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Scottie Pippen, Penny Hardaway, Joe Dumars: Los mejores socios en la historia de la NBA

Socios en la NBA son comunes. Los dúos dinámicos son parte de la fundación básica para tener éxito en la mejor liga de básquetbol del mundo. No obstante, la relación simbiótica para alcanzar el éxito en esas duplas no siempre es equitativa. Muchas veces es más Batman/Robin, que Batman/Superman, con una clara superestrella A, que comparte el escenario con una estrella B en búsqueda de un gol común.

En ocasiones, esa estrella B se vistió de superestrella A en el pasado, o tomará su lugar en el futuro, exigiendo la compañía de un socio en función de segunda voz. Anthony Davis fue la clara opción número 1 en los New Orleans Pelicans, pero actualmente en Los Angeles Lakers juega el papel 'secundario' ante la presencia de LeBron James. Eventualmente, El Rey dirá adiós, y en teoría, AD asumiría el rol protagónico en el equipo. Muchas veces, la estrella B tiene que ceder un poco para acomodar a la superestrella A, creando la fusión que se prevé sea la fundación del equipo. Y aunque no siempre funciona de tal forma, no cabe duda de que algunas de las dinastías más notables en la historia de la NBA partieron de ese punto. Pensando en eso, veamos algunas de las estrellas que sobresalieron como compañeros destacados en asociaciones en cancha que brillaron en la NBA.

Scottie Pippen

Quizás la mejor estrella B en la historia, y sin duda el mejor socio de baile en una dinastía. Pippen nunca iba a ser la superestrella A en los Chicago Bulls de Michael Jordan, nunca. Pero tampoco tenía que serlo. No para que su nombre fuera incluido en la lista de los mejores 50 jugadores; no para dejar su marca como el defensor más versátil que el baloncesto haya visto; no para ganarse el respeto de Jordan; no para ser seis veces campeón. El resto lo acabamos de ver en The Last Dance, y dejando a un lado las controversias, debemos apreciar el juego de Pippen simplemente porque estuvo adelantado a su tiempo; el mejor complemento al mejor jugador en la historia.

Kobe Bryant

Antes de que fuera la 'Mamba Negra' en su rol como protagonista (más sobre eso en adelante), Bryant fue la segunda voz clara en los Lakers de Shaq (y Kobe), debido en parte a la dinámica de hermano mayor-menor que siempre pareció estar en sitio. No importa la narrativa que prefieran, esos equipos tuvieron a Shaq como número uno y a Kobe como el compinche sobrecalificado, aunque quizás ningún dúo en la historia se necesitó más. Kobe desarrolló su juego de manera exponencial durante el tricampeonato para complementar a un Shaq que estaba en la cima de sus capacidades. El final de su relación acaparó las primeras planas y dividió tanto a una ciudad y franquicia, como a la liga en general.

Kevin McHale

Como parte de la mejor línea frontal en la historia, McHale brilló en la NBA como uno de los delanteros más habilidosos en la pintura tanto en ofensiva como en defensa, gracias a su IQ, sus brazos largos y su maña a la hora de jugar. Aunque es un miembro del Salón de la Fama y está en la lista de los mejores 50 jugadores, la mayoría lo recordará como el socio de Larry Bird que fue clave en tres equipos campeones y en el resurgir de la rivalidad con los Lakers que cargó a la NBA por años, colocándola en camino a convertirse en lo que es hoy en día.

James Worthy

El destacado alero miembro del Salón de la Fama llegó a los Lakers para pisar el acelerador en Showtime, primero como tercera opción detrás del dúo dinámico de Magic y Kareem, y luego como la segunda voz cuando Abdul-Jabbar comenzó a declinar. De cualquier forma, Worthy es uno de los mejores 'finishers' en la historia del baloncesto como el perfecto complemento a Magic en el rompimiento rápido. Worthy fue seleccionado en la lista de los mejores 50 jugadores y siempre será recordado por el triple-doble de 36 puntos, 16 rebotes y 10 asistencias - el único de su carrera - para ganar el Juego 7 de las Finales de 1987-88.

Chris Bosh

Aunque se promocionaron como los Tres Grandes, no cabe duda de que Bosh estaba un paso atrás de sus compañeros LeBron James y Dwyane Wade. Bosh llegó a Miami tras ser el número uno en los Raptors por varias temporadas, dispuesto a sacrificar minutos y toques con miras a ganar campeonatos. Y en ese sentido, tuvo mucho éxito, alcanzando cuatro Finales consecutivas con dos títulos. Bosh era un excelente hombre grande que sin duda hizo al Heat mejor, aunque no estuviera en la misma liga que sus compañeros. Y no olvidemos que fue Bosh quien le dio pie a una de las secuencias más dramáticas en la historia de la NBA, cuando obtuvo el rebote ofensivo y pasó a Ray Allen para el triple que empató el Juego 6 de las Finales de 2012-13.

Penny Hardaway

Antes de que Shaq tuviera a Kobe, tuvo a Penny en el Orlando Magic, donde el dúo hizo magia por corto tiempo sin el beneficio de ganar un campeonato. Hardaway era un dinámico base/escolta que lamentablemente vio como las lesiones le robaron explosividad temprano en su carrera. Sin embargo, previo a eso, formó con Shaq un dúo que parecía encaminado a dominar la liga por varias temporadas tras alcanzar las Finales en su segunda campaña juntos (eliminando a Jordan en el camino). Aunque ha pasado mucho tiempo, estoy seguro que hay muchos en Orlando que todavía piensan - o sueñan - con lo que pudo o debió haber sido.

David Robinson/Tony Parker/Manu Ginóbili

¿Cómo logras crear, extender y mantener una dinastía por 20 años básicamente? Tienes una superestrella A (Robinson) que se lesiona y pierde un paso, seleccionas en el draft a tu nuevo jugador franquicia (Tim Duncan, quizás el mejor ala-pívot en la historia), y lo complementas eventualmente con dos futuros miembros del Salón de la Fama que desde un principio adoptaron las filosofías y estrategias envueltas en el entorno de la franquicia. Y con eso tenemos los Spurs de Duncan y el entrenador Gregg Popovich, quienes fueron relevantes por tanto tiempo, que hasta hoy en día es una tarea ardua desasociarnos de su época juntos.

Joe Dumars

Aunque Dumars es un miembro del Salón de la Fama respetado por su juego sólido y versátil en ambos lados de la cancha como escolta o base, en los Pistons siempre tuvo que ceder ante Isiah Thomas, su compañero de cancha trasera. De hecho, se puede argumentar que después de Thomas, quizás son Bill Laimbeer y Dennis Rodman los más recordados de los Bad Boys, relegando a Dumars a una posición quizás menospreciada, donde su voz calmada y comportamiento profesional ayudó a balancear la química en uno de los mejores equipos en la historia.

Pau Gasol

El español llegó a los Lakers en 2007-08 como la pieza que faltaba en un equipo que alcanzaría tres Finales consecutivas con dos campeonatos. Diestro con el balón en mano - tanto atacando al aro como pasando el balón - Gasol engranó rápidamente con Kobe para ser la segunda voz que la Mamba Negra (y su ego) exigía. Su mejor momento fue quizás en el Juego 7 de las Finales de 2009-10, cuando anotó 19 puntos con 18 rebotes para ser el mejor jugador del equipo en una dramática victoria sobre sus archirrivales Celtics.