La Selección Colombia perdió los dos partidos de la última doble jornada de las Eliminatorias Sudamericanas y quedó a un paso de una eliminación inesperada, con solo dos partidos por jugar y una racha a cuestas de siete encuentros sin convertir.
En una situación tan angustiante y desconocida para este grupo de futbolistas como esta, nunca hay una sola razón. Los motivos de este pésimo momento tienen que ver con la táctica y la estrategia pero también con la actitud y con la mentalidad. Incluso, tienen injerencia factores relacionados con la suerte y el azar.
En un intento por comprender este impensado presente, repasar las probables causas de los malos resultados es una buena forma de llegar a las últimas dos fechas con la lucidez como para corregir los errores y al menos salir a la cancha con una luz de esperanza.
FALTA DE GOL
Por supuesto, es el dato ineludible. Un seleccionado que quiere clasificarse a una Copa del Mundo no puede, bajo ningún concepto, llegar a siete partidos sin anotar. Y el hecho adquiere todavía más importancia (y se hace más increíble) al ver la calidad que tiene el plantel en el ataque.
Goleadores de las principales ligas europeas, como Duván Zapata, Luis Muriel, Radamel Falcao García, Luis Díaz y Rafael Santos Borré fallaron una y otra vez. Tampoco aparecieron los mediocampistas, que muchas veces deben tomar este rol. Ni siquiera hubo un cabezazo de Yerry Mina. Nada, sequía absoluta.
Los motivos particulares de este déficit fueron diferentes en cada partido. Contra Perú, la mala suerte y la actuación de Pedro Gallese lo evitaron, pero contra Argentina el equipo cedió la iniciativa y no presionó, lo que le dio menos posibilidades de generar opciones de peligro.
IRREGULARIDAD
Colombia jamás encontró una forma concreta de jugar. Reinaldo Rueda varió demasiado, tanto el once titular como el planteamiento mismo. Esa inestabilidad se trasladó al campo de juego y el equipo alternó buenos momentos de juego colectivo con bajones inexplicables.
Estas Eliminatorias estuvieron marcadas por la irregularidade todos los participantes excepto de Brasil y Argentina, pero para la Tricolor fue aún peor, porque no solo quedó demostrada en la tabla de posiciones, sino también en el rendimiento.
FALTA DE REACCIÓN
Tal como se explica bien en esta nota, los rivales directos de la Tricolor lograron, en algún momento de la competencia, mostrar una reacción, fútbolística pero aún más anímica que volvió a meterlos en la pelea y que incluso podría depositarlos en el Mundial. Uruguay, Perú y hasta Chile se recuperaron de sus malos momentos y hoy los dos primeros están cerca de asegurar el pasaje. Colombia estuvo lejos de imitarlos.
LAS INDIVIDUALIDADES
Siempre que un equipo falla, es necesario que aparezcan talentos que por sí solos pueden romper partidos. Y Colombia los tiene, de eso no hay dudas. El problema fue que en esta recta final no desnivelaron. La nueva gran figura del fútbol nacional, Luis Díaz, quien había brillado en la Copa América, no pudo trasladar ese nivel a los partidos de clasificación y su equipo lo sufrió. Tampoco se destacaron James, ni Cuadrado ni Matheus Uribe.
UNA ACTITUD QUE ASUSTA
Contra Argentina había una oportunidad perfecta. El campeón de América, de local pero con una formación suplente y sin Lionel Messi. Era la ocasión para expresar de forma clara las intenciones de Colombia. Pero el equipo estuvo lejísimos de plantarse para ganar el partido. Decidió esperar, ceder la posesión y apostar al empate. Por supuesto, el plan no funcionó y además dejó una imagen de derrota que preocupa y mucho.