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Regresos, desafíos, un retiro que no fue tal y una nueva ilusión olímpica: la última década de Julio Velasco

Hace diez años dejaba Irán y asumía como técnico de Argentina Volleyball World

El 8 de febrero de 2014, un día antes de su cumpleaños, el diario “Tehran Times” anunció que Julio Velasco volvería a Argentina para dirigir su Selección. El presidente de la Federación Iraní había hecho todo lo posible para retener a esa figura que le dio popularidad al vóley, pero comprendió que la suerte estaba echada. Solo pudo resignarse.

El argentino Juan Cichello, asistente técnico del seleccionado asiático en aquella etapa, contó que Velasco tenía allí la celebridad de un gran jugador de fútbol en un país occidental. Raúl Lozano, entrenador de renombre internacional y platense como Velasco, planteó que la transformación que logró su amigo en Irán era, quizás, superior a lo que había hecho en los noventa con Italia.

De la mano del argentino, los iraníes fueron campeones asiáticos en dos ocasiones, 2011 y 2013, y consiguieron victorias contra equipos que solían estar a kilómetros de distancia en el ranking: Serbia, Italia y Polonia en la Copa del Mundo 2011 e Italia y Estados Unidos en la Copa de Grandes Campeones 2013.

El debut en la Liga Mundial, en 2013, con victorias como la conseguida contra la Azzurra en Módena, fue de muy seductor para el orgullo iraní. El trago más amargo, claro, fue quedarse sin boleto a Londres 2012: fallaron en el Preolímpico.

“Argentina es mi patria. Estuve en el exterior durante 31. Si no regreso a mi país en este momento, no regresaré nunca. Ésta es mi última oportunidad”, dijo Velasco en la despedida de Irán.

Una década más tarde, a los 71 años, el argentino volvió a sacudir la escena, al acordar su incorporación como entrenador de la selección italiana femenina que intentará clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024, razón por la cual tuvo que romper su contrato con UYBA Busto Arsizio, el equipo de la Liga Italiana A1 que lo había contratado unos meses atrás.

En esta nota, ESPN repasará estos 10 años zigzagueantes, emotivos y sorprendentes de uno de los mejores entrenadores de vóleibol de la historia, pero también el de un personaje que rebalsa las fronteras de su deporte.

Argentina: ilusión hecha realidad

“Tengo que ser sincero: pensé que esto no iba a ocurrir nunca. El vóley me brindó muchas cosas, pero pensé que ésta no se iba a dar”, planteó Velasco el 19 de febrero de 2014, el día en que fue presentado como entrenador de la Selección Argentina. A comienzos de los años ochenta había sido asistente de Young Wan Sohn y, una vez que el coreano terminó su ciclo, Velasco creyó que tendría su chance. No ocurrió. En Italia inició un ciclo de esplendor, primero en clubes, luego con la Nazionale. Más tarde dirigió los seleccionados de República Checa, España e Irán, y equipos italianos. ¿Sería imposible dirigir su Selección? No. Había llegado ese día.

Su desembarco en la celeste y blanca fue noticia para todo el deporte nacional. En cinco temporadas, Argentina no logró consistencia ni dio un salto de calidad: no consiguió acercarse a los grandes. Hubo, sí, triunfos memorables contra potencias y un oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

En los torneos en los que las potencias acudieron con todas sus figuras, la Selección se destacó en los Juegos Olímpicos de Río 2016 (ganó su grupo y, lamentablemente, le tocó cruzarse con Brasil en cuartos de final) y en la Copa del Mundo 2015, con dos meritorios quintos puestos. Las victorias sobre Italia y Estados Unidos en el Mundial 2014, los triunfos frente a Francia, Rusia y Serbia en la Liga Mundial 2016 y el primer y único festejo sobre Brasil en toda la historia de la Liga Mundial, en 2017, dejaron postales imborrables. También quedaron grabados dos 3-0 contra equipos top en VNL, Italia y Brasil. El desahogo con “corte de manga” de Velasco, después de ganarle a Polonia en el Mundial 2018, luego de una serie de decisiones arbitrales más que polémicas, fue la última de las grandes alegrías.

Chau Argentina, hola Módena

En noviembre de 2016, luego de tres temporadas al mando del equipo, la Federación del Vóleibol Argentino (FeVA) y Velasco habían acordado su continuidad hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En mayo de 2018, no obstante, el entrenador anunció que no cumpliría el resto del contrato, ya que volvería a radicarse en Italia, por motivos familiares, después del Mundial de ese año.

Las dos partes se habían dado un gustazo que se postergó durante décadas: el vóley argentino, de contar con uno de los entrenadores más prestigiosos del deporte mundial; el técnico, de dirigir el seleccionado de su terruño, para devolverle al país parte de su sapiencia y su recorrido internacional.

Poco después de ese anuncio llegó otra comunicación oficial: sería entrenador de Módena, el equipo con el que se hizo famoso al ganar cuatro Scudettos consecutivos en los ochenta.

Módena y seleccionados de base

Con Módena, Velasco consiguió rápidamente la Supercopa. En la Lega pasó veranitos y tormentas: en semifinales, Perugia le bajó la barrera en un quinto juego en que el equipo del argentino había estado 2-0 arriba. Con contrato aún vigente, Velasco decidió no continuar al frente del equipo.

Lo anunció con una carta pública. “Decidí terminar mi carrera como entrenador. Este momento no es fácil para mí, pero como muchos jugadores dejaron de jugar cuando aún eran fuertes, también quería terminar mi carrera cuando todavía podía entrenar, sin esperar el declive”, escribió en mayo de 2019.

Aquel no fue un adiós, sino un hasta luego. En julio de ese año, la Federación Italiana (FIPAV) publicó su contratación como coordinador técnico de los seleccionados masculinos juveniles.

Al año siguiente, cuando aún no estaba claro cuándo se realizarían los Juegos de Tokio, debido a la pandemia de COVID, Irán procuró seducirlo para que volviera a conducir el equipo, esta vez en la competencia olímpica. Las gestiones no avanzaron demasiado. Con la Azzurra de categorías de base, Velasco coordinó entrenadores de un período de esplendor. En 2019 Italia fue campeona del Mundial Sub 19 y subcampeona del Mundial Sub 21; en 2020, oro en el Europeo Sub 18 y plata en el Europeo Sub 20; en 2021 se coronó, como local, en el Mundial Sub 21 de Cagliari; en 2022 ganó los Europeos Sub 18 y Sub 20; en 2023 alcanzó el oro en el Europeo Sub 17 y logró la medalla de plata en el Mundial Sub 21.

¿Retiro? ¿Qué retiro?

El retiro como entrenador, plasmado en la carta pública de 2019, quedó bien archivado en 2023. UYBA Busto Arsizio, uno de los equipos de la Liga Italiana A1 femenina, sacudió el mercado contratando a Velasco para un proyecto de tres temporadas que comenzaría con la campaña 2023/24.

Era su vuelta a la conducción de un equipo después de cuatro años y, al mismo tiempo, se presentaba su primera oportunidad como entrenador de un club femenino.

El comienzo en la Lega no fue de lo más alentador, con cinco derrotas consecutivas. En ese lapso explotó la bomba: la FIPAV lo contrató como entrenador del seleccionado femenino a partir de 2024. El club quería que cumpliera la doble función. Hubo tironeos y declaraciones de todo tipo. Con la conducción de la Liga, la FIPAV y hasta el Comité Olímpico Italiano (CONI).

El 20 de noviembre pasado, el platense renunció de manera indeclinable a su cargo en Busto Arsizio. Al día siguiente fue presentado como técnico de la Nazionale.

Como había ocurrido en 2014 con Irán, en 2018 con la Selección Argentina y en 2019 con Módena, Velasco terminaba un vínculo contractual antes de tiempo por decisión propia. En el equipo no quedaron nada conformes con su actitud.

Ahora, a principios de 2024, todo eso es pasado. Después de una década agitada, que incluyó dirigir por primera vez la Selección masculina de su país, el regreso a su Módena querido, la montaña de alegrías con los pibes italianos y el “toco y me voy” con Busto Arsizio, para Velasco llega el momento de pensar en el futuro: la clasificación a París 2024 a través de la VNL y la ilusión de una medalla en los Juegos Olímpicos. Sobre todo, ese oro esquivo que no pudo conseguir con la “Generación de Fenómenos” masculina.