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Mundial de Atletismo, Día 9: El sueño de un "Dreamer"

Jacob Krop (der.) de Kenia gana el heat 2 de 5000m masculinos en el Campeonato Mundial de Atletismo en Hayward Field en Eugene, Oregon, 21 de julio de 2022. Jakob Ingebrigtsen (izq.) de Noruega quedó segundo y Luis Grijalva de Guatemala tercero. EFE/EPA/John G. Mabanglo

Eugene, Oregon -- Todo es un sueño para Luis Grijalva. Su vida ha dado un giro dramático en los últimos doce meses. Desde el año pasado es atleta olímpico, ha conocido Europa y ahora está entre los mejores quince corredores del mundo en 5,000 metros.

El guatemalteco clasificó a la final del Mundial de Atletismo de Eugene. El primer atleta de su país en llegar a una final olímpica de un evento de pista en los Juegos Olímpicos, es también el primero en hacerlo en un Mundial. En esta historia hay mucho de fortuna y mucho de aquello que el destino le tenía preparado.

Grijalva es parte de unos setecientos mil niños que llegaron a Estados Unidos acompañando a padres inmigrantes. Bajo el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivials - Acción diferida para los llegados en la Infancia) del gobierno federal, Grijalva puede permanecer en los Estados Unidos sin temor a ser deportado a su Guatemala, además de contar con total libertad para moverse libremente dentro de los Estados Unidos.

Para Luis todo se complica cuando necesita salir del país como parte de su carrera profesional. Ahí se enfrenta a un trámite de aprobación largo, costoso, y además frustrante. Grijalva ha pasado casi toda su vida en los Estados Unidos, pero su estatus migratorio le impide contar con los derechos de ciudadanía o incluso aquellos derechos que se otorgan a los residentes permanentes, los dueños de una "green card".

Al cruzar la meta fue saludado por el noruego Jakob Ingebritsen de Noruega, campeón olímpico en 1,500 metros en Tokio, y por el segundo más rápido del mundo en el 2022, Jacob Krop de Kenia. Grijalva es uno más de la élite mundial en la distancia. Nada mal para alguien que no es visto como uno más en el país en el que ha vivido toda su vida.

El sistema lo ha dejado fuera, sin reconocimiento migratorio hasta que en Washington D.C. encuentren una manera para resolver la situación de Luis y de esos cientos de miles de jóvenes en su situación. Ellos se conocen como "dreamers", los soñadores. Luis reconoce que es un representante de estos "dreamers" y que su historia puede llevar visibilidad a la situación.

"Luis ha pasado por muchas cosas", me dijo su padre, Silverio. "Ha tenido que luchar mucho, se ha esforzado demasiado para llegar acá". Grijalva consiguió su mejor marca de la temporada en 5,000 metros para entrar a la final.

Silverio y Luis son los únicos de su círculo familiar cercano que viven en Estados Unidos. Su madre regresó a Guatemala y uno de sus hermanos mayores vive en Nicaragua. El otro hermano mayor murió en Guatemala, víctima de la violencia.

Luis se encontró desde muy temprano con el deporte como refugio. Su potencial lo desarrolló Karl Wurzbach, entrenador en Armijo High School, en Fairfield, California. De ahí saltó a Northern Arizona University. En su último año de universidad fue segundo en el campeonato de la NCAA. Su tiempo en esos campeonatos le permitió clasificar a los Juegos Olímpicos en Tokio.

Ahí es cuando comenzó una batalla legal liderada por un grupo de asesores a los que Luis recuerda cada vez que tiene que hablar de su camino para conseguir la autorización para poder salir del país sin perder los pocos beneficios que le da el programa DACA. Como el poder regresar a Estados Unidos, su casa.

Luis no habla mucho de su historia. Los Wurzbach, sin embargo, conocen a Luis tanto como su propia familia y se ha convertido hasta en un motivo de inspiración para los hijos de esta familia. Ellos, Silverio y Andrés, su mejor amigo desde el colegio, están en Eugene para verle correr.

Podría decir que tras de la clasificación de Luis Grijalva para la final mundialista, no había sonrisa más grande en las afueras de Hayward Field que la de los amigos del guatemalteco.

Pero es que Grijalva ganó fácil esa competencia. Trotando en la pista de entrenamiento aledaña al escenario principal, Grijalva aún portaba la sonrisa con la que terminó la carrera.

"Aún no lo creo, por esto sonrío, porque estoy entre los quince mejores del mundo", me dijo al final de su semifinal. "Estoy acá para representar a los millones de guatemaltecos y centroamericanos también. Esto es un sueño". El sueño de un "dreamer".