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Argentina jugó con la actitud de siempre, pero falló en situaciones claves

De los 78 partidos que Argentina había disputado hasta este martes con Lionel Scaloni como entrenador, apenas había perdido seis. Ahora, tras el encuentro de Eliminatorias Sudamericanas en Barranquilla, son siete. En casa, Colombia se hizo fuerte y se impuso por 2 a 1.

En la 'reedición' de la final de la última Copa América, los cafeteros ganaron con goles de Yerson Mosquera y James Rodríguez, descuento de Nico González mediante. Y aunque el cotejo fue parejo, sin grandes diferencias, la Albiceleste no exhibió su típica dinámica en el mediocampo y su contundente efectividad en los metros finales.

Quizás algo afectado por el húmedo calor de Barranquilla -el partido empezó a las 15:30 hora local-, el seleccionado campeón del mundo y bicampeón de América sufrió más que costumbre para generar juego a partir de su mediocampo, que no tuvo puntos altos y padeció el encuentro por momentos.

Pero Argentina también falló en las áreas. En el primer gol, al llegar tarde a cubrir el córner corto y rápido de James y al dejar solo a Mosquera, y en el segundo, al cometer un dudoso penal sobre Daniel Muñoz.

Del otro lado, salvo la corrida de Nico González, aprovechando un grosero error de James Rodríguez, la Albiceleste no estuvo fina. Así como contra Chile entraron casi todas las llegadas, este martes no fue el caso, y el equipo totalizó apenas un tiro al arco (sobre 13 intentos).

Julián Álvarez, el más activo del primer tiempo, no pudo completar su gran quite al arquero Camilo Vargas, y a Lisandro Martínez lo cortó justo Mosquera, en las más claras de la etapa inicial, mientras que en el segundo tiempo las llegadas de la visita se fueron diluyendo en los metros finales: algo sucias en la elaboración, con más ganas que fútbol, tuvieron como protagonistas a Lautaro Martínez, el propio Julián y hasta a Paulo Dybala, que ingresó en el tramo final sin poder cambiar el destino de la tarde.

A pesar de las dificultades que implicaba la visita a Barranquilla, por contexto, rival y últimos antecedentes, Argentina fue al frente, con su típica tensión competitiva, y buscó en todo momento la victoria, un sello de este ciclo. Pero no pudo hacer valer su jerarquía y juego. Aun sin cumplir las expectativas, tanto en funcionamiento como en resultado, estuvo a la altura y jugó de igual a igual con otro de los mejores equipos del mundo, que se llevó un triunfo anhelado y que será recordado.