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La maratón de la CDMX también se corre con las manos

“No fui deportista con mis pies, pero sí con mis manos”, dice al otro lado del teléfono el colombiano Francisco Sanclemente, horas antes de tomar el avión que trasladará a él y a su silla de ruedas a la Ciudad de México, para correr la edición 37 del Maratón, una de las escalas que forman parte de su calendario rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Era el 2004, el Once Caldas de Colombia rompía la quiniela internacional derrotando a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores y los cazatalentos del equipo cafetalero ya le seguían la pista a un joven arquero que deseaba ser como Óscar Córdoba y Miguel Calero. El futuro de Francisco Sanclemente estaba bajo el arco y eso cambió dos años después.

“Jugaba en las inferiores del Once Caldas, en las categorías juveniles. Cuando recién cumplí los 18 años, me tocó empezar a usar una silla de ruedas por una mielitis, que es una enfermedad que ataca la médula espinal y a partir de ahí cambió todo, mi manera de ver la vida. Los sueños. No tenía mis pies, pero me quedaban mis manos. Ya no corro en los campos de futbol, pero sí compito con mis manos en las maratones más importantes del mundo”, narra a ESPN Digital, Francisco Sanclemente, atleta Paraolímpico.

Al chico que eligió ser portero para no desgastar sus zapatos de futbol que le compró su mamá de segundo mano, le arrebataron las piernas, pero no la vida. En junio de 2006 le diagnosticaron la enfermedad que dejó a Sanclemente en una silla de ruedas y meses después nació su hija, todo a los 18 años.

“Nunca imaginé que quedaría en una silla de ruedas, pero tampoco nunca pensé que una silla me convertiría en un ser valiente. Nunca creí que el dolor se transformaría en fortaleza”, recuerda el atleta colombiano, en su libro ‘El camino de un valiente’.

La mielitis y la silla de ruedas impulsaron a Sanclemente. Terminó la secundaria, preparatoria y universidad, entonces una invitación de su fisioterapeuta a correr la media maratón de Bogotá lo regresó al deporte.

“La primera vez me fue mal, me costó mucho trabajo la ruta. Primero tuve que juntar dinero para pagar las inscripciones, pasajes y otros gastos, una parte la puso mi fisioterapeuta y la otra la tuve que conseguir yo con patrocinadores”, recuerda el atleta Paraolìmpico.

Sanclemente pasó de ser el último lugar de la maratón en Bogotá, a ser el atleta paraolímpico de Maratón con la mejor marca de Latinoamérica en el 2019. Viene a México a continuar su preparación, porque los 42 kilómetros 195 metros de la ruta de la CDMX, forman parte de su camino que tiene por meta una medalla en Tokio 2020.