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El adiós al Canario José Ignacio Villarreal, el 9 que le dijo al presidente de Peñarol: "Espero que se acuerde de mí"

Después de 10 años sufriendo en la B, Central Español había logrado el ascenso. La alegría quedaba a un lado. Era 1984 y había que armar el plantel para jugar en Primera. Fue entonces cuando el Bolita Arispe, técnico de aquel equipo palermitano que tenía por costumbre organizar las reuniones en el bar Rover, sugirió la contratación de un 9: el Canario José Ignacio Villarreal.

José, oriundo del departamento de Treinta y Tres, había llegado a la capital en 1982 para defender a Huracán Buceo. Sus condiciones rápidamente llamaron la atención. Era un jugador potente, un delantero de los que hoy se denominan físicos, y que jugaba metido en el área. Por eso no llamó la atención que Peñarol lo sumara a sus filas al año siguiente.

Pero en los aurinegros se chocó contra una realidad: “El técnico era Hugo Fernández y en ese momento los únicos 9 de Peñarol éramos Miguel Peirano y yo. Entonces nos agarró y nos dijo que uno de los dos iba a ser titular, pero tras cartón llegó Rubao, entonces yo me quería ir, me quería ir para Huracán”, expresó Villarreal en el libro del centenario de Central Español.

El Canario agregó: “Pero Cataldi (presidente de Peñarol) no me daba el pase porque me había comprado y me dijo: ‘Si te doy a préstamo a Huracán me matan, a mí me sirve que vayas a Central Español. Salí con una rabia por dentro y le dije: ‘Espero que se acuerde de mí’”.

Jamás imaginó Villarreal que con su pase a los palermitanos entraría en la historia.

Aquel año 1984 fue histórico para Central. Es el único caso de un club que llegó del ascenso y ganó el Campeonato Uruguayo con Villarreal como goleador del torneo.

La anécdota tiene un detalle más. El Canario le sacó el invicto a Peñarol y todos los meses tenía que ir a la sede de los aurinegros a cobrar porque le debían dinero. Cuando llegaba, los dirigentes movían la cabeza como diciendo "no se puede creer".

No fue el único hito. A falta de tres fechas para el final del Uruguayo, Villarreal se encontraba a tres goles del máximo artillero del torneo. Y en esos tres partidos marcó cinco para terminar como goleador con 18 conquistas, dos por delante de Carlos Aguilera de Nacional y superando a Luis Heimen, José Luis Zalazar y Ruben Sosa.

Después de aquella hazaña con Central Español, Villarreal se fue a Nacional donde jugó en 1985, para volver al año siguiente a los palermitanos. En 1987 emigró por primera vez y se fue al Once Caldas de Colombia. Su carrera siguió con el regreso a Huracán Buceo, Marathón de Honduras, Comunicaciones de Guatemala, FAS de El Salvador y Rentistas.

El Canario también defendió a la Selección uruguaya en cuatro partidos amistosos, uno de ellos contra Argentina, el 2 de agosto de 1984 en el Monumental de Núñez. El juego terminó 0 a 0 y Villarreal entró a los 76 minutos por Carlos Aguilera.

Aquel día, la Celeste formó con José Luis Sosa; Néstor Montelongo, Nelson Daniel Gutiérrez, Eduardo Acevedo y Daniel Martínez; Jorge Barrios, Miguel Bossio, Ricardo Perdomo y José Luis Zalazar; Carlos Aguilera y Ruben Sosa.

El pasado 5 de enero el club en el que hizo historia y del cual era directivo, Central Español, informó el fallecimiento de José Ignacio Villarreal, el Canario que marcó la historia palermitana.