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El punto de quiebre en una temporada histórica para Alianza Lima

Hubo final feliz, con un nuevo título nacional, pero el arranque de Alianza Lima en la temporada fue complicado. El plantel que formaron los dirigentes tenía la finalidad de afrontar la segunda división, además, la pretemporada debía esperar al no tener fecha exacta. No obstante, llegó el fallo del TAS y el elenco victoriano tuvo que improvisar para jugar la primera fase del campeonato. Por ende, Carlos Bustos no encontró la mejor versión de sus jugadores.

En la primera fase del campeonato peruano, Carlos Bustos decidió salir al campo de juego con el sistema táctico 4-3-3. Incluso, su propuesta era buscar una buena salida con mucha participación de los defensores y los volantes de la primera línea. Sin embargo, su equipo no lograba desarrollar la idea de buena manera y los resultados no lo acompañaron.

Por otro lado, Alianza Lima tuvo que jugar el torneo Bicentenario y se pensó que sería un buen momento para que Carlos Bustos pueda probar jugadores. Pero, en su primer partido, el cuadro blanquiazul perdió por penales ante Cultural Santa Rosa y se despidió. De esta manera, tuvieron que esperar el arranque de la segunda fase.

El punto de quiebre
La segunda fase fue especial para los blanquiazules porque realizaron trabajos físicos importantes
para buscar pelear por un cupo a la copa libertadores y los primeros lugares. Además, significó que Carlos Bustos pueda encontrar un once titular que prácticamente salía de memoria.

El sistema táctico que logró formar y consolidar Carlos Bustos fue el 3-5-2. Ángelo Campos se paró en el arco. Mientras que, la defensa estuvo conformada por Jefferson Portales, Pablo Míguez y Yordi Vílchez. De esta manera, Ricardo Lagos y Oslimg Mora cumplieron la función de laterales volantes.

El mediocampo tuvo a Josepmir Ballón como volante de recuperación, Edgar Benítez de volante interior por izquierda y Jairo Concha de volante interior por derecha. Por último, Hernán Barcos y Aldair Rodríguez conformaron el ataque.

Así, fue el once base de Carlos Bustos para afrontar la segunda fase considerando una propuesta conservadora y priorizando el orden táctico. Cabe mencionar que en el transcurso del torneo se realizaron modificaciones, pero siempre se mantuvo el sistema y la mayoría de jugadores.