Los gestos de preocupación de Diego Aguirre al inicio del Torneo Intermedio fueron quedando de lado. El técnico de Peñarol acomodó el barco y lo llevó a buen destino: la final del Torneo Intermedio. Y como pasa con su colega de Nacional, Martín Lasarte, el hecho de definir ante el eterno rival le brinda un condimento especial al partido.
¿Cómo llega su equipo y por dónde pueden pasar las claves para ganar el clásico final del Torneo Intermedio?
El Peñarol de Aguirre tiene una base que se mantiene desde el Torneo Apertura. Salvo por determinadas circunstancias, el equipo habitualmente jugó con cuatro en el fondo; doble cinco, tres volantes por delante y un delantero como referencia ofensiva.
Cuando las lesiones o las sanciones obligaron a cambios, el técnico movió piezas. En algunos partidos jugó con doble 9 por lo que paró a sus hombres de cancha con un 4-4-2.
La baja de Ramírez
De cara al clásico final del Intermedio, el DT se encuentra ante una encrucijada al no disponer de Gastón Ramírez, el talentoso volante que acompaña a Damián García en el doble 5, suspendido por acumulación de tarjetas amarillas.
La de Ramírez no es una ausencia más. Es el jugador que clarifica el inicio de las acciones ofensivas de Peñarol. Su visión de juego le permite habilitar a los extremos o conectar por dentro con Leo Fernández y Maximiliano Silvera.
La ausencia de Ramírez pone al DT en la disyuntiva. Cuando todo hacía indicar que Ignacio Sosa sería su sustituto natural, el volante se lesionó en el último entrenamiento. ¿Qué opciones le quedan? Puede poner a Sebastián Cristóforo o bajar unos metros a Leo Fernández.
Circuitos de juego
Cuando dispone de todas sus piezas, Peñarol genera de afuera hacia adentro con Javier Cabrera por derecha y Leo Sequiera por izquierda. Pero la lesión del argentino llevó a reacomodar piezas y jugar con doble 9 (Maximiliano Silvera y Facundo Batista) y en otras oportunidades con Lucas Hernández como extremo y un solo delantero.
Silvera y Leo Fernández son piezas clave en el andamiaje del equipo. El delantero sale permanentemente del área para ofrecer el pase de descarga, al tiempo que la mayor parte de las acciones ofensivas de Peñarol pasan por los pies de Leo.
Pelota quieta
Peñarol dispone de un arma ofensiva que no tiene Nacional: los tiros libres de Leonardo Fernández. No caben dudas de que el número 8 aurinegro le pega a la pelota como pocos y salvó al equipo en varias oportunidades con sus goles.
Desde la época de Pablo Bengoechea que los hinchas de Peñarol no tenían la sensación de gol cada vez que se genera una falta en las inmediaciones del área rival. Leo destrabó varios partidos con sus tiros libres.
Asimismo, en las acciones de pelota quieta el equipo dispone de hombres que atacan bien el balón como Javier Méndez o Guzmán Rodríguez.
El técnico Diego Aguirre tiene claro que el Torneo Intermedio no otorga gloria, pero el hecho de que la final sea un clásico lo obliga por historia, como lo señaló en su última conferencia: “Más allá de la final del Intermedio, sumamos tres puntos importantes para la Tabla Anual, que es el objetivo. Lo importante es que hay que ganar, y si a veces no hacés un gran partido, es Peñarol”.