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2-2, y México saca una C ante Camerún B

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México consigue sufrido empate ante su similar de Camerún (0:51)

Revive las acciones del último duelo amistoso previo a enfrentarse a Estados Unidos en la semifinal de la Nations League. (0:51)

SAN DIEGO — Camerún B mandó a México con un crespón de dudas al Final Four de la Liga de las Naciones y a la Copa Oro. 2-2 el desenlace con hedor a epitafio. Crasos errores defensivos marcan la igualada, uno de ellos de Luis Ángel Malagón, quien había entrado al relevo de Carlos Acevedo, quien se había dislocado en el hombro en el calentamiento.

Más allá de las calamidades defensivas, provocadas por jugadores veloces, fuertes, hábiles y avispados, México también adoleció de claridad, de talento, de una idea clara para que a la posesión y sobadera incesante del balón, le pusiera al menos una guirnalda de lucidez.

Diego Cocca había reclamado tiempo y paciencia para consumar su proyecto, pero, con este traspiés maquillado de empate, el tiempo se le consume. Cierto poco puede hacer cuando hay desatenciones, desconcentraciones y encima, al frente, carece de hombres audaces y decididos, además de creativos. Transpiración hay, pero con pujidos a tontas y a locas.

No hubo lleno, pero hubo fiesta en la tribuna, mientras en la cancha se debatía entre el carnaval y el funeral. 30 mil 543 arriesgaron su patrimonio por un suspiro de futbol.

México comenzó a su estilo, con esa parálisis emocional y mental, que incluso originó un par de sustos, y una intervención de Luis Malagón, quien irrumpió en la alineación por un dislocamiento de hombro de Carlos Acevedo.

Nuevamente, el Tri soba el balón, gestiona el dominio, pero no encuentra una relación generosa, creativa, picaresca, inteligente, para poner el balón en una zona de definición, claro, sin muchas esperanzas de un fulminante remate.

Con su línea de cinco, que en el afán de dominio territorial terminó confundida en un pertinaz e insistente ataque, marcando un control inútil y una posesión fantasma, que hacía sentir cómodo a un flexible Camerún que reposaba en un 4-5-1.

Luis Chávez toma los hilos de un teatro guiñol sin títeres. Incluso los intentos por asociarse con su coequipero Roberto de la Rosa eran anticipados por la numerosa muralla africana.

Al final, en el primer tiempo, México terminaba hilando telarañas, sin darse cuenta que, sería la mosca de su propia trampa. Prueba de ello es que Bryan Mbeumo y Karl Ekambi se despacharon con un par de penetraciones que parecieron tragarse del mismo tónico de Lionel Messi. México jugaba en blanco y negro y le atacaban en cromática digital.

Es así que al 37, en una embestida vertiginosa de Camerún, despojan a Romo, y arma su propia fiesta Olivier Kemen, engatusa a Tiba, se paraliza Araujo, e Israel Reyes roza con la piel de Judas el disparo de Mbeumo. 0-1. Y la pizarra de Diego Cocca se desvanecía.

Pero, al ’47, el milagro. En condiciones creíbles, hubiera parecido una exaltación del Barcelona Guardiolista, el sumum del tiki-taka. Pero no. Entre Luis Romo, un desvío de De la Rosa, y un zapatazo de Luis Reyes, aquello salió de la canasta de costura del chiripazo. Pero igual valió. 1-1 y al descanso.

Para el segundo tiempo no se alteran los papeles. México teje y deshilacha más que la mítica Penélope. Uriel Antuna tiene una noche llena de actividad que es proporcionalmente directa a su incapacidad para entregar un balón a un compañero. Es difícil precisar si decide bien o actúa mal, o decide mal y actúa bien. Entre el error y la sospecha.

Con esa calma, astucia, paciencia, haciendo honor al mote de Leones Indomables, los cameruneses acosan en busca del error. Y al ’60, la cortesía llega de parte de Luis Ángel Malagón. Un servicio cómodo, intenta embuchacarlo, pero se le resbala, se le escurre, justo a la llegada del persistente y espabilado Ekambi. 1-2.

Mientras Diego Cocca entra en desesperación y cambia medio equipo, #ElGrito ya se vuelve un segundo cántico en el Estadio Snapdragon. ¿Alguien amenazó con el protocolo o detener el juego? El árbitro Kimbell Ward no se metió en problemas. “Mi no hablar espaniol”.

Cuando el partido vivía los estertores de la tragedia, a servicio de Henry Martín, llega un remate de Kevin Álvarez, violento, cruzado, desesperado, que rescata el empate para Diego Cocca.

México viajará este lunes a Las Vegas, para enfrentar a Estados Unidos en la Semifinal de la Final Four.