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¿De qué planeta viniste Nahitan? El conmovedor partido de Nández, el jugador que representa el sentir uruguayo

Los uruguayos… Esa extraña raza futbolera. Acostumbrados desde niños a caer, levantarse y volver a tropezar. A mirar sin complejos al rival. Cuanto más grande, mejor.

Los uruguayos… A los que no les importa la forma de jugar sino simplemente ganar. Que tienen por característica pelear hasta el pitazo final.

Los uruguayos volvieron a ganar como más les seduce, sufriendo y en la hora. Con jugadores dejando todo en la cancha y trancando hasta con la cabeza. Abundan los ejemplos y muchos forman parte del actual proceso. La imagen del Ruso Pérez con la cabeza vendada, el Canario García mostrando el tatuaje de Artigas, Palito Pereira discutiendo con el doctor por no querer abandonar la cancha contra Inglaterra y hasta Nicolás Lodeiro que jugó fracturado.

Y en los últimos tiempos la gente se embanderó con uno que es el fiel representante de esa extraña forma de sentir el fútbol: Nahitan Nández.

El jueves ante Ecuador el genoroso de Nahitan jugó un partido conmovedor. En un puesto que no le resulta un lugar habitual, porque se presentó en el fútbol grande jugando como volante, Nández levantó a la gente de las tribunas.

Fue una y otra vez por su banda. Con fútbol muchas veces, con vergüenza y rebeldía en otras oportunidades. Conviviendo con su desorden, Nahitan siempre está. El mismo “desorden” que llevó a su mamá Merry a llevarlo a los Boy Scouts y terminó en una cancha de baby fútbol.

Y en un puesto donde el orden es primordial, Nahitan se quedó con un lugar que durante muchos años tenía nombre propio. El lateral derecho fue de Maxi Pereira desde el inicio del ciclo hasta las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

Con el paso del tiempo ese sector defensivo de la Celeste fue mutando en materia de nombres.

Un breve repaso permite visualizar que en el inicio del proceso clasificatorio para el referido Mundial de Rusia, el técnicoTabárez no tuvo a la orden a Maxi y movió piezas para suplir su ausencia mandando a Martín Cáceres, habitual latereal izquierdo, al lado opuesto.

En la quinta fecha regresó el olvidado Jorge Fucile para jugar contra Brasil.

Pero el Mundial de Rusia se inició con otro nombre en el lateral derecho: Guillermo Varela. Todo parecía encaminado a que el entonces marcador de punta de Peñarol se quedara por un buen tiempo con el puesto. Pero no convenció y volvió Cáceres que se adueñó del lugar apelando a su experiencia.

En noviembre de 2018 la Celeste tenía dos partidos durísimos de esos que dejan huella contra Brasil y Francia. Y como por arte de magia se empezaron a caer todos los zagueros del plantel. Las lesiones de Godín, Giménez y Coates obligaron a Tabárez a pasar a Martín Cáceres de zaguero junto con Bruno Méndez. Allí se abrió el espacio para Mathías Suárez en el lateral derecho.

En la Copa América de 2019 la Celeste jugó las dos primeras fechas con Cáceres como dueño del puesto, pero a la tercera jornada el DT puso a Giovanni González que se venía destacando a nivel local.

Giovanni fue justamente el encargado de cubrir la referida zona en el inicio de la Copa América de 2021pero perdió el puesto cuando arrancaron las Eliminatorias para Qatar 2022 a manos del que hasta entonces era dueño del lugar: el Pelado Cáceres.

Hasta que en la cuarta fecha de la Copa, contra Bolivia en el Arena Pantanal de Cuiabá, para sorpresa de todos apareció Nández en el lateral derecho. Y Nahitan fue un revulsivo, una bocanada de aire fresco, un torbellino que le cambió la cara al equipo de Tabárez.

“Nahitan tiene un temperamento poco común, con unas condiciones físicas especiales, la fuerza que tiene es increíble, puede jugar en varios puestos pero mostrando esa faceta que es parte de su perfil de futbolista. Insiste e insiste con ello”, dijo el entrenador sobre el jugador de Cagliari.

Y los uruguayos, esa extraña raza futbolera que celebra más un tranque que un caño, se sintieron identificados con Nández cuando desde el campo de juego restó una pelota con la cabeza. Para un uruguayo, esa acción tiene más significado que colgar una pelota del ángulo.

Para un uruguayo, ese que va hasta el minuto final con vergüenza y rebeldía, conviviendo con su desorden, y que cuando el partido se muere y las piernas dicen basta, sigue empujando, ese será mirado con respeto.

Para un uruguayo, un jugador como Nahitan tendrá siempre un lugar en su corazón.