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Mundial de Atletismo, Día 3 Parte 1: Yuli puede

Eugene, Oregon -- Hayward Field está enclavado cerca de límite sur del campus de la Universidad de Oregón. Entre edificios residenciales para los estudiantes y un barrio residencial. SUN, por su nombre South University Neighborhood, es una colección de pequeñas casas que han mantenido su coqueto diseño de principios del siglo pasado.

Un espacio para viajar por el tiempo a los años 40. Calles cubiertas con la sombra de árboles que cuentan la historia de la ciudad. Salir de esas calles es encontrar el esplendoroso Hayward Field y la torre de unos sesenta metros de alto que conmemora los cien años del original estadio de tablón y madera. Cien años construyendo lo que hoy se conoce como "la magia de Hayward".

La del sábado ha sido una jornada con el cielo cubierto. Un favor del clima para bajar las altas temperaturas que acompañaron la primera jornada.

Ya se encargarían los mejores atletas del mundo en elevarlas desde las pista. Para eso estaba Yulimar Rojas.

La venezolana es quizás la medalla dorada más anticipada de los mundiales. Rojas es mejor que el resto de las competidoras por más de un metro de distancia. Aunque las mejores marcas del 2022 las ha conseguido en pista cubierta, la clasificatoria del salto triple en Eugene certificaría la distancia entre la venezolana y el resto.

En apenas su segunda competencia al aire libre en la temporada, Yuli saltó 14.72 metros para clasificar a la final del lunes. Ese día Yulimar Rojas buscará el triplete en el salto triple y convertirse en la primera mujer en la historia en ganar el Mundial de atletismo en tres campeonatos consecutivos. Yuli puede.

Su extravagante personalidad no pasa desapercibida. Con la tranquilidad de alguien que se sabe mejor que el resto, Yulimar se expresaba así, bailando al ritmo de la música en la previa al arranque de la competencia. Fue la primera atleta en saltar y con 14.72 metros, la primera en clasificar.

Su primer año como campeona olímpica no ha sido uno fácil. Mantener la atención y dedicación en todo aquello que la hizo la mejor del mundo ha significado un reto para ella y su entrenador Iván Pedroso y Yulimar es enfática en reconocerlo. Lo habló tras su tranquila clasificación, Pedroso ha sido la pieza más importante para que Yulimar llegue a Eugene con esa tranquilidad.

Con la final en dos días, Yulimar podrá descansar. Quizás disfrutar de un ambiente maravilloso para los atletas. La villa está a metros del estadio. Se respira un ambiente formidable, quizás lo suficiente para que se despierte esa magia de Hayward.

Una veintena de récords mundiales se han roto en los terrenos que ocupa este escenario. Yulimar es dueña del mejor registro histórico en la prueba. Lo tiene desde que se coronó campeona olímpica en Tokio. Eugene tiene las condiciones para que lo intente de nuevo. Yuli puede.