Olímpicos
Fernando Palomo 2y

Mundial de Atletismo, Día 7: Una reflexión

Eugene, Oregon -- Es el tema de conversación más recurrente y la pregunta no tiene sólo una respuesta, tiene varias y a veces ninguna, ¿qué hacer para que el atletismo aumente audiencias, crezca en popularidad?

La interrogante no tiene una única procedencia, viene de todos lados. La conversación la he tenido con altos dirigentes de la federación internacional, con grandes leyendas del deporte, con presidentes de federaciones latinoamericanas, mismas que viven una realidad parecida, desplazadas por la atención que acapara el fútbol en sus países. Los múltiples orígenes de la preocupación ya son evidencia de la seriedad del problema. Reconocerlo puede ser el principio de la solución.

El atletismo ha sufrido durante años de un constante desgaste de credibilidad. El uso desmedido de sustancias prohibidas hizo que las audiencias, jóvenes y establecidas, perdiera confianza en lo que estaba mirando. No sabía si un resultado era producto de una maravillosa capacidad atlética o un brillante trabajo de laboratorio. Dudas que aún persisten, porque el problema está aún presente.

A esto le sumamos aquello que es tan convencional en el deporte, la corrupción dirigencial. Por años el atletismo estuvo manejado por estructuras de poder que conducían sus destinos con mano dictatorial, a nivel mundial y en muchos países, sobre todo Latinoamérica.

Sumémosle a la desconfianza que provocan el dopaje y la corrupción, la realidad de los nuevos tiempos en los que las distracciones múltiples a las que están expuestas los niños de hoy. Amenaza que no es exclusiva del atletismo; esto afecta y condiciona al desarrollo de los deportes en general.

Al atletismo le cuesta encontrar un espacio mediático predominante y sí, dentro de lo que a mí me corresponde, me declaro culpable. Promotor de la idea que para crear afición por algo o por alguien, los medios tenemos la responsabilidad de conducir el contenido hacia ese algo, o ese alguien.

Estos campeonatos mundiales están repletos de historias fascinantes que pueden aportar a capturar la imaginación, los sueños de niños en todo el mundo. No todas las grandes historias terminan en primer lugar.

Trevor Bassit, de Estados Unidos, terminó una temporada de más de cuarenta carreras. La primera temporada sin Jud Logan, su entrenador, quien falleció a principios de este año por complicaciones derivadas del COVID. El año pasado Logan le anticipó a Bassit que llegaría a la final del mundial. El atleta compartió en redes sociales una captura de pantalla con los textos de esa conversación. Bassit fue bronce en los 400 metros con vallas.

Lonah Korlima Chemtai creció en Kenia en una villa sin electricidad ni agua potable. En 2008 viajó a Israel para trabajar como niñera de los hijos del embajador keniata en ese país. Con 23 años conoce a Dan Salpeter, un entrenador israelí de largas distancias. Se enamoran y tres años más tarde, en 2014, se casan. Lonah Salpeter fue tercera en el maratón de los campeonatos mundiales. Con 33 años le dio a Israel la tercera medalla mundialista en la historia.

Historias sobran, lo necesario es contarlas. Toca asumir ese compromiso.

^ Al Inicio ^