Valentina Raposo tiene 18 años y es la más pequeña del plantel de Las Leonas que se subieron al podio olímpico de los Juegos Olímpicos de Tokio. Con final incluída, tiene tan solo 10 partidos internacionales con la camiseta de la selección mayor del hockey y es la segunda deportista argentina más joven de la historia en colgarse una medalla, detrás de nada menos que Gabriela Sabatini (plata en Seul 1988).
La oriunda de Salta es el orgullo de Popeye Béisbol Club y su debut con el equipo que comanda Carlos Chapa Retegui fue el 4 de abril de 2021 ante Alemania, meses antes de viajar a Japón.
Valentina fue titular en el debut turbulento contra Nueva Zelanda y arrancó en el banco ante España, China y Japón. Luego volvió a ubicarse en el once inicial, en un partido que recordará por un fallo defensivo y por el gesto empático de sus compañeras que corrieron a abrazarla y ponerla de pie pronto.
Después de ese mal momento, Rapi (como le dicen en el plantel) se repuso rápidamente. En ese encuentro siguió moviendo la bocha sin temor, de un lado al otro desafiando el bloqueo australiano. Tal fue la actitud de la salteña que no le tembló el pulso para hacerse cargo de un córner corto ante Alemania y marcar su primer gol olímpico.
Con su pegada furiosa, Raposo no se achicó a la hora de hacer de variante cuando Gorzelany o Barrionuevo no ejecutan sus arrastradas patentadas.
Cuando Argentina jugó su primera definición en la historia en Sydney 2000 ella aún no había nacido y en la segunda oportunidad, que fue en Londres 2012, Valentina tenía 9 años. En 2021 fue titular cuando Las Leonas dejaron atrás a India en semifinales y se aseguraron un lugar en el podio. Y podrá contar toda su vida que jugó una final olímpica, se colgó una medalla en sus primeros Juegos y fue elegida por la FIH como candidata a la promesa del año.