se que no tenemos a ninguno como figura en una de las grandes ligas pero hay talento en el plantel”, afirmó. La apuesta de juego es simple, ser ordenados y directos. Sin la pelota, en defensa, ocupar bien los espacios con dos líneas de 4 jugadores bien agrupadas bajo las órdenes de Mooy. Esperar en campo propio, para achicar los espacios, y presionar sobre la pelota cerca del mediocampo. Guardar energías para contragolpear con mucha gente, recuperar rápido y aprovechar el talento joven de Hrustic para romper líneas y llegar pronto al área rival.
Con la pelota, el objetivo de los Socceroos es ser prolijos. Como es habitual en el fútbol actual, la salida de la pelota intenta ser al pie desde la propia defensa. Quizás aquí se explica que la defensa sea la zona más rejuvenecida del plantel. Luego, la búsqueda es construir sucesiones de pases que permitan desbordar a los rivales. Por momentos, cierta impaciencia y la tendencia a verticalizar conspiran contra esta propuesta. Este es uno de los puntos flojos en un equipo que, de todos modos, está cómodo sin la pelota. Saben que sus prioridades son estar bien parados siempre y no correr riesgos de ningún tipo.
Otra clave del juego australiano está en las bandas. Sus ataques se concentran en los laterales, sumando gente allí para centrar desde ahí en un típico juego inglés de balones al área y, claro también, de pelota parada. Por la derecha, el joven Atkinson le da soporte y opciones a Martin Boyle (29, Al Faisaly), un experimentado volante que mostró mucho desborde en la repesca asiática. En la otra banda, Craig Goodwin (30, Adelaide United) se conoce hace tiempo con Behich, hacen buena dupla y son una amenaza con sus precisos centros.
Para Australia, jugar el repechaje mundialista es parte del fracaso de esta selección en las Eliminatorias. Como admitió su DT, el pueblo australiano confiaba en clasificar de forma directa, como en los 3 mundiales previos. La pandemia del coronavirus, justifican en el comando australiano, tuvo mucho que ver. Por las restricciones en ese país, en las Eliminatorias solo jugaron en la isla 4 de los 18 partidos en los que fueron locales.
Graham Arnold, ya sabe lo que es jugar un repechaje mundialista. Como futbolista lo disputó en 3 oportunidades y siempre perdió. En 1985, cayeron ante Escocia. Luego, en 1993, ante la Argentina de Maradona. Y, en 1997, ante Irán por goles de visitante tras ir ganando 2-0 en el partido decisivo. Recién logró un triunfo en 2005, desde el banco de suplentes, como asistente de Guus Hiddink. Esa vez, la 5ta que lo intentaban, los australianos superaron a Uruguay por penales. Ahora, Arnold dice que el mejor que todos esos recuerdos será clasificar ante Perú. El equipo de Gareca, que ganó un repechaje hace 4 años, intentará dejarlo, otra vez, con las ganas.