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Milagros Cabral se siente contenta de continuar ayudando al voleibol dominicano

Milagros Cabral es una de las atletas más reconocidas y admiradas de la República Dominicana. Con una carrera que se extendió por cerca de 20 años dentro de las canchas de voleibol, múltiples campeonatos obtenidos por la selección nacional de voleibol femenino elevaron su popularidad y su estatus como una de las deportistas con más logros en el país.

En conversación exclusiva con ESPN, la miembro del Pabellón de la Fama del deporte dominicano habló sobre su entrada al mundo del voleibol, así como sobre los aprendizajes que este le dejó y su trabajo fuera de las canchas.

“Al ser tan alta, tenía complejos debido a mi tamaño. En principio yo no jugaba voleibol ni me interesaba, simplemente iba a ver a mis amigas del barrio jugar. Sin embargo, en un momento decidí ponerme a jugar durante unos Juegos Salesianos de la Parroquia Cristo Rey. Me sentí bien en ese evento y es cuando decido ir al Centro Olímpico y veo a la selección juvenil practicando que me doy cuenta de que todas las jugadoras eran altas como yo, eso me fascinó y por eso le tomé amor. Para mí era importante ya que con 10 años medía 5 pies y 11 pulgadas”, indicó Cabral.

Gracias a su tamaño, sumado a la potencia de su salto y a la fuerza de sus remates, no pasó mucho tiempo antes de que sus condiciones y aptitudes empezaran a llamar la atención.

“Después de ahí las ganas de representar a mi país surgieron, quería ser una estrella el voleibol. En ese momento jugaba en el Club Los Cachorros y los organizadores de la Selección Infantil de Voleibol Femenino solicitaron que los equipos enviaran a sus jugadoras más altas. Es ahí donde comienzo mi camino como jugadora profesional, siendo mi primer evento internacional Arecibo 94, donde a pesar de no tener tanta experiencia, mi salto y fuerza hicieron que los profesores me pusieran atención”.

A pesar de todo el talento que tenía la importante jugadora, tomó un tiempo hacer el ajuste para tomar su disciplina en serio y darse cuenta de su potencial real.

“Todavía a los 15 años no tenía claro qué quería en mi vida y fue gracias a un profesor que para mí es un padre, Jorge Pérez Vento, que me enfoco en lo que tenía en frente. Le agradezco por cultivar en mí la madurez como jugadora y como persona, incluso recuerdo que, a los 16 años, recién llegada a la selección de mayores, le dije que las otras jugadoras titulares tenían más responsabilidad que yo, a lo que me respondió unas palabras que nunca se me han olvidado, ´usted es tan responsable como ellas y la responsabilidad no tiene edad. Usted tiene el talento, pero debe madurar, tanto como ellas que tienen 25 años´. Después de ahí comencé a cogerlo en serio y a utilizar mis capacidades para aprender rápidamente. En ese momento no entendía por qué Pérez Vento me dijo esas palabras, pero hoy le agradezco y entiendo, me han servido para la vida”.

Cabral señaló que el momento que más orgullo le trae de toda su carrera fue la medalla de oro en los Juegos Panamericanos del 2003, cuando derrotaron al que ella considera era el mejor equipo de la época (Cuba), por ser un momento especial que pudo vivir en frente de su país.

También indicó que su retiro de las canchas se debió a que es una fiel creyente en dar paso a las nuevas generaciones y por el hecho de querer iniciar una familia.

“Después de tener 18 años jugando con la selección, sumado a otros compromisos profesionales, el retiro fue una de mis primeras decisiones. Me preparé para ello, sabía que detrás de mí venía subiendo una cantidad impresionante de talento y que las cosas estarían bien cuando saliera de las canchas. Anhelaba poder pasar más tiempo en casa y finalmente formar una familia”.

Luego de su retiro pasó a formar parte del Ministerio de Deportes de la República Dominicana, por interés del entonces ministro, Jaime David Fernández Mirabal, quien la quería como parte de su equipo.

“Después de retirarme se me presentó la oportunidad de ser parte de la gestión del ministro Jaime David Fernández Mirabal como Directora de Deportes, posición que me permitiría ayudar a jóvenes y comunidades. Luego de consultarlo con Cristóbal Marte, a quien considero como un padre, como mi consejero y mi todo, él me recomendó aceptar la oferta ya que era una experiencia increíble, iba a poder ayudar a mi país y a continuar trabajando por el deporte”.

Milagros Cabral añadió que más adelante surgió la oportunidad de crear la Liga de Voleibol Superior del Distrito Nacional (LVS) y que poder ser gerente y propietaria de uno de los equipos (Cristo Rey VC) es una de las experiencias más lindas que ha tenido en su vida, ya que a través de dicha liga se está brindando tiempo de juego a las atletas, experiencia y oportunidad, lo que se traduce en una ayuda directa al proyecto nacional de voleibol femenino.

Finalmente, la atleta habló sobre su rol como directora de relaciones institucionales del proyecto nacional de voleibol femenino, indicando que estaba muy contenta de seguir perteneciendo al equipo, ahora en otra función, ya que ahí nació la jugadora internacional que fue. Señaló que lo más importante para todos los involucrados en el proyecto es la educación de las jugadoras, por lo que trabajan de forma incansable para que ellas puedan tener un aprendizaje de calidad y que una vez terminada su carrera deportiva, puedan continuar aportando a su país.