BUENOS AIRES -- La elección del abanderado de la delegación de Argentina para Beijing 2008 me conduce indefectiblemente a la vestimenta que tuvo nuestra representación en los Juegos Olímpicos en los que estuve presente y que luce el abanderado en los actos oficiales, como el izamiento de la bandera en la Villa Olímpica. ceremonia inaugural y de clausura o actos sociales.

Elegancia sport para Grecia en Atenas (AP)
En Montreal 1976, el remero Hugo Aberastegui tuvo un traje de muy baja calidad compuesto de pantalón gris, saco y corbata azul. En esa oportunidad, la primera de mi trayectoria olímpica, cuando lo vi desfilar en la ceremonia inaugural no me pareció fuera de lugar, aunque me llamó la atención los atuendos de los otros países.

Fue en Los Ángeles 1984 cuando empecé a tener idea clara de cuanto representaba la vestimenta en la ceremonia inaugural. Cuando anunciaron el ingreso de Argentina y apareció el remero Ricardo Ibarra, con un pantalón corto y una musculosa blanca, me costaba creerlo.

Había abierto el acto, como es tradicional, Grecia y por orden alfabético ya habían desfilado Albania, American Samoa, Andorra, Angola, Antigua y Barbuda y Angola con llamativa indumentaria nativa y después apareció Australia con su verde y sus característicos sombreros.

De allí en adelante, los europeos desarrollaron un desfile de moda, en la pista atlética transformada en una pasarela, donde competía la creación de los grandes diseñadores, ante las características autóctonas de los países africanos, norteamericanos, antillanos, asiáticos, centroamericanos y sudamericanos. Si hasta China, que participaba por primera vez, deslumbró con sus impecable vestuario blanco, con chaqueta surcada de vivos rojos y pantalón largo o pollera.

Cuando escribí mi nota manifesté la sensación de vergüenza que había sentido, por la imagen de pobreza trasmitida por la delegación y de la carencia de idea para presentar algo distintivo de nuestro país, dentro de un bajo prepuesto. El entonces presidente del COA, Antonio Rodríguez, comentó: "No teníamos dinero. Carecimos del apoyo del gobierno. Hasta tuvimos que recaudar fondos para los pasajes".

La historia posterior indica que los desfiles en las ceremonias inaugurales crecieron en la calidad de las ropas y en sus diseños. Las delegaciones argentinas continuaron presentándose como podían. La tenista Gabriela Sabatini fue la abanderada en Seúl 1988, vestida con un equipo de gimnasia azul, en cuyo buzo y pantalón cruzaban dos tiras celestes intercaladas por una blanca.

"Todavía guardo el conjunto deportivo blanco, con tiras azules, con el que desfile en Barcelona 1992", me comentó el hoy ex jugador de hockey Marcelo Garraffo, el abanderado en esa oportunidad. En Atlanta 1996, la yudoca Carolina Mariani llevó un equipo deportivo compuesto de buzo y pollera.

En Sydney 2000 mejoró la situación, al desfilar, con el yachtman Carlos Espínola como abanderado, con traje de pantalón crema, camisa blanca, saco y corbata azul. Espinola tuvo idéntica misión en Atenas 2004, pero el traje fue reemplazado por un pantalón y una camisa blanca, con vivos celestes.

El basquetbolista "Manú" Ginóbili fue el elegido para portar la bandera celeste y blanca en Beijing 2008. La ropa que llevara será un pantalón y una camisa blanca, con calzado deportivo de cuerina blanca. "Esa fue la decisión final, yo expuse otras ideas e inclusive que la calidad de la tela como la del calzado fuese superior, pero no me escucharon", me dijo el dirigente Jorge Airaldi, con quien compartí varios Juegos.

"Me encontré con Manu y le dije que se prepare a vivir un momento inolvidable. Con la anedralina de los momentos previos encerrado en un salón donde sólo se escuchan indicaciones y seguir el acto a través de una pantalla gigante. Después vas a gozar desde el momento que ingreses al estadio", me relató Marcelo Garraffo.

Aproche la oportunidad para pedirle una opinión sobre la vestimenta, ya que él estuvo en tres Juegos y respondió: "El desfile de las delegaciones es un concurso de modas. En él aparecen los grandes diseñadores y los creadores de motivos distintivos de cada país. Nosotros parecemos que representamos a otro mundo"

BUENOS AIRES -- Los anuncios del aumentos en los premios a los ganadores de medallas por parte de varios países y el retiro del equipo de pesas de Bulgaria de los Juegos Olímpicos de Beijing, me hizo recordar un hecho muy comentado sucedido durante los Juegos de Atenas 2004.

Fue una nota publicada por ABC de España el 19 de agosto de ese año, tras la sanción a dos griegos por la comisión antidoping, con el título "Dopaje en aquella Olimpia", firmado por Begoña Castiella y que ponía el claro que en los Juegos de la Antigüedad sucedían hechos similares a los que ahora convulsionan a los Juegos Modernos. Y no se hablaba sólo de doping sino de ambiciones propias de cada época.

Guarde una copia de ese interesante artículo, demostrativo que los males de los Juegos Olímpicos de la antigüedad y considero conveniente reproducirlo en esta oportunidad, tal cual fue redactada:

"Los Juegos Olímpicos de la antigüedad nos parecen ahora unos juegos limpios, que conocemos gracias a los textos de Pausanias y de otros clásicos, gracias a objetos de gran belleza en los mejores museos del mundo y a las inscripciones encontradas en templos, lápidas y otros restos arqueológicos.

Un homenaje a muchas virtudes: la de la competición justa, el valor, la lucha por la perfección física acompañada de valores espirituales. Pero los juegos reflejaban una realidad histórica: la defensa del enemigo necesitaba en la antigüedad hombres sanos y fuertes, capaces de luchar cuerpo a cuerpo, de correr largas distancias, de montar a caballo con lanzas y armas pesadas, de llevar con habilidad un carro guerrero.

Aunque los juegos se celebraban en honor a los dioses, estando sus inicios relacionados con celebraciones religiosas y funerarias, la realidad podía ser muy cruda y diferente y se veía reflejada en los reglamentos.

En Olimpia, por hablar del lugar dónde se encuentran mejor documentados los juegos desde el año 776 a.C. hasta el 384 d.C., lo primero que hacían los atletas cada cuatro años en el verano era, una vez inscriptos, concentrarse durante un mes para entrenarse en un lugar especial, en general en la pequeña ciudad de Elis (Olimpia nunca fue una ciudad en sí, sólo un importante santuario).

Durante ese tiempo, los organizadores reunían informaciones sobre cada atleta, ya que para competir se necesitaba ser varón, libre y griego. Ello suponía no tener 'antecedentes penales' y, además de ser griego, no ser esclavo ni hijo de esclavos.

La concentración de treinta días hacía también posible el control antidopaje de la época: durante esos días eran examinados por los médicos y entrenadores de la organización, para evitar que los atletas estuvieran bajo el efecto de distintas sustancias ya entonces conocidas para mejorar la resistencia física o paliar el dolor.

Durante el juramento olímpico, los atletas también reflejaban el no haber tomado sustancias prohibidas.

Pero las ventajas de ganar en los juegos eran tales que la ambición crecía a pasos gigantes. El ganador no sólo tenía derecho a una corona de hojas de olivo salvaje y a que su nombre figurara en el altar del templo. Tenía además su estatua en dicho templo, pagada por su ciudad. Y cuando regresaba a ella gozaba del reconocimiento casi de héroe y privilegios por vida. Entre ellos, ser alimentado por la ciudad hasta su muerte, asistir en un asiento de honor y gratuitamente a las ceremonias y representaciones teatrales, y no pagar una serie de impuestos. Y en otros juegos, celebrados por ejemplo en Atenas, había importantes premios en dinero... Pero si perdía, el atleta no tenía, entonces, ni un privilegio.

Muchas veces, además, las luchas eran tan duras que se podía perder la vida o quedarse maltrecho por la lucha o por caer enfermo debido al calor.

Prueba de que se intentaban o hacían trampas son los severos castigos -expulsiones y fuertes multas- que se aplicaban por violar el reglamento y por intentar o conseguir 'comprar' a un atleta o a un juez de competición.

Hacer trampas era un insulto a los dioses. La multa se destinaba en parte al templo para la realización de esculturas y el resto al rival del atleta castigado si era el caso. Parte de estas informaciones se tienen gracias a las sátiras en distintas comedias que se estrenaban durante los juegos.

Los patrocinadores empezaron a 'actuar' cuando los beneficios de los vencedores eran ya enormes y con su ayuda podían conseguir ventajas políticas o sociales. Solían interesarse sobre todo por las carreras a caballo o por las de carros, de gran violencia, que gustaban mucho al público.

Aunque los juegos estuvieron prohibidos a las mujeres como deportistas y hasta como espectadoras, si podían ser patrocinadoras con caballos o carros de su propiedad, gracias a la fortuna de sus padres o maridos. La más conocida 'campeona olímpica' en hípica -al ser propietaria de los caballos- fue Kiniska, hija del Rey de Esparta, Arquidamos."

Hoy, la lucha contra el dopaje se ha endurecido y los patrocinadores continúan siendo una norma.

Nada nuevo bajo el puente.

Olimpia fue el origen.

BUENOS AIRES -- El anuncio de que Kobe Bryant, de Los Angeles Lakers, y LeBron James, de Cleveland Cavaliers, encabezan el nuevo Dream Team de básquetbol de los Estados Unidos para los Juegos Olímpicos de Beijing, me llevó a Barcelona 1992, donde nació el Dream Team, el incomparable equipo de básquetbol que hasta ahora ninguno pudo imitar, a pesar de los esfuerzos de su creadora, la NBA.

Hubo pocas sonrisas en la premación (AP)

Los doce históricos que integraron ese irrepetible plantel fueron Charles Barkley (Sir Charles), Larry Bird (Larry Leyend), Clyde Drexler, Patrick Ewing (Hoya Detroya), Magic Johnson (Magic), Michael Jordan (Air Jordan), Christian Laettner (universitario), Karl Malone (The Mailman - el cartero), Chris Mullin, Scottie Pippen (Pip), David Robinson (The Admiral - el almirante) y John Stockton.

Pude ver algunos partidos, porque debido al enorme interés por verlo hasta para la prensa hubo límites. Por suerte fui uno de los beneficiados para presenciar la final. Antes de llegar a ese partido es necesario no olvidar. El Dream Team no se alojó en la Villa Olímpica. Lo ocupó dos plantas de un hotel céntrico, los jugador estuvieron acompañados por sus familiares y no se le hicieron exámenes antidoping. El Comité Olímpico Internacional vendió el alma de los Señores de los Anillos con tal de tener el mejor básquetbol del mundo.

Los expertos en Marketing de la NBA y el propio COI, escogieron a este equipo como estandarte de los juegos de Barcelona. El éxito fue rotundo, se consiguieron más millones de dólares por los derechos televisivos, se vendieron más entradas y anuncios que nunca y el seleccionado conseguía la medalla de oro con una superioridad insultante.

Hay muchos datos curiosos de los ocho encuentros que jugó. Las victorias fueron en este orden: a Angola 116 a 48, Croacia 103 a 70, Alemania 111 a 68, Brasil 127 a 83, España 122 a 81, Puerto Rico 115 a 77, Lituania (con Arvidas Sabonis) 127 a 76 y Croacia 117 a 85 Michael Jordan fue el único integrante que disputó todos los partidos como titular.

Salta Jordan, lo cubre Magic Johnson (AP)

El máximo anotador fue el 'Gordo' Barkley, anotando 144 tantos (18 de media por encuentro). Jordan, Malone y Mullin le siguieron en la lista de anotadores, que cerró John Stockton, con sólo 11 puntos anotados a causa de sus problemas físicos que solo le dejaron disputar cuatro partidos. Los encargados de dirigir a todas esas estrellas fueron Chuck Daly y los asistentes P. Lenny Wilkens, J. Carlesimo y Mike Krzyzewski.

A 16 AÑOS DE AQUEL 8 DE AGOSTO

El sábado 8 de Agosto de 1992 Estados Unidos y Croacia se enfrentaban en una final desigual, un partido donde Croacia sabía que sus posibilidades de ganar eran inexistentes, pero el hecho de estar en el último partido del torneo era el mayor premio al que podían aspirar todas las selecciones presentes en aquellos Juegos Olímpicos, conscientes que la medalla de oro poseía un único dueño: el Dream Team.

Aún así, la selección croata plantó cara en todo momento, llegando al descanso con sólo 14 puntos de desventaja, 56 a 42. En la segunda parte Michael Jordan (22 puntos), Charles Barkley /17) y Pat Ewing (15), dejaron sin opciones a la joven selección croata y se llevaron el oro con un resultado final de 117 a 85, 32 puntos que eran la ventaja más corta que obtuvo en aquel campeonato el combinado USA. Por los croatas, que estaban liderados por el malogrado Petrovic, destacaba la presencia de jugadores ex ACB como Perasovic, Tabak y Cvjeticanin, pero también la de ilustres jugadores como Kukoc, Vrankovic, Komazec o Dino Radja.

Aquel Equipo de Ensueño no bajó nunca de los 103 puntos (promediando más de 117), y no permitió que sus rivales llegaran a los 90 puntos en ninguna de sus enfrentamientos. Las dos victorias con marcadores más ajustados (33 y 32 puntos de diferencia) las obtuvo ante la misma selección, Croacia. Por último vale destacar el increíble promedio en la diferencia en los marcadores, 43,8 puntos.

Esta vez festejará esos 16 años el mismo día que se inauguran los Juegos Olímpicos de Beijing y es necesario remarcar que en Barcelona terminó el Dream Team, con sus integrantes envueltos en banderas estadounidenses para cubrir hasta el final la indiscriminada venta de imagen de cada una de esas estrellas. A esa imagen, a 16 años de distancia, puede poner el epígrafe: "Los funerales del mejor equipo de básquetbol de todos los tiempos, al que se denominó Dream Team"

BUENOS AIRES -- Nadie duda de la calidad de la comida que presentará China a los atletas que habiten la Villa Olímpica. Será la mejor de lo mejor. Pero les cayó muy mal la noticia de que la delegación estadounidense llevaría su propio menú, decisión por la cual los atletas del país norteamericano no podrán entrar en la Villa Olímpica. "Hemos establecido un proceso completo que va desde la producción a la mesa, así que podemos estar seguros de que la comida olímpica es totalmente segura", dijo Tang Yunhua, portavoz de la Oficina Municipal para la Seguridad Alimentaría.

China tiene sus propias costumbres culinarias (Getty Images)

Si bien no está bien claro si el menú significa traer toda la comida de los Estados Unidos o adaptar la existente a las exigencias de las dietas de sus representantes. Sobre este tema existente numerosos antecedentes, comenzando con la delegación de México que contó con su propio cocinero en Londres 1948.

En mi caso particular, como encargado de prensa del Comité Olímpico Argentino, viví en las Villas Olímpicas de Atlanta 1996 y Sydney 2000. En ambas oportunidades, Italia tuvo sus propios cocineros. Pepe estuvo al frente del grupo y me comentó: "Los fideos y los ravioles los traemos directamente de nuestro país. Son frescos. Tienen otro sabor. Puede ser por el agua. Lo mismo hacemos con el tomate para la salsa. El deportista debe comer de acuerdo a como esta acostumbrado y no como hacen las pastas aquí que parecen engrudo".

A Pepe lo había visto también en Seúl 1988 y en aquella ocasión, mientras almorzaba invitado por el remero Alberto Demiddi, me comentó: "Las pastas las amasamos nosotros, la harina la trajimos de Italia, al igual que el aceite para hacer la salsa".

Seúl inauguró la era de la Villa de Prensa. La compartí con Claudio Cerviño (La Nación) y Horacio Pagani y Luis Vincker (Clarín). Era notable la diferencia de olores según de que región del mundo fuese la comida y recuerdo el día que pedimos una pizza y nos la trajeron cubierta de fideos fritos e imposible de comer.

En Sydney tuvimos la suerte que en un lugar al aire libre pusieron una parrilla, aunque el corte de la carne nada tenía que ver con el argentino. Estoy de acuerdo con los países traten de darle la comida acostumbrada por sus atletas, como los mexicanos con sus picantes.

Estoy de acuerdo con la reacción China, propia de su mentalidad asiática, porque presentará una mesa donde no va a faltar nada, con productos cuya calidad será superlativa y estudiada al máximo su valor nutritivo. Pero el menú de un argentino no es igual que el de un asiático o al de un estadounidense. Tampoco es similar la forma de cocción. Todos van a encontrar lo que buscan. Ahora, si está de acuerdo con aquello a lo que cada uno está acostumbrado es harina de otro costal.

A Nadia

FECHA
13/06
2008
por Eduardo Alperín
BUENOS AIRES -- Los anuncios que la tiradora de arco Mariana Avitia Martínez y el clavadista Thomas Daley, ambos de 14 años, se convertirán en Beijing 2008 en los deportistas más jóvenes de la historia olímpica de México y del Reino Unido, respectivamente, me llevaron a ubicarme nuevamente en la deslumbrante aparición de Nadia Comaneci, una reina incomparable.

Comaneci, gracia en estado puro (Getty Images)

Sucedió en Montreal 1976. La gimnasia no estaba en mis planes. Un periodista rumano me dijo: "Tenemos un portento capaz de maravillar al mundo". El instinto me hizo seguirlo al gimnasio. En el camino le pedí las causas de esa aseveración. "A los 12 años, ganó tres medallas de oro y una de plata en el Campeonato Europeo de Gimnasia. Un año después obtuvo el primer lugar de la clasificación individual en el preolímpico para Montreal y la agencia de noticias Associated Press le designó La atleta del año".

Su comentario acrecentó mi interés. El monumental estadio estaba colmado El anunciador expresó: "Nadia Comaneci, de Rumania, en la barra de equilibrio". Me encontré con una niña de 14 años y nueve meses. Una muñequita, de 1,53 metros de estatura y 40 kilos de peso, con colitas de pelo negro, saltando sobre su espalda, dejando ver un rostro poseedor de una simpatía y una gracia sin igual.

Cada movimiento era una maravilla de plasticidad y elegancia. Cuando concluyó con elegancia el ejercicio, el público de pie la ovacionó y las miradas se concentraron en los jueces. De repente, el periodista rumano me abrazó llorando y me gritaba: "Le pusieron 10 la clasificación máxima, que hasta ahora nunca había sucedido en los Juegos Olímpicos".

No fue el único 10, vinieron seis más. Nadia se había convertido en la atracción de Montreal. Ganó el oro en la clasificación general o all round, en equilibrio y asimétricas, una de plata por equipo, más una de bronce en ejercicios en el suelo. Al escribir mi nota final la definí así: "Cuando finaliza los ejercicios se asemeja a una gaviota posándose suavemente en el mar".

Y como me habían anunciado, esa niña que comenzó a practicar gimnasia a los cinco años, conquistó el mundo. Inclusive cuatro años después, dañada de lesiones, sumó en Moscú 1980, dos oros (ejercicio sobre el piso y equilibrio) y dos platas (individual all round y por equipos).

Nueve medallas olímpicas, siete clasificaciones de 10 puntos, de la muñequita rumana que maravilló al mundo a través de la gimnasia.

BUENOS AIRES -- Asistir por primera vez a cubrir periodísticamente los Juegos Olímpicos es como estar flotando en una nube, captando para el cofre de la memoria hasta los más mínimos detalles. Cuando me preguntan de aquel inolvidable Montreal 1976. ¡Mi debut...!, se abre ese cofre y se me aparece la imagen de un atleta impactante, base de mi rápido análisis de la Cuba olímpica.

Desde chico fui un fanático, estudioso de la historia y seguidor de la actividad de los Juegos Olímpicos. Desde la revolución de 1959, Cuba había crecido en los Juegos Panamericanos hasta ser superada sólo por Estados Unidos, pero en los JO le costaba demostrar su evolución. En Montreal tuve la oportunidad de presenciar la concreción de lo que ellos bautizan como su olímpica revolucionaría.

Juantorena (der.), un corredor elegante (Getty Images)

Esa aparición tuvo para mi la imagen de un atleta alado. Alto (1m88), de cuerpo fornido, musculoso, sustentado sobre una cabeza de frondosa cabellera, que sobre la pista se asemejaba a un brioso corcel devorador de distancia. Sí, al cubano Alberto Juantorena maravillaba verlo correr.

Eso me sucedió aquella tarde del 25 de julio de 1976 cuando concurrí al estadio olímpico a ver la final de los 800 metros, catalogada como una prueba de medio fondo. Lo llamativo de la nómina de participación estaba en la presencia de un cubano sin antecedentes previos en esa distancia.

"¿Cómo pudo llegar a la final?, me preguntaba y mi atenta mirada lo siguió. En seguida me dije: "No es un hombre; es El caballo alado", al verlo pasar adelante antes de los 600 metros e imprimir a sus larga zancadas una impresionante y escalofriante velocidad. Cruzó la llegada tambaleante. Levanté la mirada hacia el enorme tablero indicador y un escalofrío recorrió mi cuerpo al leer: "1m43s50  nuevo récord mundial y olímpico".

Tres días más tarde ganó la final de los 400 metros y se convirtió en el primer atleta que hacía el doblete en los 400 y los 800 metros en los Juegos Olímpicos, algo que nadie ha vuelto a repetir. Normalmente se consideraba que los 400 y los 800 metros eran dos pruebas incompatibles al más alto nivel, pues la primera era básicamente de velocidad y la segunda de medio fondo. Juantorena demostró que era posible ser el mejor del mundo en ambas al mismo tiempo. Recibía de algunos el apodo de "El Caballo", pero los comentaristas deportivos cubanos le llamaban "El elegante de las pistas".

Stevenson, otro gran valor cubanos (Getty Images)

Como soy un apasionado del atletismo había sido el sumo. Asistir a la magia de un récord mundial y a la vez de un hecho único. Más no podía pedir. Con todo había más. Ernesto Cherquis Bialo, subdirector de la revista El Gráfico, especialista de boxeo estaba enloquecido con el equipo estadounidense.

Me llevó a las prácticas y me dijo: "Te presento a un fututo campeón profesional: Ray Leonard". Dio unos pasos y me indicó primero a Michael Spinks; después a Leonard Spinks Jr. En un costado estaba un alto, flacucho, con cara de niño. Al verme observarlo me comentó: "Es John Tate, pero en su categoría existe ese fenómeno soviético Teófilo Stevenson"

Y Teófilo necesitó apenas 7m22s para ganar los tres primeros combates, entre ellos el de las semifinales con John Tate. La final con el rumano Mircea Simon fue transmitida por la cadena de televisión ABC, cuyo comentarista era George Foreman, oro en los Juegos 1968 y ex campeón mundial profesional. En el tercer round Stevenson desplomó a su rival y Foreman dijo: "Es potente e indestructible. Hará historia en el boxeo amateur, porque nunca dejará de serlo". Y no se equivocó.

La última vez que vi a Teofilo Stevenson fue en Moscú 1980, donde obtuvo su tercer oro consecutivo. Moscú me dejó una sensación de desazón por el inconcebible boicot de occidente. En Los Angeles 1984 fue devuelta esa ofensa y Teofilo, a los 32 años, pierde la posibilidad de luchar por un cuarto oro. Pero aún más en ese horror de los boicots. Cuba no participa en Los Angeles ni en Seúl 1988. Así dos décadas de deportistas son cercenadas injustamente por cualquier punto de vista que se lo mira. Y en el caso de Teofilo aún mayor, porque rechazó millonarias ofertas para desertar y hacerse profesional.

En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 me tocó ser testigo del nacimiento de un romance entre dos atletas sudamericanos. Él, Gert Weil, chileno de 28 años, oriundo de Puerto Montt, especialista en el lanzamiento de bala Ella, Ximena Restrepo, colombiana de 19, nacida en Medellín, una promesa en los 200 y 400 metros. Se cruzaron en la pista y la flecha del amor se clavó en sus corazones.

Gert impactaba por su armonioso y musculoso físico cubierto. En el pecho relucían cuatro oros de Campeonatos Sudamericanos de Atletismo, una plata y un oro de los Juegos Panamericanos 1983 1987, más un oro del Campeonato Iberoamericano de Atletismo, adornado con un récord de 20m90 que se mantuvo vigente para Ibero América y América del Sur hasta el 2004.

Ximena, menuda, rubia, de ojos celestes, alta, de piernas largas, atraía por la hermosura de sus rasgos y el andar de una princesa. Campeona Bolivariana de los 100 metros, a los 16 años; campeona sudamericana juvenil de 200 metros, a los 17; semifinalista del Campeonato del Mundo Juniors, en 100 y 200 metros, y campeona sudamericana juvenil de 100 y 200 metros, a los 18.

Cruzaron miradas y quedaron prendados. Ximena alentaba a Gert. Se emocionó cuando el forzudo chileno se clasificó para la final de bala y finalizó sexto. El se quedó ronco alentándola en las semifinales de 400 metros, en la que la colombiana quedó eliminada.

En la Villa Olímpica se los mencionaba como los "novios de Seúl". El romance desemboco en un feliz matrimonio, que los mantiene unidos hasta el presente. Ximena hizo vibrar a Colombia con la medalla de bronce de los 400m en Barcelona 1992. Su registro fue 49s64. En Atlanta 1996, era una de las candidatas para estar en el podio, pero sufrió una seria lesión en plena competencia que determinó su retiro del atletismo.

A Gert no le fue bien en Barcelona y en Atlanta, que también constituyo su retiro activo del atletismo, tras sumar nuevos éxitos sudamericanos, panamericanos, iberoamericanos y ser finalistas en dos mundiales.

Pasaron 20 años. Viven en Chile desde el enlace. Según periodistas de ese país tienen dos hijas: Martina y Franca, que marcaron la vida de Ximena Restrepo, que antes de finalizar su trayectoria vistió los colores de Universidad Católica, dándole muchas alegrías a la esa institución. Se alejó del atletismo y retornó en el 2006 como Jefa Técnica de la Rama de Atletismo del Club Deportivo Universidad Católica y de todo el atletismo chileno. El 27 y 28 de abril se desarrolló en Medellín, Colombia, en su honor el Grand Prix Sudamericano Ximena Restrepo.

Weil es técnico profesional en administración financiera. Es socio de cursando carrera Ingeniería de Ejecución en Administración de Empresas. Es socio de Moeckel & Weil, dedicada a proyectos y asesorías y deportivas.

Es Director del Programa Campeones para Chile en Atletismo del Club Deportivo Universidad Católica, asesor del Director del Instituto Nacional de Deportes, Chile Deportes y miembro de la Comisión de Atletas de la Federación Internacional de Atletismo IAAF.

Los unió el deporte a través del atletismo y los mantiene unidos en la actualidad.

BUENOS AIRES -- Un día fueron los pájaros, hace exactamente cincuenta años. Pero los chinos son testarudos y tienen muchos enemigos en el reino animal. Medio siglo después de esa victoria después están dispuestos a un nuevo enfrentamiento: ahora les toca a las ratas.

El tema es sencillo: las ratas, los pájaros, las moscas y los mosquitos formaban las cuatro pestes que asolaban China y debía eliminar. Hasta el presente sólo con los pájaros consiguieron el objetivo deseado.

Las ratas son el nuevo enemigo (Getty Images)

En 1958, Mao Zedong (máximo líder del régimen Chino entre 1949 y 1976) exhortó al pueblo a luchar contra la peste de millones de pájaros, fundamentalmente gorriones, que cubrían el cielo de distintas ciudades y obligó a cientos de millones de sus compatriotas a ser obreros del plan de exterminio.

A cada ciudaddano se le entregó una escoba, y los pacientes combatientes movían todos los árboles para que los gorriones no pudiesen apoyarse. Espantadas cada vez que decidían descansar, las aves debían volar en forma continua.

La tarea no resultó fácil y llevo su tiempo conseguir el objetivo, pero como consecuencia de ese exterminio la mayoría de las ciudades del país -incluida Beijing- está libre de gorriones.

Ahora, tras varios intentos que resultaron truncos, vuelve a tocarles a las ratas.

Aunque 2008 es Año de la Rata en el calendario chino y el animal es homenajeado en todo el país, estos roedores no serán bienvenidos en el Beijing olímpico, que ha lanzado una campaña de exterminio con el fin de mejorar la limpieza y la higiene de la ciudad antes de agosto próximo.

El 26 de febrero comenzaron las inspecciones de instalaciones olímpicas, zonas de entrenamiento y lugares aledaños en un radio de un kilómetro, con el fin de acabar con las ratas que pueda haber en esos lugares, dado que la Ciudad Olímpica se encuentra en una zona abierta de parques, donde estos animales podrían haberse instalado.

Además, se colocarán matarratas en rincones de hospitales, hoteles y restaurantes, así como lugares donde estos roedores proliferan, tales como alcantarillas, mercados de productos del campo o granjas.

El exterminio de ratas parece confirmar una extraña tendencia, en los últimos años, a que cada año se produzcan muertes masivas de la especie animal que ese año es recordada por el calendario chino.

En 2005, Año del Gallo, millones de pollos murieron consecuencia de la gripe aviar; en 2006, Año del Perro, numerosas ciudades exterminaron cientos de miles de canes en campañas contra la rabia; y en 2007, Año del Cerdo, fueron los cochinos los que murieron a millones, debido a la "enfermedad de la oreja azul".

Habrá que ver como reaccionan estos roedores, a los que hasta ahora no han podido vencer.

BUENOS AIRES -- Doy fe de que los chinos aman el número ocho, que en mandarín se pronuncia "ba", algo muy similar a la palabra "fortuna" ("fa").

Por eso, casarse el 8 de cualquier mes es garantía, según creen, de un matrimonio afortunado.

La misma creencia impulsó al Comité Organizador de Pekín 2008 a fijar la ceremonia de inauguración el 8 del mes 8 (agosto) de 2008, a las 8 de la noche.

Ante la perspectiva de una avalancha de bodas olímpicas, hace varios meses se cerró la inscripción, y fueron tantos los pedidos que el encargado de los Asuntos Civiles de Pekín, Guo Xushena, resolvió que no podían elegir un día concreto, sino un rango de fechas.

Por lo tanto, casarse el 8 del mes 8 de este año será una cuestión de suerte, como lo indica el número 8, y las parejas beneficias serán dos mil ocho, las que contraerán matrimonio en el monumento más famoso de China, la Gran Muralla, ya que se ha organizado para ese día una gran boda colectiva en ese lugar.

Desde Occidente, me pregunto: ¿Será cierto que el 8 da suerte? Toda China así lo cree y se apoyan en la tradición para que los Juegos Olímpicos tengan un desarrollo normal, sin atentados ni cosas raras.

Desde ya, acompaño ese deseo desde mi humilde lugar.
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