Faltaba poco más de un mes para el comienzo del Mundial de Francia 1998. Y los equipos estaban en plena preparación. El partido era amistoso. Pero se sabe que no hay amistosos entre Argentina y Brasil. Como no los hay en un Boca-River o un Real Madrid-Barcelona.
Los dos querían la victoria. Porque, además, el triunfo iba a significar un envión importante de cara a la cita mundialista. Para la Albiceleste el desafío era muy grande, ya que en caso de ganar podía quebrar la racha de 41 partidos sin victorias en el Maracaná.
Asi, el 29 de abril de 1998, hace 25 años, se escribió una histórica página ante el clásico rival: Argentina ganó 1 a 0 con gol de Claudio López y rompió una larga sequía sin victorias en el mítico estadio.
La Albiceleste era dirigida por Daniel Passarella, con Américo Rubén Gallego y Alejandro Sabella como ayudantes de campo, y formó de la siguiente manera: Burgos; Vivas, Ayala, Sensini; Zanetti, Almeyda, Simeone; Verón, Ortega; Batistuta, Claudio López. DT: Daniel Passarella.
Brasil, con Mario Zagallo en el banco, lo hizo con: Taffarel; Cafú, Junior Baiano, Aldair, Roberto Carlos; César Sampaio, Zé Elías, Denilson, Raí; Ronaldo, Romario.
El equipo que presentó el Kaiser fue muy ofensivo, con jugadores de tres cuartos de cancha hacia adelante como Verón, Ortega, Batistuta, López… Del otro lado, había una verdadera potencia. Brasil venía de ser campeón en Estados Unidos 1994 y contaba con nombres como Cafú, Roberto Carlos, Raí, Ronaldo, Romario… Un lujo.
Estados Unidos, cuatro años atrás, había dejado un mal recuerdo para los argentinos: fue el Mundial del doping de Maradona, del “me cortaron las piernas”. Siempre dio la sensación de que ese equipo de Alfio Basile, de no ser por el episodio de Maradona, podría haber sido campeón. Pero fueron los brasileños los que celebraron el tetracampeonato al vencer en la final a Italia por penales.
El partido fue aburrido, sin muchas situaciones de gol en los arcos. Pese a que Passarella plantó un equipo con nombres importantes en la ofensiva, la premisa fue no sufrir atrás. Y se logró, ya que Brasil no inquietó a la defensa argentina. Los laterales, el fuerte de Brasil, casi no pudieron subir debido a que Ortega tapaba a Roberto Carlos y Simeone, a Cafú. Y Ronaldo y Romario quedaban aislados.
Parecía que todo iba hacia un empate intrascendente hasta que apareció el Piojo López. Cuestionado en ese ciclo por su falta de precisión a la hora de definir, el ex Racing se convirtió en héroe con un golazo. A los 38 del complemento Verón metió un pelotazo sobre la línea de cal para el Piojo, quien dejó en el camino a Junior Baiano y encaró hacia el arco. Y ante la salida de Taffarel sacó un gran derechazo que selló el 1 a 0 final.
Hubo hinchas brasileños que aplaudieron el tanto argentino y que luego hasta cantaron “ole” cuando Brasil no podía recuperar el balón, disconformes con la presentación de la Verdemarelha.
Pero las cosas serían diferentes en el futuro. Brasil llegaría a la final de Francia, donde cayó ante los locales por 3 a 0; Argentina quedaría afuera en cuartos de final ante Holanda. De todos modos, nadie con corazón celeste y blanco iba a olvidar esa histórica victoria luego de 41 años.