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Argentina y su actuación en el Mundial de China 2007: de la mejor cara a la peor derrota de la historia

Gabriela Chavez jugará en Australia-Nueva Zelanda su tercera Copa del Mundo Getty Images

La Copa América 2006 y el Mundial 2007 le mostraron a la Selección Argentina las dos caras de la moneda. En el torneo sudamericano que, además, cumplía la función de eliminatoria para la Copa del Mundo posterior, la Albiceleste consiguió una hazaña inesperada con una consagración que hoy, 17 años después, sigue siendo la única en el torneo que se disputa desde 1991. Un año más tarde, en China 2007, sufriría la mayor goleada de su historia no solo en mundiales sino en partidos oficiales de cualquier tipo, un 11 a 0 que todavía duele.

Jugado en noviembre de 2006 en Mar del Plata, el principal certamen de selecciones de la Conmebol tuvo muy poco público y una repercusión aún menor en los medios de comunicación. Eran otros tiempos y así pasó relativamente inadvertida una hazaña que si se repitiera hoy, sin duda se llevaría grandes titulares.

Argentina venía de obtener tres subcampeonatos en los sudamericanos previos, jugados en 1995, 1998 y 2003. Además había sorprendido con el buen nivel de su juego en la primera fase, con victorias sobre Uruguay, Colombia, Ecuador y Chile. Un 0 a 0 con Paraguay en el comienzo de la ronda final obligaba -pese al triunfo posterior otra vez frente a Uruguay- a lograr algo que nunca antes había ocurrido: si las argentinas querían ser campeonas, tenían que ganarle a Brasil.

La diferencia estadística con la poderosa verdeamerelha era abrumadora. Brasil llegaba a la final con seis triunfos, 30 goles a favor y 3 en contra. En el historial de la Copa América acumulaba cuatro títulos (todos hasta ese momento), 22 victorias, 173 goles convertidos y 9 recibidos. Contra la Argentina habían jugado seis veces y habían ganado las seis, anotando 26 tantos y recibiendo cinco.

El primer tiempo del partido jugado en un estadio José María Minella casi vacío, fue con dominio brasileño pero finalizó 0 a 0. Del mismo modo se desarrollaba la segunda etapa. A los 21 minutos del complemento, la lateral Eva González tomó un tiro libre a 40 metros del arco brasileño y, ayudada por el viento, sorprendió a la arquera Thais, poniendo el inesperado 1 a 0. Dos minutos después, Belén Potassa, que tenía 17 años y con el tiempo se convertiría en una histórica del seleccionado, marcó el 2 a 0. Argentina se clasificó directamente al Mundial y Brasil, por única vez, debió jugar el repechaje.

“No sabía cómo festejarlo, qué hacer, para dónde correr... Cada vez que recuerdo la pelota entrando al arco, me sigo emocionando", contó la atacante.

Del plantel que ganó esa histórica Copa América, hay dos jugadoras que estarán en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda a partir del 20 de julio. Una es la arquera Vanina Correa, que en aquel torneo fue suplente y hoy con 39 años se prepara para ser nuevamente titular en una Copa del Mundo, tras la lesión de Laurina Oliveros. La otra “sobreviviente” es Gabriela Chávez, que a los 17 años fue titular en el inolvidable triunfo sobre Brasil y también integra el plantel para el próximo mundial.

Diez meses después de aquella alegría, el destino le tenía reservada a la Selección Argentina una sensación absolutamente opuesta. El sorteo del Mundial de China 2007 la ubicó en el partido inaugural frente a Alemania, defensora del título y candidata a obtener el bicampeonato (algo que, a la postre, lograría).

La diferencia de jerarquía entre las dos selecciones era mucha y quedó plasmado en el 11 a 0 final. Los nervios del debut también jugaron en contra de las argentinas. Un ejemplo de esto último: el primero y el undécimo gol fueron olímpicos. Otra vez Correa y Chávez participaron en el partido, en esta ocasión las dos como titulares.

Las 21 integrantes de aquel plantel argentino que jugó el Mundial en China se desempeñaban en el ámbito local. En este aspecto, existe hoy una enorme diferencia: de las 23 que van al Mundial en Oceanía, sólo nueve juegan en equipos de la AFA en tanto que 14 pertenecen a clubes del exterior, incluyendo cinco en Europa y otras cinco en Brasil.