Como todo en un calendario de competencia deportiva, hubo altas y bajas, sorpresas y decepciones, lo común y lo insólito, durante el 2022 del UFC. Fue sin duda otro gran año para la promotora, a pesar de no contar con dos de sus estrellas más grandes en acción: Conor McGregor y Jon Jones.
Nuevos y viejos personajes le dieron vida al nivel más alto de competencia en las artes marciales mixtas a través del 2022. Algunos campeones defendieron con éxito, otros fueron destronados; unos ex monarcas encontraron el camino para regresar al trono, mientras que otros se despidieron del octágono para siempre.
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Entre lo malo, las lesiones (y enfermedades) que arruinaron eventos y frenaron carreras; las sospechas de apuestas irregulares que arropan al deporte actualmente; las tarjetas controvertidas de jueces que nos dejaron sin palabras.
También las ausencias. Y hubo dos en específico, provocadas por razones distintas, que se sintieron más. Cuando hablamos de las caras de las MMA, son dos de sus máximos exponentes; son dos que dejaron su marca en la historia del deporte y de UFC en específico. Dos de las tres que definieron la escena en la década de los 2010.
Dos peleadores que no pisaron el octágono en 2022, pero cuyos regresos en algún momento del 2023, con intenciones de volver a lucir y quizás hasta reinar sobre la competencia, se llevarían las primeras planas durante el año.
Y no fue que McGregor y Jones desaparecieron durante el año; de hecho, semanalmente los vimos activos en redes sociales opinando sobre todo. La presencia de ambos se sintió. Pero cuando las palabras se repiten, y el mensaje comienza a caer en oídos sordos, lo único que resta es pelear para defender la verdad que profetizas. Y en relación a eso, seguimos esperando.
McGregor y su pierna rota
Jon Jones espera regresar a pelear en UFC en el segundo trimestre de 2022 y le gustaría enfrentar al ganador de Francis Ngannou contra Ciryl Gane.
El UFC ha demostrado que puede sobrevivir y prosperar sin la superestrella irlandesa, pero eso no le quita mérito ni valor a la presencia del ‘Notorious’ cuando está en competencia. Lamentablemente, 2022, al igual que 2019 y 2017, fue otro año perdido para McGregor en terminos de actividad en el octágono.
Su ausencia en 2022 a raíz de la pierna rota que sufrió en su pelea de trilogía contra Dustin Poirier en julio del 2021 arruinó el buen momento que llevaba McGregor en términos de actividad: 2021 fue su primer año de múltiples peleas de UFC desde 2016, y aunque perdió ambas, su popularidad y estrellato no desvaneció en lo mínimo.
Mientras continuamos esperando y especulando por su regreso, que no sería hasta la segunda parte del 2023, McGregor sigue lanzando pistas sobre todo por redes sociales, desde su físico más grande hasta posibles rivales en distintas categorías de peso, asegurando que sigue siendo el rey del deporte.
Y lo es, cuando hablamos de atracciones. Dentro de la jaula es otra cosa, y con cada día que pasa, se siente que lo mejor de McGregor dentro del octágono se aleja, al nivel que imaginarlo contra la élite actual en 155 se siente… injusto. La narrativa en su regreso sobre volver a ganar un título luce absurda por el momento, pero no carece de fundamentos ante el fanático casual que sigue al primer doble campeón en la historia de UFC.
En fin, cuando por fin se concrete su vuelta a pelear, McGregor abrirá probablemente la parte final de su carrera profesional al nivel máximo, y a los 34 años tiene cero garantías de que será éxitosa en ganados y perdidos. Lo que sí es garantizado, es que estaremos pendiente.
Jones y su esperado debut en peso pesado
Y hablando de inactividad. Wow. Sabíamos que el gran Jones estaría un tiempo afuera en lo que trabaja su físico para el brinco al peso pesado en búsqueda de la historia, pero en febrero se cumplen 3 años desde su última pelea, y es probable que arranquemos 2023 sin noticia de su regreso a la acción.
Como es típico con todo lo relacionado con el ex campeón de peso semipesado, muchos de los escombros en el camino a su regreso se los puso él mismo, muchas veces fuera de la jaula (algo que comparte con McGregor). Pero en este caso los dioses del MMA también se confabularon, entre la lesión de Francis Ngannou y el poco interés de Stipe Miocic, para atrasar el debut de Jones en la máxima categoría de peso.
Ngannou vs. Jones por el título en 2022 era probablemente la pelea más esperada del año en consenso, y entrando al 2023 es casi seguro que se mantiene así. Las expectativas, aunque 365 días más tarde, siguen siendo enormes
¿Y por qué no? Jones está en la conversación por ser el GOAT (para muchos la lidera) y el reto de subir a pesado luego de reinar en 205 es digno de su grandeza, con la inactividad como un riesgo agregado. Lo espera Ngannou, el noqueador más temido en UFC que pareció elevar su nivel en su primera defensa y pelea más reciente antes de la cirugía de rodilla. Can’t wait.
Con eso dicho, cuando Jones vuelva, y TIENE que ser en 2023, su regreso (cruzando dedos contra Ngannou) y debut en peso pesado será sin duda una de las historias más grandes del año. Le suman el regreso propio de McGregor, y boom, de repente se sentiría más como 2016 en el UFC, definitivamente no como 2022.