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Mariana Scandura, la arquera argentina campeona en España

Mariana Scandura emprendió un viaje hacia el hockey europeo luego de ser parte del ciclo olímpico con Las Leonas en camino a Tokio 2020 y, después de varios años en el Viejo Continente, le compartió sus experiencias a ESPN Hockey.

Scandura se consagró campeona con el Real Polo de Barcelona, en su primera temporada con el conjunto de Cataluña, pero, además de lo que significó levantar el trofeo, Mariana se permitió reflexionar sobre el trayecto recorrido hacia ello: “Fue una sorpresa, pero no fue azar, porque la verdad que nos preparamos para esto y fue el conjunto de todos los entrenamientos los que luego nos llevaron a eso, que quizás no tenía la vista en ‘quiero ser campeona’, pero sí enfocada en el día a día, en estar al 100% y poder contagiar al equipo esas ganas de crecer, aprender un poco en cada estímulo. La verdad que hoy, un poquito más tranquila viéndolo de lejos, estoy sorprendida por ganarlo, pero nadie nos regaló nada, la verdad que lo trabajamos mucho”, aseveró Mariana.

El Polo es un equipo que está obligado a pelear arriba, ser protagonista todas las temporadas, y la arquera argentina contó como lidió con ello en su primer año defendiendo los tres palos: “Fueron muchas emociones desde que decidí venir al Polo, lo primero que se me vino a la cabeza fue estar a la altura, porque no es lo mismo estar en un club competitivo que siempre aspira a ganar un título. La parte inicial del año me enfoqué en entrenar, en cumplir con mi rol, tratar de ayudar al equipo desde la portería, como le dicen acá, que no entre ningún gol, pero nunca me proyecté ganar un título, honestamente, menos mi primer año”.

Además, la mendocina remarcó: “Mi objetivo fue la adaptación, entender cómo es la dinámica del club, conocer a las chicas, intenté enfocarme en estar tranquila, en respirar, en mirar la bola, en tener buena postura y tratar de parar lo que venga, pero sobre todo transmitir eso, confianza y seguridad. En mi cabeza fue enfocarme mucho en lo que puedo controlar, eso es mi rendimiento, mis ganas, y lo que aporto dentro de la cancha. A veces nos preparamos mucho, y si nos va mal, pensamos que hemos hecho todo mal, y quizás también el campeón tiene un poco de suerte, son momentos, son etapas, y no por salir campeón sos el mejor, y tampoco por salir segundo sos el peor, sino es saber aprovechar todo el trabajo que uno viene haciendo”.

Mariana venía de una temporada positiva en el Real Sociedad de Tenis, donde había encontrado comodidad en el club de Santander, pero una propuesta cambió sus planes de futuro: “No fue fácil para mí tomar la decisión, porque en el norte de España, en Santander, estaba muy cómoda, tuvimos una muy buena temporada con el club, fueron muy profesionales, y cuando se me dio la oportunidad de subir un escalón, lo dudé mucho… pero creo que tuve esa valentía de lanzarme a lo desconocido, ya tengo 30 años, y creo que es momento de arriesgarse, y tener una experiencia de este tipo, de poder pelear por estar arriba, y ganar un campeonato. Me lancé, no fue fácil, pero bueno, hay veces que aunque uno tenga miedo y dudas, lo mejor que puede hacer es animarse, porque si sale bien, genial y si sale mal, habré aprendido. Para mí fue muy gratificante decir, 'me animé y salió bien', así que la verdad que estoy muy contenta", hizo hincapié la guardameta.

Marian se destaca por ser agradable en los equipos que le tocó integrar, pero cómo fue el proceso de hacerlo en un club tan competitivo como el Polo: “Siempre intento animar o desafiar a las jugadoras, para que sea más dinámico el entreno, porque si no a veces, no sé, haces algún ejercicio y ves que van todas las jugadoras para un lado, y el arquero va solo, ahí, solito, al arco, entonces intentando siempre interactuar, de hablar con las chicas, de preguntarles qué necesitan ellas de mí, porque uno como arquero tiene la posibilidad de eso, de estar hablando, comunicando, cada jugador es distinto, y muchas veces dicen, ‘a mí avísame la marca’, de esa manera vas conociendo a las personas".

Respecto al puesto que ocupa en la cancha, también dio su punto de vista para sacarle el mayor rédito posible: “Creo que para uno sentirse bien dentro del arco es clave tener un espacio de entrenamiento de porteros específicos porque es muy distinto a hacerlo con jugadores de campo y el ‘gremio´ es el sostén que uno tiene del entrenador de arqueros, con el titular y el suplente, eso es lo que brinda mucha seguridad después en la cancha. Ahí va mucho la inteligencia emocional, me ha tocado siempre estar en ambos lados, mucho tiempo fui arquera suplente en el seleccionado de Mendoza, como en la Selección Argentina y desde mi lado, cuando a mí me tocó estar en el banco, siempre decía lo mismo antes de empezar un torneo ‘escúchame, yo quiero ganar y si para ganar vos sos la que va a atajar yo te voy a apoyar al 100% nunca se te ocurra que estaré sentada tirándote mala energía porque no es así’ para mí eso se transmite".

Algo semejante ocurre con su participación en Las Leonas, si bien no llegó a viajar a los Juegos Olímpicos fue parte del proceso de Tokio 2020 y eso le dejó sobradas enseñanzas: “Cuando empecé a jugar con el seleccionado de Argentina fue también entrenar con figuras como Belén Succi que tiene muchísima experiencia, yo iba al seleccionado y era una esponja palabra que decía era palabra santa, preguntaba mucho, ‘esto cómo lo manejaste y cómo te sentiste’ escuchando testimonios de otras personas que han vivido lo que vos estás viviendo eso sacas mucha información porque te das cuenta de cómo manejar emociones o cómo desenvolverte en distintos momentos y creo que de eso va un poco vivir la vida”.

En Europa no se estila a realizar el típico tercer tiempo que se realiza en Argentina, debido a viajes y distancias que se deben afrontar, pero Mariana encontró la manera de mantener viva esa llama y, sobre todo, lograr un instante genuino: “Soy muy de los vínculos reales, auténticos, con las jugadoras del equipo, porque obviamente que cada uno tiene sus miedos, sus proyectos, sus vivencias, y transita el partido de distinta manera y hay momentos que uno termina y cada uno se va a su casa, o no se logran esas charlas, pero cuando a veces conectás con una o dos jugadoras que se arman esas conversaciones, con una cerveza por medio, y cada uno se pone a hablar, ‘a mí me pasó esto, yo sentí esto´, y es como que generás distintas charlas, distintos puntos de vista, desde algo auténtico y humano, para mí ahí es donde se ve mucho el valor del deporte, el valor de la amistad, del equipo, de la persona. Soy muy de disfrutar el deporte, siempre dije, cuando lo deje de disfrutar, o cuando sienta que ya soy un robot, que estoy yendo a entrenar y me voy a la casa, lo dejaré de hacer”.

Si bien su cariño por la portería la acompañará toda su carrera, en un comienzo le fue difícil acostumbrase a esa vida: “Empecé jugadora, que nadie lo olvide eh, porque la gente no me cree cuando digo ‘yo sé jugar al hockey’. Arranqué de jugadora, yo era un terremoto, no paraba de correr para un lado o para el otro, era delantera, después jugué de cinco, de lateral, de defensa, y bueno, la verdad que pasaba que en mi club perdíamos por bastantes goles de diferencia, e intenté ponerme en el arco para ver si podía hacer algo. Tuve medio una interfaz en que cuando fui arquera, hacía un partido en el arco, un partido de jugadora, es otra adrenalina la que se vive al tener el control de la pelota, el presionar, el correr, como que al final el arquero está ahí, y si te pega alguna bola, poder hacer algo, pero quizás hay partidos que no te pegan a la bola, está ahí igual de tensionada, entonces es otro estilo de adrenalina y de concentración dentro de la cancha".

Y añadió: “Hasta que en el sub-16 de Mendoza, un entrenador me dijo, ‘escúchame, si vos te dedicás a esto, te puede ir bien’, y bueno, ahí fue que de ahí sí empecé a entrenar y a entender un poco la dinámica del arquero”, mencionó Scandura.

De modo similar, Mariana se expresó acerca de sus aspiraciones y, en medio de emociones, no contuvo las palabras para decir hacia a donde busca ir: al lugar que le permita disfrutar, “estoy en un proceso de mi vida que he vivido muchas cosas, estuve en Buenos Aires, en Francia, en España, un año en un lado y el otro, y ahora estoy buscando al revés, estabilizarme porque al final nunca te sentís vos. Hoy por hoy me gusta mucho Barcelona y busco estar tranquila, disfrutar del hockey, que no se pierda esa Mari niña de 14 años cuando se divertía con sus amigas en el Tacurú, eso siempre es mi objetivo, seguir disfrutando, pasándolo bien. La EHL del año que viene para mí es un desafío enorme, hacerlo contra clubes de Países Bajos, de Alemania y hoy mi objetivo es ese y bueno, obviamente, no te voy a mentir, como todo deportista siempre está el deseo de jugar representando a tu país, jugando unos Juegos Olímpicos, hoy las chicas de la selección se van a París, las fui a ver a Bélgica (a la ventana de Pro League en Amberes) y me puse contenta de cómo estaba el equipo, las vi súper bien, uno de afuera les desea lo mejor, porque es una locura, nosotros, los argentinos, lo vivimos con esa pasión que nos caracteriza, y bueno creo que ese va a ser el sueño de todo deportista”.

Y cerró, “creo que los valores que tiene uno como persona son claves como deportista, siempre intenté dar lo mejor para las chicas, para las jugadoras, para mi equipo. Empecé a jugar al hockey porque lo hacía con mis amigas y siempre entendí el hockey que era de esa manera, hacerlo con amigas, entonces cuando iba a otros equipos me sentía cercana a mis jugadoras, aunque no las conociera, pero como que la estamos peleando por los mismos colores, somos hermanas, y eso hace que quieras que el otro crezca, el otro mejore, y viceversa, eso también es importante como deportista de poder confiar en el que tenés al lado”, finiquitó Mariana.