A dos meses para el comienzo de la tercera temporada del Super Rugby Pacific, se dieron a conocer detalles de lo que sería la competencia a partir de 2026. Con el foco puesto en Estados Unidos, la franquicia argentina de Jaguares es uno de los equipos que fueron tentados para volver a disputar el torneo.
Según anunciaron medios neozelandeses, en primer lugar, los principales directivos del certamen oceánico entienden como primordial la creación de una comisión independiente integrada por un presidente, un director ejecutivo y miembros de la junta directiva que se aboquen principalmente a las áreas de marketing, participación de los fans, innovaciones legales y el estado del juego. No obstante, la última palabra la seguirán teniendo las federaciones.
Por lo tanto, antes de iniciar las tratativas por los derechos de transmisión, esta comisión deberá establecer criterios referidos a los siguientes parámetros: el número de equipos, su ubicación, el formato y la forma del producto en el paddock.
La aparición del Covid-19 impulsó varios cambios en el torneo y la salida de Jaguares fue uno de los hechos destacados. La franquicia argentina, subió el nivel año tras año al punto tal de llegar a disputar con Crusaders la final en 2019, dejó de pertenecer al grupo selecto. Sin embargo, Gabriel Travaglini, presidente de la UAR, reveló en 2023 la invitación a retornar a partir de 2026, ya que los derechos de la competencia están vigentes hasta 2025.
Con la decisión de NZ Rugby y Rugby Australia de dejar afuera a varias franquicias desde 2020, los jugadores argentinos empezaron a emigrar al continente europeo para desarrollar sus carreras. De esta manera, con la intención de la Unión Argentina de Rugby de aceptar la invitación y reflotar el equipo, lo que incluiría la posibilidad de disputar encuentros tanto de local como visitante, los hombres albicelestes volverán a tener un lugar de pertenencia con gran visibilidad y potencialidad de crecimiento.
Por su parte, la NZR entiende que el país norteamericano, al ser sede de la Copa del Mundo masculina en 2031 y la femenina en 2033, se convertirá en un polo de atracción y desarrollo en los años venideros. Por ello, estudia la posibilidad de crear un equipo con sede en Estados Unidos, a lo que se sumaría la mudanza de Moana Pasifika a Hawaii, en lo que serían guiños importantes a esta creencia. Mientras que, Rugby Australia no ha dado señales de cambio, pero si mayor impulso a sus franquicias con la apertura de una nueva línea de crédito que asciende a los 92 millones de dólares.
El caso de Sudáfrica también podría sufrir modificaciones. Con Bulls, Stormers, Sharks y Lions disputando el United Rugby Championship, el rugby del país campeón del mundo no ve con malos ojos su expansión y regreso a la competición del hemisferio sur con la participación de un combinado de jugadores de Free State Cheetahs y Pumas que funcionen como un equipo conjunto desde Perth.
En tanto, Japón es el único país que no muestra interés en participar del Super Rugby 2026. El regreso de los Sunwolves es casi imposible, porque los principales inversores de la Japan Rugby League One no quieren formar parte, aunque si ven con agrado la creación de un torneo transfronterizo post temporada, que les permita promocionar e instalar sus marcas. Si bien este tipo de competición no es algo que Super Rugby le otorgue viabilidad, podría mostrar su buena sintonía con el país asiático al generar un cambio en la definición y que los mejores seis equipos de la temporada compitan en Japón para ver quién alza el trofeo.
Finalmente, en lo que a aspectos del juego refiere, Super Rugby no pretende realizar grandes cambios. Con la premisa de un juego fluido sin interrupciones, la organización limitará el uso del TMO a casos de juego sucio que revistan una gravedad considerable.