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París, monumental, juega su Olimpiada Cultural

Cuerpo en Movimiento, del Museo de Bellas Artes, es una de las muestras de la Olimpiada Cultural. Petit Palais

PARÍS (Enviado especial) -- Cuando la ciudad de París organizó la Exposición Universal de 1900, justo en simultáneo a la realización de sus primeros Juegos Olímpicos, los segundos de la era moderna, no proyectó que 124 años después, en sus terceros Juegos, tres de los monumentales edificios construidos para la ocasión se convertirían en sedes de la cita olímpica.

A metros de Les Invalides, complejo en el que descansan los restos de Napoleón Bonaparte y que también funciona como una de las sedes de alto carácter histórico-cultural de París 2024, se construyeron para la exposición, que fue visitada por más de 50 millones de personas a lo largo de siete meses, la estación de Orsay -hoy Museo-, el Puente Alejandro III, el Petit Palais y el Grand Palais.

La inmensidad del salón principal del Grand Palais, donde se desarrollan las competencias de esgrima y taekwondo bajo la mítica cúpula, se llevó algunas de las grandes fotos de París 2024. Luego de una remodelación para los Juegos que implicó el cierre del palacio durante los últimos años, atletas de todos los países compitieron y compiten por 20 medallas en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.

El puente aledaño, punto de visita obligatorio para los turistas, también fue sede del ciclismo de ruta, el triatlón y la natación en aguas abiertas, reforzando el deseo de la organización de realizar los Juegos Olímpicos 'en la ciudad'.

¿Y el tercero?

Junto al Grand Palais y el Puente Alejandro III, el entorno monumental del VII distrito de París está conformado por el Petit Palais, situado enfrente de su 'hermano mayor'. Allí, tiene lugar el Museo de Bellas Artes de la ciudad.

En casi toda la capital, distintos lugares históricos se tornaron inaccesibles por los Juegos Olímpicos. Por ejemplo, no se puede pasear por Champ-de-Mars o la Plaza de la Concordia, sedes de judo y lucha y de deportes urbanos, respectivamente. Tampoco visitar la Explanada de Les Invalides, ocupada por tiro con arco.

Pero diferente es la situación en el Petit Palais. A metros del festivo ingreso al Grand Palais, el Museo de Bellas Artes sigue abierto y propone una experiencia olímpica, como muchos de los museos y monumentos de la ciudad, incluido el Louvre (con la exposición Olimpismo, un invento moderno, una herencia antigua).

El Petit Palais, por su parte, presenta la muestra Cuerpo en movimiento, abierta al público y gratuita durante los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos y parte de la denominada Olimpiada Cultural, una propuesta que tiene como objetivo hacer dialogar arte y deporte a través de propuestas artísticas y valores como la inclusión, la diversidad y la universalidad.

A lo largo de distintas salas con los colores del olimpismo y con una división en ocho secciones, 50 pinturas, esculturas, objetos, dibujos y grabados del museo componen la exposición, que recorre desde la Antigüedad hasta comienzos del siglo XX.

Empezando por obras del origen de los Juegos Olímpicos, como una estatuilla del discóbolo esculpida en el año 490 a.C., y finalizando con una serie de imágenes y entrevistas de 12 atletas que eligieron y replicaron obras que los identifican, tanto en una cuestión gestual como emocional, y pasando por la representación de cuerpos heroicos, suspendidos, dibujados y esculpidos, la muestra busca poner en valor el cuerpo, la anatomía y el deporte.

Además, Cuerpo en movimiento dedica una sala a la emancipación de la mujer a través del deporte y cierra cronológicamente con el comienzo de los Juegos Olímpicos modernos, que incluyeron dos ediciones en París: 1900 y 1924, de la que guarda dos jarrones de Bracquemond con los que fueron premiados los medallistas de oro de las pruebas individuales.


De manera un tanto abstracta en algunas obras, el Petit Palais vincula deporte, arte, estética y olimpismo, erigiéndose en una casa más de París 2024 y su herencia cultural.