MÉXICO -- Entrar al montículo y salir de él sin permitir carreras se ha convertido en una constante para Rafael Martín.
Durante el verano de 2014, el derecho participó en 38 relevos. Sólo en tres de ellos recibió anotación.
Lo mismo ocurrió en la pelota invernal con Naranjeros de Hermosillo. Únicamente en tres de sus 24 apariciones el rival le anotó.
Además, la ausencia de Jason Urquídez al inicio de la temporada, convirtió a Martín en cerrador de los entonces campeones de la Liga Mexicana del Pacífico.
El relevista ocupó ese rol en ligas menores hacia el final de la campaña veraniega, aunque en su mente, siempre había estado listo para cerrar. Como él mismo lo expresa: "Me gusta entrar a la hora cero".
"No tienes que pensar tanto, es más atacar al bateador. Ellos son quienes tienen la presión, ellos a veces son los que se sacan out. Si uno se quiere poner fino, es cuando se mete en problemas". La mentalidad de Martín tiene claro lo que requiere conseguir los últimos outs de un juego de béisbol.
2014 parecía el momento del debut en MLB para el lanzador de origen jalisciense. Una racha de más de 40 episodios sin permitir carrera entre Doble y Triple A, parecía sellar el hecho. Los Nationals no lo vieron así.
"No tuve ninguna explicación, ni una llamada telefónica. Para mí fue algo que no pude entender", reflexiona Martín.
En invierno, los Nationals decidieron proteger a su lanzador y lo mandaron parar actividad con Naranjeros en plena lucha por llegar a postemporada.
El serpentinero se casó hacia el final del año anterior y ahora en su travesía, tiene a una compañera fiel. "Ella estará viajando para donde esté yo", afirmó.
Su brazo exige que el destino sea un diamante de ligas mayores.