Gustavo Poyet habló con La Pizarra del DT sobre su carrera como entrenador y sus experiencias como jugador, y reveló cómo apunta a distintos aspectos de su puesto.
Consultado sobre cuál es su estilo de juego, el uruguayo dijo que le dan “un respeto tremendo al balón”. “El balón es sagrado y lo que intentamos es crear superioridad para atacarte. Intentamos en toda la cancha tener la posibilidad de crear pequeños grupos de superioridad: dos contra uno es mejor que tres contra dos, porque cuando más grande es, más posibilidades tiene el rival de encerrarte. A partir de ahí, con posiciones en el campo, mantener la posición para atacarte, pero en el momento que pase un cierto grupo de jugadores la idea es terminar la jugada, es atacarte, no eso de ir para adelante para venir para atrás, a la izquierda o la derecha. Ese dicho que se dice de ‘te cansamos con el balón’, no, yo no. Considero que el balón es lo más importante e intento que mi equipo cree superioridad para poder atacarte en las mejores condiciones”, señaló.
En cuanto a la relevancia que le da al trabajo físico, el exentrenador de Brighton, Sunderland, Girondins de Burdeos, entre otros, dijo que hoy en día la preparación física ha crecido muchísimo a todo nivel y que los jugadores realmente son atletas. “Cuando yo jugaba no hacíamos pesas, no estábamos en esas condiciones. Todo eso es un beneficio y lo tenés que utilizar, pero hay momentos porque al fútbol al fin y al cabo se juega con la pelota. Hay ejercicios físicos que para hacerlos al 100% se tienen que hacer sin la pelota, como potencia o la velocidad pura, esa es mi opinión”, indicó.
Comentó también que no le gusta que su preparador físico requiera de 45 minutos exclusivos para ese aspecto del acondicionamiento. “No entrenamos más de una hora y media porque es muy intenso, hay muy pocos parones. El partido dura eso y yo quiero que mis jugadores se acostumbren a estar una hora y media a pleno, es hasta un entrenamiento mental de lo que tenés que jugar ese fin de semana. El calentamiento con goma, cintas, etc, con el toque del profe... Esos 15 o 20 minutos son naturales, pero a partir de ahí hay una hora que durante todos los días es mía, es futbolística”, planteó Poyet.
A su vez, dijo que no es partidario de charlas de análisis demasiado extensas, porque sabe que “a partir del minuto 20, el jugador ya está en Babilonia; así que charlas claras, concisas, 15 minutos”.
Respecto a cómo maneja el aspecto psicológico de los jugadores, dijo que le parece una frase hecha decir que un entrenador bueno es el que trata a todos los jugadores por igual. “Es mentira eso, lo que uno hace es respetar a todos de la misma manera, pero no tratás a Messi igual que al lateral derecho del Barcelona. No le dan las mismas facilidades, porque como entrenador dependés más de Messi que del otro. Yo se lo digo a los jugadores, si vos venís, entrenás bien y jugas bien, vas a jugar. Te ponés solo porque si no voy en contra mía. ¿Qué DT no pone al mejor que tiene, al que entrena mejor, al que entiende más, al que hace la diferencia?”, señaló.