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Las imágenes de una noche extraña: Godín en cuclillas, la cara de Suárez y el aplauso de la gente

El final del partido de Uruguay con Argentina dejó en claro la desazón de los jugadores celestes y el agradecimiento de la gente despidiendo al equipo. @Uruguay

La última pelota cae en campo de Uruguay. Diego Godín la corre por inercia. Sabe que no hay más tiempo. Y el árbitro termina decretando la sentencia. El capitán celeste se arrodilla y se tapa la cara con una mano. El mismo gesto tiene José María Giménez. La cara de Luis Suárez lo dice absolutamente todo. Nahitan Nández entra a levantar a los más afectados por una nueva derrota que golpea. La impotencia domina la escena.

Después de unos minutos donde los jugadores de Uruguay se miraron a los ojos buscando respuestas, emprendieron la retirada.

La gente se paró de las tribunas del Campeón del Siglo y despidió al equipo con un cerrado aplauso y espontáneamente surgió el grito rebelde de “¡Uru-guay, Uru-guay!”.

Fin de una noche extraña. El resultado volvió a ser el mismo: Uruguay perdió, pero la gente reconoció a los jugadores la actitud y la entrega.

Hay una lógica que marca la derrota: Argentina hoy por hoy es superior a Uruguay. Es una realidad. La otra, que el equipo celeste cambió considerablemente la imagen con relación a lo expuesto en la triple fecha de octubre donde tuvo un cierre para el olvido contra Brasil.

Fue tan raro todo que Uruguay salió de zona de clasificación y la gente despidió a los jugadores con un cerrado aplauso. ¿Cómo se explica? El fenómeno del final fue extraño.

Por delante quedan 15 puntos por disputar. Uruguay no gana pero el equipo modificó la postura. La gente se sintió identificada con una forma de ser tan uruguaya. Falta juego, meter la pelota adentro y ganar para cambiar la pisada.