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Nadal ganó su 1° título en Cincinnati

CINCINNATI -- Sigue rompiendo barreras. Rafael Nadal derrotó pot 7-6 (8) y 7-6 (3) a John Isner y consiguió por primera vez en su carrera el título de Cincinnati, que significó su 26° festejo -récord- en torneos de Masters 1000. Una temporada soñada, invicto sobre canchas duras (15-0), con nueve coronas (cinco en M1000, récord junto a Djokovic) y una marca de 53-3. Impactante. De yapa, su vuelta al número dos del mundo.

Puro saque. La primera hora de acción, tiempo que duró el set inicial, tuvo como dominador absoluto al jugador que estuvo al servicio.

Nadal, sin tomar demasiados riesgos con sus golpes, fue avanzando en busca de la primera diferencia. Planteó peloteos largos, con el plus de encontrar muchas fallas en el revés de su rival, pero no le era suficiente. Necesitaba más. A pesar de ganar casi el 80% de puntos con su servicio, el problema estaba en el turno de la devolución.

El inconveniente del español no era por fallas propias, sino más bien por virtudes de Isner, quien, como ante Novak Djokovic y Juan Martín del Potro, volvió a tener números altísimos con el primer servicio: jugó con más del 90% del 1° en los games iniciales.

Además, estuvo intratable con su derecha, golpe clave para llegar a 27 tiros ganadores en el primer set (19 errores no forzados). Sin embargo sus números fueron bajando un poco en el epílogo y, para colmo, le faltó dar la última puntada. Y eso Nadal no lo perdona.

El español salvó dos puntos de set en el 5-6 y ahí vio crecer sus oportunidades. En el tie break, a su vez, estuvo nuevamente en aprietos. Cada vez más grande su confianza y temple ganadora. Y ahí, en su tercera oportunidad (tras desperdiciar una ventaja de 5-3), logró cerrar el set por 10-8 en el desempate.

El segundo set, una replica. Nadal e Isner se castigaron duro con los servicios. Apenas una sola chance de quiebre, a manos del estadounidense, que fue controlada por el español con ataques a la red y buenas voleas, algo que falló en el local a lo largo de la hora y 54 minutos de match.

Todo, entonces, se encaminó nuevamente hacia el tie break. Y ahí fue todo del español, que sacó una rápida diferencia y lo terminó cerrando con un passing paralelo de derecha. Al suelo para el festejo y el sabor de ganar por primera vez en Cincinnati, en un año soñado. Próxima escala, el Abierto de Estados Unidos. Y ahí, otro desafío. Podría abandonar Nueva York con su retorno al número uno del mundo.