En otra edición de la sección arqueras, la referente del Club Arquitectura dialogó acerca de sus inicios, la forma de transmitir el legado y los sueños que no le escapa para el futuro.
Aldana Gomis es conocida por ser un baluarte bajo los tres palos de Arqui, siendo fundamental hace años en el equipo del barrio de Agronomía, pero, pocos saben que su camino en el hockey comenzó muy cerca del club ubicado en Francisco Beiró y Constituyentes: “Al principio estaba en Comunicaciones, a la vuelta de Arquitectura. En esa época Comu tenía pasto, jugábamos un torneo bastante desorganizado y no sé cómo le llegó a mi viejo que en Arqui había buen hockey. Entonces fui a probar, me acuerdo que justo caí al horario y en el día en que entrenaban las del A, desde ahí arranqué y hasta el día de hoy no lo pienso largar".
El hecho trascendental de esta historia está en el momento que esa decisión de no irse más se consumó: “Me acuerdo que, de chiquita, era muy tímida y tal vez miraba pasar a las grandes y pensaba ‘estas no me van a dar bola’, y te saludaban. Ahí es donde decís, 'es acá'. La familia que se arma es hermosa que de hecho ahora lo siento, desde este lado, con las menores, me veo reflejada en un montón de ellas. Compartir los mismos valores, es algo que recontra destaco de Arqui”, afirmó Gomis.
Esos comienzos, tan influyentes para convertirse en la persona que es Aldana hoy, ocurrió un hecho que la marcó para los años posteriores: “Cuando entré al club tenía nueve años y fue como jugadora, era delantera. Después pasó que perdíamos los partidos porque no había arquera, en un momento se empezó a rotar y nadie quería ir. Dije: ‘si hay que ganar me pongo los pads’ y, a partir de ahí, me copó. Encontré mi lugar, en parte por el hambre de ganar y darle al equipo lo que necesite”.
Respecto al puesto que la compete, Gomis realizó una reflexión acerca de lo integral que tiene que tener un arquero para ejercer: “El puesto de arquera es una responsabilidad enorme, pero hermosa. Cuando te llega la bocha tener que sacarla, me gusta. Tenés que estar totalmente concentrada, tal vez no te tiraron en todo el partido y debes sacar la única que fue hacia el arco, a mucha gente le puede pesar, pero yo creo que el que decide ser arquero es porque se banca la presión y está por y para eso”, afirmó Aldu.
Lidiar con el estudio y el deporte no es una tarea sencilla, pero lo más difícil reside en no extrapolar un mundo con el otro y, sobre todo, el manejo de la frustración: “Me ha pasado de estar estudiando, ni saber qué estaba leyendo y pensar en algo del sábado. Entonces, es pasar de página y trabajarlo en la semana, porque no queda otra que entrenarlo y mejorarlo".
Además, agregó: "De hecho tenía muchos planes luego de recibirme de mi profesión, todo abocado a la kinesiología. Ahora que estoy mucho más tranquila y puedo disfrutar del club, deseo parar la bocha y darle un espacio al hockey que hace años que no lo puedo disfrutar al cien por ciento".
En relación al hecho de haber tenido el mejor año de la historia del club, Aldi contó como hacen para ir todavía por más: “Cuando arrancó el año dijimos, ‘demostrémosle a todos los equipos que no fue casualidad que Arquitectura llegó a playoff’. O sea, reafirmarlo. Si bien lo reflejamos todo el año pasado, en este año, queremos recalcarlo más todavía".
También, hablando sobre su club, Aldana hizo una confesión: “Arquitectura es una locura, realmente, pero la verdad que el grupo de personas que hay se refleja en la cancha. Hace mucho que venimos trabajando en la unión y ahora está en el mejor momento. No hay internas, la comunicación mejoró muchísimo y ahora es el momento de explotarlo”.
Alguien imprescindible para este momento que atraviesa el club de Tricolor es Martín Herrero, fue quién las hizo creer que ellas podían ir por más y atreverse a superar sus límites: “Cuando ascendimos el Pela nos metió en la cabeza que íbamos a jugar playoffs, nosotras lo mirábamos diciendo ‘este hombre no está bien’, pero a través del trabajo nos indicó el camino y fuimos ciegas hacia ahí. Tanto él como Maxi Cambareri, el profe, nos propusieron llegar con la confianza y disciplina que nos indicaron”.
El Pela, como se lo conoce en el ámbito, casualmente la llamó a Aldana para darle una de las noticias más gratificantes de su vida y esa conversación quedará grabada a fuego en su memoria: “Me mandó un mensaje el Pelado diciendo ‘Aldu, mirá que te va a llegar un llamado importante hoy, por favor, estate atenta al celular’. Yo no entendía nada, al instante me llamó emocionado. ‘Aldu… ¡te van a llamar de Las Leonas! Yo no te lo quería decir’. Me felicitó, y cortó. Ahí me tuve que sentar, se me aflojaron las piernas. Los pacientes me miraban con cara de ‘qué le pasa a esta piba’. Después me llamó Fernando Fioroni, del entrenador de las arqueras, para cortarme la dinámica, que me querían de sparring. No lo podía creer. Fer me decía, ‘no, bueno, si algún día no podés’… ¡puedo todos los días! No importa lo que tenga que resignar, le dije, yo puedo”.
Además, Aldi contó acerca de su sentir en el primer día entrenando junto al seleccionado nacional: “Siempre que entrás a un grupo armado es con miedo, hace años que entrenan juntas. Y que vengan y te digan, ‘ché, ¿cómo estás?, ¿cómo te sentiste?’ Estaba que no me salían las palabras”, aseveró la arquera.
Y el hecho de ya estar compartiendo días con las mejores, es algo que también le permite soñar todavía más: “Obviamente que no me conformo y voy por más, lo que pueda estar, explotaré cada espacio. Son entrenamientos que tenés que estar al cien. Siempre al cien y darlo todo. Porque a todas les sirve el rol de cada una. El estar ahí y decir: ¿cómo no me voy a permitir soñar un poquito más? Todo eso es muchísimo esfuerzo, que lo doy día a día, pero es un trabajo que lleva tiempo y que ojalá se dé”, sentenció Aldi.