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La Súper Liga, la última oportunidad de llevar a la Lube a lo más alto en esta temporada

¡Hola a todos! Para mí es un inmenso placer este debut como columnista de ESPN. Que una empresa líder del deporte mundial haya confiado en mí para generar contenidos para sus diversas plataformas es al mismo tiempo un honor y una gran responsabilidad.

Después de la histórica medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, quienes integramos la Selección sentimos que, por fin, el vóleibol podía obtener la visibilidad que tantas veces soñamos. Espacios mediáticos como éste, en el que nos encontraremos semanalmente, tienen un valor incalculable para la difusión de nuestro deporte. Ojalá sea el inicio de un largo camino.

El mayor anhelo es que disfruten de cada una de estas entregas. De mi parte pondré lo mejor, como en la cancha.

En la cancha, precisamente, se viene un enorme desafío con mi club, Cucine Lube Civitanova (que se transmitirá en vivo por Star+). A partir de ese jueves 14 iniciaremos una de las series de semifinales de la Súper Liga de Italia. Enfrentaremos a Itas Trentino, un gran equipo que acaba de clasificarse finalista de la Champions League de Europa.

La Súper Liga es la última oportunidad de llevar a la Lube a lo más alto en esta temporada. Pertenecemos a un club que se acostumbró a las consagraciones, que siempre está sediento de títulos.

Cuando arrancamos la pretemporada teníamos cuatro torneos a los que apuntábamos: la Súper Copa, la Copa Italia, la Champions League y la Súper Liga. Después, de yapa, se sumó el Mundial de Clubes. No esperábamos quedarnos sin alzar ni un trofeo hasta aquí, pero son cosas que pueden ocurrir. Por eso, retener el Scudetto que conseguimos en 2020/21 es nuestra última gran ambición.

Por supuesto, quienes tenemos un largo recorrido competitivo sabemos que no siempre se puede ganar. En cualquier deporte sobran los ejemplos de grandes equipos que, cargados de figuras, no pudieron ser campeones. En nuestro caso tuvimos situaciones que nos complicaron muchísimo: una serie de lesiones de jugadores fundamentales y diferentes tandas de contagios de COVID. Aunque parezca extraño, recién ahora tenemos el plantel completo y, si bien no llegamos como súper favoritos, creo que nos preparamos con todo y estamos en condiciones de jugar nuestro mejor vóley.

Aun cuando terminamos la fase regular en el segundo puesto –lo que nos otorgó la ventaja de localía en cuartos de final y ahora en “semis”-, es evidente que todavía tenemos mucho por mejorar. Estar completos es algo que transforma todo el ecosistema del equipo: en cada juego aparecen más alternativas, variables y hasta opciones de cambios para momentos o situaciones específicos, pero también se eleva muchísimo el nivel de los entrenamientos.

Ese combo nos otorga un margen de crecimiento que me ilusiona y puede resultar fundamental.

Me gusta decir que en estas situaciones tan exigentes y competitivas suelo meterme en mi “tarro de mayonesa” o en mi “tupper”. Trato de ser muy cuidadoso con lo que transmito, sea en cuanto a lo gestual o en el lenguaje corporal dentro de la cancha y, de manera evidente, también respecto de las declaraciones antes y después de los partidos. Ojo: aunque parezca estar “desconectado”, mi cabeza y mi físico están absolutamente compenetrados con lo que necesita el equipo. Alguno puede pensar que estoy en “mi mundo”, pero esto es vóley. Y tengo muy claro que gana el que juega mejor al vóley y toma decisiones más lúcidas dentro de la cancha, no el que habla sin parar. Por todo eso, trato de esquivar todos los análisis extradeportivos, los historiales o los temas que instala la prensa.

Por estos días se preguntan si pesa más que Itas Trentino llegue con un desgaste físico muy importante por su seguidilla de partidos de Súper Liga y Champions o si, por el contrario, que la Lube haya clasificado rápidamente a “semis” nos quitó ritmo de juego. También suele surgir que en esta campaña le ganamos a Trentino en el Mundial de Clubes, en Brasil, y en la Súper Liga, en Civitanova.

¿De qué sirve todo eso? Aunque quiero ser respetuoso, por mi forma de ser todo eso se transforma en “basura psicológica” que no pienso llevar en mi mochila. El pasado no juega: sólo existe el presente. En los playoffs lo único que me interesa es tratar de jugar cada bola y cada partido de la mejor forma posible. Porque cada mano a mano es un mundo en sí mismo. Esto es como una pelea de boxeo: round a round, golpe a golpe. Tampoco hay que confundir la adrenalina o “los huevos” con jugar al vóley.

Hay que estar despejado de la cabeza y saber qué hacer cada vez que tenés la pelota en las manos. Además, hace tiempo aprendí que no hay que abrir sentimientos muy particulares cuando llegás a estas etapas decisivas, porque eso significa que inconscientemente te conformaste, que ya estás satisfecho. Para mí, el “gustito especial” está cuando festejás el título, te subís a un podio o inclusive cuando llegás a una final y la perdés sabiendo que dejaste todo hasta vaciarte. Nunca antes de eso.

¡Hasta la próxima! Nos reencontramos muy pronto.

Para más sobre Luciano De Cecco, esta es su web oficial: The Cecco 15