El basquetbolista uruguayo Agustín Ubal, actual jugador de Coviran Granada de la Liga ACB de España, repasó en ESPN Uruguay sus inicios en el básquet y destacó qué tan importante es y ha sido su familia. El nacido el 19 de julio de 2003 también contó las enseñanzas de Leandro García Morales y señaló su gran objetivo.
Ubal llegó a Europa en agosto de 2021, y cada vez que finaliza la temporada en España regresa a su país para reencontrarse con sus familiares, al tiempo que también sigue entrenando en el Centro Deportivo Integral Enfoque de Montevideo.
“Son diez meses fuera de casa y cada vez que vuelvo a Uruguay estoy con mis familiares, se extrañan mucho. Y Enfoque siempre me abre las puertas para que siga en forma; cuando se acerca la temporada europea empiezo a hacer la pretemporada en Uruguay con mi profe Christopher Gil Martínez”, señaló en ESPN quien durante sus vacaciones continúa trabajando, aunque lo imprescindible en sus días libres en Montevideo es siempre ir a merendar a lo de la abuela Susi.
“A veces pienso mucho que todo lo que hago al final lo hago por mi familia. Desde muy chico que estoy jugando en el exterior, y cada vez que entro al partido o tengo un mal partido, pienso en ellos, en que no me puedo ni arrepentir de lo que hice, ni parar, ni darme por vencido, ni nada. Yo todo lo hago porque ellos cuando me vean se sientan orgullosos, es una motivación que a mí me da para seguir y seguir, y tratar de lograr más cosas”.
Agradecido con su padre, su madre, su hermano, y todo su círculo cercano, Ubal sabe que la familia siempre estará más presente en la derrota ‘porque al final en la victoria es más fácil y se acerca más gente’.
Cuando está en Montevideo también trabaja con el ahora entrenador Leandro García Morales: “Él me corrige, me trata de implementar cosas nuevas, entonces estoy agradecido con su trabajo porque él dispone mucho tiempo conmigo”.
“Lo veo muy involucrado en el desarrollo de los jóvenes, y le veo mucho futuro como entrenador. Está muy metido y es muy bueno desarrollando jugadores, creo que explica muy bien las cosas y es un asesino entrenando”, dijo Ubal sobre García Morales, quien en julio anunció su retiro como jugador y que hace algunos años destacaba el futuro prometedor de Agustín.
Ubal agregó: “Empecé con Leandro a los quince años y siempre me acuerdo de lo que él me dice, que más allá de cómo vengan las cosas, hay que seguir con la rutina que uno tiene”.
“Para mí, la ética de trabajo es todo. Es más, si yo no cumplo con las cosas que tengo que hacer, me siento mal conmigo mismo. Si no me preparo bien, ni como bien, ni duermo bien, llego al partido como inseguro.Si el domingo quiero jugar bien, el lunes tengo que dormir y comer bien, hacer la rutina, tirar mis mil tiros, no puede faltar nada. Quizás eso te presiona mucho por momentos, pero creo que en la etapa en la que estoy me viene bien”, remarcó el joven basquetbolista que hizo inferiores en Malvín.
Sus inicios, la llamada de Barcelona y el aprender a defender en Bilbao
“Empecé de chico en el Náutico siguiendo a mi hermano grande. Empecé en el judo, después me fui al taekwondo, pero Andrés Bocchi vio que era bastante grande y que me gustaban todos los deportes, entonces me dijo que me fuera a probar a la escuelita de básquetbol para ver cómo me sentía. Y desde el primer momento que empecé a picar y a tirar me enamoré; ya dejé todo el resto y me metí a full con la pelota en la mano”.
La conexión fue instantánea. Agustín había hallado su deporte, el básquetbol lo había encontrado a él: “Cada vez que metía un doble era una felicidad, una alegría que se me generaba adentro que con los otros deportes no la tenía. Todo el tiempo era ese dinamismo, todo el tiempo que sucedía algo y me encantaba correr para todos lados. El basket es así, y eso fue lo que me atrapó y ahora me sigue encantando”.
Luego de Náutico vinieron las inferiores en Malvín, y otro entrenador clave en su desarrollo, Enrique Parrela. “Me marcó un antes y un después. Yo era a quién él más gritaba y exigía; me hizo ser más fuerte de carácter y personalidad, y obviamente fue quien me enseñó las bases del básquetbol. Cuando aprendí a jugar al básquetbol fue con él, siempre que lo veo nos damos un abrazo y nos acordamos de todo lo que hizo por mí”.
Con apenas doce años y gracias a Parrela, Agustín pudo generar una coraza para estar preparado para el nivel de exigencia que iba a vivir en los próximos años, nada menos que en el Barcelona, club que contactó a su representante Claudio Pereira mientras el jugador disputaba con la selección uruguaya juvenil el Americas Championship U16 2019.
“Yo no le creía. Fue una locura, una alegría inmensa. Llegué a mi habitación para llamar a mis padres, se me caían las lágrimas. Después fue un cambio muy drástico, no me salían las cosas que en Uruguay sí, pero creo que lo superé y ahora me siento otro tipo de jugador”.
A Barcelona llegó siendo escolta, y el club le explicó que lo proyectaba como base. El cambio costó, pero la perseverancia de Agustín pudo más que su afán por anotar. Siendo muy joven, aún lo es, se apoyó en su familia y al otro día volver a entrenar. En marzo de 2022 arribó al Club Baloncesto Breogán, y en la temporada 2022/23 defendió al Bilbao Basket, también cedido a préstamo desde el Barça.
“En Bilbao cambié completamente de mentalidad porque sabía que si no defendía, no iba a jugar ni un minuto porque es la ACB es totalmente defensiva y táctica. Entonces empecé a ver muchos videos con el asistente, quien me hacía muchas correcciones que me hacía. Comencé a estar mucho más intenso y agresivo, buscando ahogar a los bases rivales; ahí di un paso adelante en defensa”.
Al año siguiente, Ubal capitalizó ese aprendizaje en el Palencia Baloncesto, donde lo usaron ‘de perro de presa’: “Entraba a defender al mejor. Era bailar con la más fea porque si el otro está encendido, capaz que vas para afuera, pero si lo defendés, te podés quedar diez o quince minutos en cancha. Es por ahí que los jóvenes tienen que ganarse los minutos, primero defendiendo y después cuando quede meterla con confianza y que fluya, pero primero atrás”.
El 26 de junio de 2024, Barcelona anunció que no iba a ejercer el año adicional presente en el contrato de Ubal, quien tres días más tarde fue confirmado como nuevo jugador de Coviran Granada, donde continuará con su crecimiento y búsqueda de minutos de juego.
Los bases de la Euroliga que observa, su gran objetivo y la NBA
“¿Qué hago para mejorar? Yo soy muy obsesivo con el trabajo extra. Está bien la cancha y los trabajos con el equipo, pero suelo quedarme mucho después del entrenamiento, más que nada tirando, jugando situaciones donde el equipo me precisa. También miro mucho la Euroliga”, afirmó el uruguayo en ESPN.
Y aclaró: “No miro el partido en sí, miro mucho los bases de la Euroliga, miro qué hace el base cuando van 60 iguales y quedan tres minutos, para quién juega, qué decisiones toma. Uno aprende mucho mirando, y después obviamente jugando. Jugar es importante, pero el haber empezado a mirar Euroliga fue lo que me hizo madurar en muchas cosas de mi juego”.
“A Nick Calathes es a quien más miro, también a Tomáš Satoranský porque es un base muy alto. Observo cómo utilizan su físico para pasar, para tirar y usar los espacios; esos dos son referentes”, remarcó.
En cuanto a sus objetivos, Ubal destacó la posibilidad de volver a jugar otra temporada en la Liga ACB y aseguró: “Mi meta más lejana es jugar Euroliga. Quiero llegar a la Euroliga como sea y voy a dejar todo de mí para lograrlo. Después veremos a dónde me lleva el básquetbol, pero ese es mi principal objetivo; quiero saber lo que es jugar en Euroliga”.
Y respondió qué lugar ocupa el llegar a la NBA entre sus objetivos: “Siempre digo que claramente es un sueño, pero me gustaría jugar más en Euroliga. Obviamente que si viene la NBA nunca le vas a decir que no, es imposible, pero lo veo mucho más lejano. El básquetbol me llevará a dónde sea, pero yo aspiro a lo máximo”.
Teniendo apenas 21 años, más que hablar sobre su futuro y carrera, es el básquetbol el que aún tiene mucho para escuchar sobre Agustín.