Agustín Ubal recordó en ESPN su debut en la Selección Uruguaya de básquetbol marcando 20 puntos, destacó la confianza del argentino Rubén Magnano y comentó lo difícil que es mantener la concentración al momento de cantar el himno. El base también afirmó: “Cuando veo niños en las gradas siempre trato de acercarme porque yo era ese niño hace tres o cuatro años”.
El nacido el 19 de julio de 2003 en Montevideo tuvo su estreno con la selección mayor de su país el domingo 21 de febrero de 2021 en el Coliseo Evangelista Mora de Cali, enfrentando a Paraguay y, con una victoria por 88 a 84, logrando la clasificación para la Americup 2022.
Con apenas 17 años, Ubal logró convertir 20 puntos y sumar tres asistencias.
“Fue un día mágico, no me lo esperaba. ¡Ni sabía si iba a jugar! Estaba en el banco y no sabía si iba a entrar, pero entré, metí la primera, y empecé a jugar, me solté, y metí 20 puntos. Tampoco sabía cuántos puntos iba”, contó en ESPN.
Y agregó el actual jugador de Coviran Granada: “Siempre soñé con jugar en la selección mayor, de chico, entonces cuando estaba en la cancha me había olvidado de todo, yo agarraba la pelota, iba para adentro y hacía lo que me gusta hacer. Terminó el partido y me di cuenta que había hecho 20 puntos, y había sido mi debut. Fue un día mágico, no me olvido más”.
Ubal recordó cuando alentaba a la Celeste desde la tribuna: “Fui a ver a la selección un par de veces, me acuerdo mucho del partido contra Puerto Rico en el Antel Arena (29 de noviembre de 2018)”.
“Yo era un niño ilusionado que me volvía loco la selección, y ahora cuando veo a los niños en las gradas siempre trato de acercarme porque yo era ese hace dos o cuatro años. Siempre que veo un niño trato de regalarle una camiseta, firmar lo que sea o sacarme fotos, y la verdad que está bueno que los niños se vean identificados con nosotros para que haya más jugadores jóvenes que se animen a triunfar, a jugar”.
“Magnano fue muy importante”
El uruguayo remarcó sobre el entrenador argentino Rubén Magnano: “Fue quien me dio la primera oportunidad de ir a la selección siendo tan chico. Siempre digo que no hay muchos entrenadores que les dé el carácter como para ponder a un jugador tan joven en la cancha”.
El base uruguayo destacó la confianza que le brindó el entrenador argentino en sus primeros partidos con la selección mayor.
“Él siempre estuvo alrededor mío; siempre que tuve partidos buenos o malos, al otro día me llamaba a la habitación para hablar, mirar videos y corregirme, él estaba ahí. No tengo que ni hablar de su carrera porque es un histórico del básquetbol, pero para mí fue muy importante”, enfatizó Ubal en ESPN.
Y el jugador continuó con su agradecimiento a Magnano, quien en junio anunció el final de su carrera como entrenador: “Me dejó jugar como a mí me gusta, me dio la primera oportunidad y yo estoy agradecido. Obviamente que soy muy ambicioso y siempre quiero estar adentro de la cancha, y por eso a veces yo me calentaba, pero al final él fue quien me insertó en la selección. Siempre me intentó transmitir paciencia; yo soy muy impaciente y quiero todo ya, y él siempre quería que tuviera paciencia y no cargarme todo en mis hombros con 18 o 19 años, eso ahora lo entiendo, pero en ese momento estaba con ganas de jugar. Lo recuerdo con mucho cariño y le tengo un aprecio tremendo”.
La familia en la tribuna, y el cantar el himno
Ubal valoró particularmente el hecho de defender a la Celeste en su tierra, aunque aceptó que encontrar un equilibrio justo de energía y enfoque ante la emoción que implica cantar el himno uruguayo con la gente no es una tarea sencilla: “Es difícil. Cuando ponen el himno, más que nada en casa y con toda la gente, a mí siempre se me pone la piel de gallina y me entra un furor que al final lo desquito dentro de la cancha, trato de hacer eso”.
“Trato de desquitar esa euforia que tengo. Por momentos a veces me genera ansiedad y entro muy ansioso, eso también me pasa por ser joven, pero creo que lo tomo positivamente y cuando juego en casa me encanta, jugar con nuestra gente es único. Cada vez que tenemos ventana en Uruguay vengo con unas ganas increíbles”, afirmó quien se inició en el básquetbol en Náutico y luego hizo inferiores en Malvín antes de firmar con Barcelona en 2019.
La familia de Agustín no falta a ningún partido de Uruguay en el Antel Arena: “Ellos me dicen dónde están y en el calentamiento voy mirando, ¡y veo todo una fila! Porque aparte sacan entradas en fila. Son unos fenómenos, van mis primos, mis primas, todos porque nunca me ven jugar y entonces cuando vengo a la Selección es como ‘el partido’. Me encanta jugar para Uruguay”.