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Pocas cosas lucen bien en los Lakers

Aunque es consciente de las fallas de los Lakers, Kobe Bryant ha tratado de brindar ánimo al equipo AP Photo/Mark J. Terrill

LOS ANGELES -- Dwight Howard tenía hielo sobre su hombro derecho, algo común para un lanzador de béisbol que acaba de lanzar siete entradas, pero un poco más raro de ver en un vestuario de la NBA. La nariz de Pau Gasol estaba hinchada al tamaño de un huevo, con un corte sobre el arco y con gaza saliendo de su orificio nasal derecho.

Ninguna de esas imágenes logró alarmar a los habitantes de Lakerlandia tanto como el tablero del Staples Center: Denver 112, Lakers 105. Y las clasificaciones de la Conferencia Oeste, que indican que los Lakers están en el 11er puesto, con un récord de 15-18.

Los hechos son más importantes que las teorías sobre lo que está mal, y en este punto todos, desde la gerencia hasta los fanáticos, tienen una sospecha.

Los Lakers son uno de apenas seis equipos de NBA que permiten a sus oponentes anotar más de 100 puntos por partido. Si los ocho mejores equipos de la Conferencia Oeste mantienen su ritmo actual, los Lakers deberán tener marca de 31-18 en los próximos 49 juegos para lograr las 46 victorias que necesitarían para garantizar a duras penas un puesto en los playoffs.

Por básica que sea su tarea (jugar mejor defensivamente, ganar más partidos), ellos todavía no han alcanzado una decisión consensuada sobre cómo lograrlo. Hay cismas filosóficos y aplicativos. Están en un hoyo, y no pueden darse cuenta de cómo salir.

En la continuidad de sus opiniones divergentes sobre la química entre ellos, Bryant quiso lograr algo de conformidad en las filas del equipo, mientras que Howard pidió unidad.

"Creo que está bien que tomemos temperatura en nuestra relación", dijo Bryant. "Está bueno ponerse molesto. Yo empiezo a sentir que la energía en este vestuario está comenzando a darse".

Bryant florece en la competencia. Cree que eso le saca lo mejor de adentro a los jugadores, aún cuando están compitiendo por la supremacía en el mismo equipo. Howard toma un enfoque diferente.

"A veces, cuando pruebas con demasiada fuerza, terminas cometiendo errores", dijo Howard, armando una secuencia de nueve palabras que no imaginé que pudiera lograr. "Estamos tratando de armar todo, simplemente aquietar nuestros espíritus y jugar. Todo está tan amordazado, y no somos 'uno' en este momento. Tenemos que llegar a ese lugar en el que somos uno solo como equipo y seguimos adelante juntos. Eso es lo único que puedo decir sobre la paciencia".

Howard tiene razón.

Los Lakers estarían mejor si sus súper estrellas estuviesen alineadas y pensaran igual. Pero eso no va a suceder, tal como el escenario soñado de los Lakers de que Mike D'Antoni fuese despedido y Phil Jackson viniera al rescate tampoco va a suceder.

Todavía va a tener que ser el sistema de D'Antoni, con su falta de énfasis defensivo o de oportunidades de poste alto para Howard y Gasol. Vale notar que Bryant no está cuestionando públicamente al entrenador. Ha responsabilizado las preocupaciones defensivas de los Lakers en su ejecución y no en su estrategia, lo cual lleva la culpa a los jugadores y no al entrenador.

"Nos estamos equivocando en muchas asignaciones", dijo Bryant.

Habiendo dicho eso, no hay nada que indique que las soluciones vayan a venir del tablero de anotaciones del entrenador. D'Antoni comenzó la tarde diciendo que los problemas defensivos de los Lakers están conectados con sus problemas para adaptarse a sus reglas en la ofensiva. Luego, sus problemas defensivos persistieron durante todo un primer cuarto en el cual la ofensiva fue más inclusiva que antes, con ocho jugadores anotando, Kobe Bryant aportando cuatro asistencias y aún el olvidado Gasol y Antawn Jamison logrando sentarse en la mesa. Los Lakers encestaron un 58 por ciento en los primeros 12 minutos, y aún así quedaron atrás por 34-26. Ellos tuvieron por delante otra larga noche de jugar desde atrás, tal como fue el caso en la derrota del viernes ante los Clippers.

Luego, D'Antoni dijo: "Estamos teniendo que sacar algo en todos los juegos, y de alguna manera tenemos que tratar de figurarnos por qué eso está sucediendo, y si podemos resolverlo entonces necesitamos hacerlo".

Los Nuggets jugaron el partido que querían jugar, llegando a la canasta. Ellos dominaron la estadística de puntos en pintura por 60-38. Y aún en una noche en la cual los Lakers movieron el balón más de lo normal, aún así los Nuggets los superaron en asistencias por 33-30.

"Esos somos nosotros", dijo el entrenador de los Nuggets, George Karl. "No vamos a ganarle a nadie jugando uno a uno, vamos a vencerlos jugando al básquet".

"No vamos a tener a un jugador al que busquemos siempre, vamos a tener a un equipo al cual buscar siempre".

Eso funciona usualmente bien en la temporada regular, pero no en los playoffs. La ironía es que el equipo de los Lakers está mejor armado para la postemporada, pero son los Nuggets los que tienen una mejor chance de llegar ahí.