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Fango en la adquisición de prospectos

Por TOM FARREY
ESPN.com

SANTO DOMINGO (Enviado Especial) -- En la República Dominicana, Junior Noboa es, como él dice, un hombre con un
nombre. Como consejero oficial de deportes del presidente dominicano
Hipólito Mejía, él sirve como enlace con el Major League Baseball. Desde un
puesto de servicio público creado por la oficina del comisionado, él anima a
los prospectos a no mentir sobre su edad e identidad cuando firman con
equipos de Grandes Ligas. Él apoya la moción de tomar medidas sobre los
honorarios que cobran los así llamados "buscones", quienes preparan a
jugadores adolescentes que intentan hacerse profesionales.

"Junior Noboa es considerado un ídolo," dijo Fernando Mateo, presidente de
Hispanics Across America, una asociación sin fines de lucro en Nueva York,
que ha adoptado como propia la causa de los jugadores de béisbol
dominicanos. "Es uno de los pocos hombres de béisbol en ese país que
realmente se preocupa por los muchachos".

Pero incluso Noboa se ha visto hundido en el fango que rodea la adquisición
de prospectos dominicanos. Noboa, quien también es el principal buscador de
talento de los Diamondbacks de Arizona en América Latina, estuvo involucrado en
un trato que enriqueció a su familia y tal vez haya violado reglas del MLB,
a expensas de un jugador de 17 años que no tenía idea de que podría haber
recibido una oferta mucho más grande que el contrato que firmó con los
Diamondbacks.

El cuestionable convenio sirve como un recordatorio de que, con todo lo que
se habla sobre la necesidad de regular a los buscones, los mismos equipos
son a veces parte del problema del cual los funcionarios del béisbol y el
gobierno dominicano están ahora comenzando a ocuparse.

"Es la salvaje, salvaje Dominicana," dijo Scott Boras, uno de los agentes
más prominentes del béisbol, quien ha representado a varios jugadores de la
nación caribeña. "Es sencillamente un entorno donde las reglas del juego son
que no hay reglas."

El jugador implicado en este caso es Adriano Rosario, que ahora tiene 18
años y lanza para la filial de Clase AA de los Diamondbacks en El Paso,
Texas. Un diestro con una bola rápida de 99 millas por hora, Adriano Rosario
tiene un potencial "tan grande como el de cualquiera en nuestra
organización," dice el gerente general de los D'Backs, Joe Garagiola Jr. En
el mercado libre, seguramente atraería millones de dólares, insiste Boras.

Pero Rosario nunca conoció realmente el mercado libre. Después de entrenar
con Noboa en la academia de los Diamondbacks en Dominicana en el verano de
2002, Arizona hizo una oferta que su agente no podía rechazar: $400,000
dólares como bonificación por firmar para Rosario, más un pago paralelo de
$100,000 dólares a su agente, según Garagiola y otros allegados al acuerdo.

¿El agente? Iván Noboa, el hermano menor de Junior.

Un gurú del entrenamiento, quien siguió a su bien conectado hermano en el
negocio del béisbol dominicano, Iván Noboa había entrenado a Rosario como su
buscón. Él declara que le había informado a Rosario acerca del pago
adicional de $100,000 dólares, cuando le aconsejó al lanzador aceptar la
oferta de los Diamondbacks. "Desde luego," dijo Iván. "Todas estas
negociaciones ocurren con conocimiento de eso."

Pero Rosario dijo que el pago paralelo a Iván fue mantenido en secreto. "Yo
no sabía que los Diamondbacks le habían pagado para que me llevara hasta
ellos," dijo en una entrevista en marzo, en las instalaciones de
entrenamiento de primavera de Arizona.

Rafael Pérez, gerente de la oficina latinoamericana del MLB desde que abrió
en Santo Domingo hace tres años, dijo que el pago de $100,000 dólares era
fácilmente el más grande alguna vez proporcionado por un equipo a un buscón
como incentivo para sellar un trato. "He sabido de $30, 40, 50, 60 mil
dólares," dijo él. "Sesenta mil dólares era lo más alto". Él comentó que la
situación de Rosario sirvió como catalizador para que la Major League
Baseball añadiera una regla que entró en efecto en junio pasado, la cual
prohíbe "honorarios de buscador" para los buscones, quienes durante años
recibieron pequeñas sumas, por lo general unos pocos miles de dólares,
cuando sus prospectos firmaban contratos profesionales.

Pero el convenio de Rosario podría haber violado reglas del MLB que ya
estaban vigentes. La Regla de Ligas Mayores 3-J-4 prohíbe a los equipos
realizar pagos a cualquier persona que esté negociando un contrato para un
jugador. La Regla 3-J-1 prohíbe pagos a los familiares de buscadores de
talento u otros empleados del club para la adquisición de jugadores; según
la letra de la regla, tales pagos son considerados "un regalo al empleado
para asegurar el empleo".

Preguntado sobre si los Diamondbacks violaron la regla del familiar,
Garagiola respondió: "Bueno, supongo que esa podría ser una
interpretación". Pero él sostiene que el club no rompió regla alguna
existente, argumentando que Ivan era más un buscón que otra cosa. "Las
reglas no se aplican en este caso, debido a la práctica de la industria, si
usted quiere, respecto del pago de comisiones a los buscones", declaró.

Pérez está de acuerdo con Garagiola. Su oficina no ha iniciado acción alguna
contra los Diamondbacks.

"La verdadera interpretación de la regla corresponde a la oficina del Major
League Baseball", dijo Pérez, en referencia a la norma sobre los pagos a
personas envueltas en negociaciones de contratación de jugadores. "Debido a
la situación en América Latina en términos de cómo llegan los jugadores a
los clubes de ligas mayores, consideramos que no se aplica".

Pero Boras, quien ahora representa a Rosario, dijo estar evaluando opciones
administrativas y legales que podrían anular el contrato de Rosario con los
Diamondbacks.

"Iván Noboa firmó un convenio (con Rosario) en el cual él estipuló que
estaba negociando contratos de parte de Adriano", sentenció. "Sugerir que no
es un agente es absurdo".

En cuanto a la prohibición de pagos a los familiares de buscadores de
talento, Pérez dijo que no había "puesto el foco en esa regla", y dejó el
tema en manos de Lou Meléndez, vicepresidente de operaciones internacionales
de béisbol del MLB.

Meléndez, que tiene su base en las afueras de Nueva York, dijo que no tenía
información de que Iván Noboa negociaba el contrato de parte de Rosario.
Generalmente, dijo, los buscones pueden ser tratados como agentes conforme a
reglas del MLB si llevan a cabo discusiones de contrato, incluso aunque no
estén certificados por la Asociación de Jugadores del Béisbol de Grandes
Ligas (MLBPA, siglas en inglés). Este gremio requiere la certificación de los agentes que representen
a jugadores que integren en el plantel de 40 hombres de los equipos de ligas
mayores; Iván, que no tiene jugador alguno en tal condición, no está
certificado. Pero Meléndez añadió que no puede hacer una determinación sobre
posibles violaciones de reglas hasta que alguien presente una queja formal.
"Tendríamos que llevar a cabo una investigación", declaró.

Junior Noboa dijo que él actuó correctamente, e insiste en que su papel en
la transacción se limitó en gran parte a recomendar a Rosario como jugador.
Una vez que estuvo claro que ambos lados tenían intenciones serias de
negociar una oferta, Junior convocó al director de scouting internacional de
los Diamondbacks, Mike Rizzo, quien voló desde Seattle para cerrar el
acuerdo.

"Llamé a la oficina y dije: 'Esta es la situación. No quiero ser parte de
esta (negociación), de modo que ustedes hagan lo que quieran, porque yo
quiero estar fuera de esto'", dijo Junior. Preguntado si Rosario recibió un
trato justo en el acuerdo, Junior respondió: "Yo no me sentía cómodo con
ello, pero era el único modo en que íbamos a poder firmar al jugador. Si no
hacíamos (el pago paralelo a Ivan), alguien más iba a hacerlo".

Garagiola señaló que los Diamondbacks estaban cómodos con el papel de Noboa
en la transacción. Pero dijo que el club debería haber informado a Rosario
acerca del pago paralelo, en vez de asumir que Iván Noboa lo había hecho.

"Si usted quiere un villano, es Iván," dijo Garagiola.

Iván salió bien parado del acuerdo. Más allá del pago paralelo de los
Diamondbacks, como buscón de Rosario recibió una tajada del 25 por ciento de
los $400,000 dólares que recibió el lanzador como bonificación por firmar, lo
cual eleva su porción a $200,000 dólares. En total, Iván se quedó con el 40
por ciento del dinero que los D'Backs invirtieron en firmar a Rosario. Los
agentes típicamente consiguen no más del 5 por ciento del acuerdo de un
jugador.

Por su parte, a Rosario le quedaron solamente $180,000 dólares, después de
pagarle a Iván y descontar los impuestos estadounidenses sobre ingresos.
Criado en condición pobre en una región agrícola de Dominicana, compró una
casa nueva para su madre y un vehículo deportivo para él. Pero lo que le
quedó está lejos de asegurar su futuro.

Rosario culpa a Iván, no a Junior, por su dudoso convenio. Pero dijo que
también ha aprendido una dura lección sobre en quién pueden confiar los
jóvenes prospectos dominicanos cuando negocian un contrato que les cambiará
la vida: "En estos momentos, sólo debemos confiar en nosotros mismos".

Tom Farrey es redactor senior de ESPN.com. Traducción de Gustavo Fillol Day.