El veterano alabó el talento con el que cuenta la actual escuadra quisqueyana, pero dejó claro que no se puede jugar pensando en lo que ocurrió en 2013.
El campeonato invicto de la República Dominicana en el Clásico Mundial de 2013 es, probablemente, el triunfo deportivo más grande en la historia del país caribeño. La selección que logró el campeonato se ha convertido en la barra de medir de los equipos que se conforman para el torneo y es una parte esencial de toda conversación cuando se habla de equipo ideal.
Muchas veces, utilizar ese equipo como vara de medir para los demás puede ser injusto. Lo ocurrido en 2013 pasó en circunstancias muy diferentes a las que primaron en 2017 y a las de 2023. Era un equipo donde muchas estrellas dominicanas de Grandes Ligas no jugaron y dependió en gran medida de la gran labor en conjunto que realizó la escuadra comandada por el dirigente Tony Peña.
Robinson Canó fue parte del equipo campeón de 2013, así como del Clásico Mundial 2017, donde el conjunto dominicano cayó en la segunda ronda, así que ha vivido lo más dulce y lo más amargo del torneo. Sin embargo, al ser cuestionado por ESPN Digital sobre las comparaciones que se hacen entre los equipos, Canó fue claro al expresar que no se debe comparar a la escuadra actual con ninguna del pasado.
“A veces nosotros nos enfocamos en qué tantas estrellas tiene un equipo, pero yo creo que (lo) más importante sería la química. Creo que en el 2013 teníamos esa gran química desde el primer día hasta el último día (…) este es un gran equipo también, pero este es el primer día que vamos a estar juntos como equipo, se siente la vibra, la buena energía y nosotros como equipo no podemos jugar en comparación a lo que se hizo cuando se ganó, sino ir cada día, día por día y dar lo mejor de nosotros”, señaló el campeón mundial.