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Queen´s 2012: el día más oscuro de Nalbandian

Con 3-4 en contra en el segundo set, a David Nalbandian se le cruzó un cable. Era la final de Queen's 2012 y el argentino, en un ataque de rabia, destrozó de una patada una de las cajas que protegen a los jueces de línea. El golpe, que dejó dolorido y con sangre al árbitro, le valió la descalificación y uno de los momentos más negros de su carrera. Nunca volvió a Queen's.

Los protagonistas de esta historia, ocurrida diez años atrás, fueron el cordobés, Marin Cilic, su rival aquel día, Fergus Murphy, el juez de silla que le descalificó, y Andrew McDoughall, el árbitro que recibió la patada. Aquella tarde del 17 de junio de 2012, unas 6 mil personas se dieron cita en la cancha central de Queen's para ver el principio del fin. Un Nalbandian en los últimos meses de su carrera. De hecho, aquella fue su penúltima final antes de retirarse.

El argentino fue de los que aprovechó la ralentización de las canchas de césped desde 2001 en adelante, cuando Wimbledon cambió el compuesto que utiliza para la superficie, y jugó (y perdió) la famosa primera final de Wimbledon entre dos tenistas de fondo. Esa que se quedó Lleyton Hewitt en 2002. El tenista argentino con mejores resultados en pasto desde Guillermo Vilas volvió a una final diez años después, y el resultado no fue para nada el soñado.

Nalbandian, que venía en caída libre con derrotas en primera ronda de Madrid, en segunda de Roma y en su debut en Roland Garros, iba por delante en la final del torneo londinense. Se aseguró el primer set en el tiebreak y marchaba 3-3 con saque en el segundo. Podía ser su primer triunfo desde Washington 2010 y el primero para el tenis argentino en césped desde que Javier Frana triunfó en Nottingham 1995.

Pero llegó la desconexión. De hecho, dos puntos antes David tiró en dos ocasiones la raqueta contra el pasto y se puso a gritar. Sin embargo, el momento que cambió el partido llegó con 3-3 y 15-40. Tras no meter la bola tardó una décima de segundo en lanzar una patada contra el panel de madera que protegía al juez de línea. Ni siquiera miró, solo tiró la patada. Y comenzó el caos.

McDoughall lanzó un chillido de dolor y se levantó el pantalón, mientras un hilo de sangre caía por su pierna. Murphy, el juez de silla, llamó al supervisor de la ATP y Tom Barnes apareció en la pista. Cilic miraba atónito desde su silla, mientras Barnes, Nalbandian y McDoughall conversaban, con este último reprochándole al tenista su "ataque".

Tras un diálogo que duró apenas un par de minutos y con McDoughall camino de vestuarios para limpiarse, Murphy confirmó por micrófono que Nalbandian era descalificado por conducta antideportiva. Asomaron unos tímidos aplausos, que pronto se convirtieron en abucheos, porque la final se terminó. En un ambiente tenso, con Cilic sin saber cómo reaccionar y con Chris Kermode, entonces director del torneo y desde 2014 hasta 2019 presidente de la ATP, dialogando con Nalbandian, la gente se negó a irse, mientras se preparaba la ceremonia de entrega de trofeos.

Kermode, años más tarde, admitió que intentó que el partido no se suspendiera, por el bien del público, y recordó, en una conversación con el Daily Mail, que hubo presiones por parte de los patrocinadores para que la final no terminara de aquella forma. "Sin embargo, al día siguiente estábamos en todas las televisiones", reconoció.

Nalbandian, que perdió sus cinco siguientes encuentros después de eso, se retiró en marzo de 2013 tras el Masters 1000 de Miami. Nunca volvió a jugar en Queen's. McDoughall, el hombre que recibió la patada, siguió ejerciendo de juez de línea, pero nunca le han permitido volver a hablar del incidente.