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El plan funcionó

ORCHARD PARK -- Robert y Nancy Wang estaban decididos a producir un atleta.

Incluso antes de que su primogénito fuera concebido, ya tenían planes. Eran miembros del equipo chino de atletismo, pero emigraron porque sabían que los métodos de entrenamiento y las oportunidades eran superiores en los Estados Unidos. Los Wang tuvieron un hijo en Fairfax, Virginia, y a los 6 años de edad lo iniciaron en trabajo de velocidad. A los 10 años de edad, el muchacho ya levantaba pesas.

La NBA era su sueño, pero eso se desvaneció antes de que entrara a la escuela secundaria. Viajaron de regreso a su patria para realizar estudios óseos para predecir su altura. Los resultados fueron decepcionantes, pero no del todo desalentadores.

Si no podían fabricar un jugador de baloncesto, a continuación se concentrarían en el fútbol americano.

Y si el fútbol americano no funcionaba, entonces se enfocarían en el atletismo, o el hockey, o el levantamiento de pesas.

"Han estado allí para mi al 100 por ciento desde que yo era pequeño", dijo Ed Wang acerca de sus padres. "Podría haberme mudado a Alaska y me habrían seguido allí".

Afortunadamente, la búsqueda de los Wang no llegó a eso. El cambio de los aros al ovoide fue efectivo.

Hace dos semanas, los Bills reclutaron en la quinta ronda del draft a Ed Wang, tackle ofensivo de Virginia Tech. Si él logra formar parte de la rotación en la línea ofensiva Buffalo, tal como se espera, se convertirá en el primer jugador de sangre 100 por ciento china en la historia de la NFL.

"Estamos realmente orgullosos de este muchacho", dijo Robert Wang. "Él ha trabajado duro desde que era muy chico, estableciendo su meta con nosotros. Siempre tenía el objetivo en su mente. Es muy importante para él y para nosotros cambiar la historia de la NFL".

Ed Wang se puso el casco de los Bills por primera vez el pasado fin de semana, cuando el nuevo entrenador en jefe Chan Gailey llevó a cabo su primer minicampamento de novatos.

Para la familia Wang fue un hito en la validación del plan maestro que diseñaron hace dos décadas, y que continúa con el hermano pequeño de Ed, David Wang, un guardia de primer año en Virginia Tech.

"Ed entiende lo importante que es esto para sus padres", dijo Robert Wang. "Hemos venido de China a los Estados Unidos con el objetivo de que nuestros hijos sean atletas. Los educamos desde muy temprana edad. Siempre les decíamos: 'Tienen potencial para ser atleta, ya sea de fútbol americano, baloncesto o levantamiento de pesas. Van a ser atletas. Para estar entre los mejores atletas, hay que hacer un gran esfuerzo'. Les hemos enseñando desde que eran muy jóvenes que si querían una mejor vida, mejores resultados para su futuro, era mejor trabajar duro desde una edad temprana'. Ellos entendieron eso".

Por más obsesionados que puedan parecer Robert y Nancy Wang al común de la gente, probablemente no deban ser confundidos con padres autoritarios como Marv Marinovich o Mike Agassi, hombres que llevaron a sus hijos a la grandeza y luego al borde de la locura con métodos obsesivos aplicados en la cuna.

Todd Marinovich es la historia alarmante de un padre empujando a su hijo demasiado duramente para ser un gran atleta. Marv Marinovich tuvo una gran carrera en la USC, pero fracasó como profesional, y entonces crió a su hijo para que lograra lo que él no había logrado en la NFL.

Ese no parece ser el caso de los Wang, a pesar de que Robert y Nancy dejaron China sin poder competir en los Juegos Olímpicos.

"Estoy agradecido por lo que hicieron, porque lo que yo pasé de niño, muchas cosas de las que hice fueron más duras de las que he hecho en la universidad o la escuela secundaria", dijo Ed Wang. "Esto es en lo que hemos trabajado desde que era un niño. Puedo decir 'nosotros', porque han sido parte de este viaje desde el primer día. Mis padres me incentivan a seguir luchando y seguir trabajando".

Robert Wang era un saltador de altura. Su mejor marca personal fue de 7 pies y 2 pulgadas, pero afirmó que Nancy era la estrella. La llamó una "dominante" vallista de 100 metros; la mejor de China. Ella debería haber aparecido en dos Juegos Olímpicos, pero no lo hizo. Se le negó la oportunidad en los Juegos de Moscú en 1980, debido al boicot internacional de protesta por la invasión soviética en Afganistán. Sufrió una lesión antes de los Juegos de Los Angeles en 1984, y no pudo participar.

Ed Wang insistió en que no tiene conocimiento de las hazañas de pista de sus padres. Nunca se conversó del tema, y él nunca se vio interesado en preguntar.

Si bien algunos podrían alarmarse por la filosofía de formación de los Wang para los niños, para ellos hay motivos culturales.

El Dr. George T. Haley, autor de "El Tao Chino de los Negocios" y profesor de la Universidad de New Haven (Connecticut), explicó que la competencia es primordial en las culturas asiáticas. Haley mencionó, por ejemplo, la gratitud que la patinadora de velocidad Apolo Ohno muestra hacia as rígidas demandas de su padre japonés desde una edad temprana.

"Ganar es tremendamente importante para las culturas de Asia en general", dijo Haley. "Si un individuo logra el éxito, entonces la forma en que llegó ahí es aceptable. El ser exitosos demuestra su valor moral".

También a considerar: los padres de Ed Wang fueron producto de un programa nacional del deporte que identifica a los deportistas estrella a una edad temprana, y los aísla con fines de competir a escala mundial.

"Están rodeados únicamente por otros niños que están siendo entrenados para ser atletas olímpicos", dijo Haley. "Es todo lo que conocen: gente que está siendo formada para la competencia mundial".

Hasta el momento, los padres de Ed Wang no lo han llevado por mal camino.

Esos exámenes óseos realizados por el programa nacional de básquetbol chino, antes del primer año de Wang como estudiante, resultaron ser correctos. Wang creció hasta alcanzar los 6 pies y 5 pulgadas, altura insuficiente para un centro, la posición que había jugado desde que aprendió a driblar. Era demasiado tarde en su desarrollo para aprender una nueva posición. No hay muchos armadores de 300 libras, de todos modos.

Con la concentración enfocada en el fútbol americano, los oponentes de Ed Wang pasaron de propinarle insultos raciales a respetarlo, e incluso temerle. Se convirtió en un estelar ala cerrada y liniero defensivo en Stone Bridge High en Virginia, y obtuvo varias ofertas de becas. Otros padres de la esculea empezaron a pedirle a Robert Wang que entrenara a sus hijos.

"Desde entonces he estado trabajando con chicos de preparatoria", dijo Robert Wang. "Muchos padres no conocen el deporte o no saben lo que hay que hacer. Ellos no entienden lo que estamos haciendo, hasta que ven los resultados".

Los Bills podrían estar algún día muy agradecidos por la forma en que Robert Wang preparó a su hijo. Ellos han necesitado ayuda en el puesto tackle ofensivo por tres años, y la temporada pasada cedieron 46 capturas de mariscal.

Ed Wang fue el primer tackle ofensivo que los Bills tomaron del draft desde el 2008, y lo más temprano que eligieron a uno del draft desde que reclutaron a Mike Williams con la cuarta selección global en el 2002.

Ed Wang dijo que cree que permanecerá como tackle izquierdo. Si es así, competirá con el actual titular Bell Demetrio, quien está regresando de una lesión en la rodilla.

Ganarse un lugar en la alineación titular en muchos aspectos es más importante para Ed Wang que hacer historia en la NFL. Aunque su herencia china es tremendamente importante para él, sabe que si no se establece como jugador, su caso será representado sólo como una nota al pie en los libros de fútbol americano.

Yao Ming, la primera estrella china de la NBA, no sería un héroe nacional si estuviera sentado en la banca en Houston.

"No me molestaría que la gente me reconozca como el primer jugador chino-estadounidense de fútbol americano", dijo Ed Wang, "pero lo más importante es tener un buen desempeño para los Bills. Si no juego, no va a importar si yo fui el primer chino-americano en la NFL, porque no hice nada.

"Primero tengo que lograr algo".